Octubre fue el mes que fijaron Pedro Sánchez y Yolanda Díaz para cerrar el acuerdo de Gobierno entre PSOE y Sumar. Fue la principal conclusión de su último encuentro, celebrado el pasado día 4. Las conversaciones han avanzado desde entonces. Pero la firma definitiva todavía no llega. Y los socialistas presionan para que se produzca cuanto antes. Esta misma semana, incluso antes del jueves. 

En Ferraz señalan que la rúbrica del pacto está cerca. Que todo el proceso de investidura de Sánchez irá cogiendo velocidad en los próximos días. También con el resto de grupos parlamentarios necesarios: PNV, EH Bildu, ERC, Junts y BNG. 

Las razones de los socialistas para cerrar este primer acuerdo lo antes posible tienen una parte de explicación en el calendario. La agenda internacional de Sánchez es intensa estos días. Desde el miércoles hasta el viernes estará en Bruselas con motivo de la Cumbre Social Tripartita, primero, y el Consejo Europeo, después. 

El PSOE necesita también convocar un Comité Federal, máximo órgano entre Congresos, para aprobar la consulta a las bases. El partido que lidera Sánchez está obligado por sus estatutos a someter al aval de la militancia cualquier pacto de Gobierno al que lleguen. Ya hicieron consulta en 2019 cuando firmaron el acuerdo con Unidas Podemos. 

Para convocar oficialmente ese Comité Federal, como es lógico, el acuerdo tiene que estar cerrado. Este lunes por tarde todavía no lo estaba aunque los contactos se intensificaron hasta entrada la noche. Las previsiones de la dirección socialista, según ha podido comprobar Público, eran que el órgano se reuniera este mismo sábado. Para ello, tendría que haber algo de margen entre la firma y ese día. 

Las agendas irrumpen en la negociación

Porque el proceso lógico para representar el pacto es una fotografía de Sánchez y Díaz documento en mano. Ya pasó con el actual presidente en funciones y el exvicepresidente Pablo Iglesias. El calendario de Sánchez, mencionado anteriormente estrecha completamente los tiempos. 

Pero la agenda del presidente no es la única que puede influir en el proceso de negociación. La vicepresidenta segunda también viaja a Bruselas para participar en la cumbre europea; en su caso, estará en Bélgica desde el martes por la tarde hasta el miércoles por la tarde (ese día Sánchez y Díaz coincidirán en Bruselas).

En Sumar enfriaban este lunes las prisas y las previsiones optimistas de los socialistas. Creen que habrá acuerdo, pero insisten en que hay cuestiones programáticas esenciales que, al menos a día de hoy, lo impiden, e insisten en que si el PSOE no se mueve de sus posiciones, será muy difícil cerrar un documento en las próximas horas o, incluso, días.

Este mismo lunes, el presidente y la vicepresidenta en funciones mantuvieron una reunión para tratar de dar salida las negociaciones, y sus equipos continuaron las conversaciones tras este encuentro hasta altas horas. Previsiblemente, las negociaciones se retomarán este martes.

Después del programa, los ministerios

Aunque al principio de las negociaciones parecía que el programa de Gobierno y la estructura ministerial se iban a cerrar en un mismo foro, finalmente no será así. Lo que se busca cerrar en octubre es el acuerdo programático, y una vez se logre y se tengan claros los contenidos, comenzará una segunda fase de la negociación, independiente de la primera, para repartirse los ministerios del nuevo Ejecutivo. 

Esto no quiere decir que no haya habido conversaciones sobre los departamentos en todo este tiempo; en todo caso, se han producido en un segundo plano y con absoluta discreción, sobre todo después de que comenzaran las complicaciones y choques por el programa de Gobierno.

Las sensaciones en Ferraz, según las fuentes consultadas, son de tranquilidad y confianza. "Si no puede ser esta semana, pues el fin de semana o la que viene. Pero claro que habrá acuerdo", señalan en las filas socialistas.

Al mismo tiempo, consideran que es normal que Sumar esté en "posiciones de máximos" y quiere visibilizar sus logros en esta negociación. Pero nada hace indicar que el pacto se retrasará más allá de la fecha acordada, el 31 de octubre. Ese día tiene lugar la jura de la Constitución de la Princesa Leonor y Moncloa quiere que todo el foco esté en ese evento. 

A partir de ahí, Sánchez tiene todavía tres semanas posibles, entre el 6 de noviembre y el 27, fecha tope, para someterse al debate de investidura. La intención del PSOE es no pactar la sesión con la presidenta del Congreso, Francina Armengol, hasta que se cierren los acuerdos. Especialmente con Junts, el reto más difícil del líder socialista.