madrid
Actualizado:Vox sigue empeñado en destruir cualquier símbolo de la memoria histórica en la ciudad de Madrid. La ultraderecha mantiene su particular cruzada aunque a veces el tiro le salga por la culata como ocurrió a última hora de este lunes cuando in extremis, a última hora y con nocturnidad, decidió retirar una propuesta que se iba a votar en la Junta de distrito de Fuencarral-El Pardo tras darse cuenta de que la iba a perder.
El partido de Santiago Abascal pretendía retirar y destruir dos monumentos memorialísticos que se ubican en el cementerio de Fuencarral, un pequeño camposanto al norte de la ciudad, en el distrito de Fuencarral-El Pardo: un conjunto de placas colocadas en memoria de los miembros de las Brigadas Internacionales que murieron durante la Guerra Civil española y otra escultura que recuerda a "los voluntarios soviéticos" que lucharon en España entre 1936 y 1939.
La propuesta de Vox iba a ser sometida a votación este martes por la tarde en el Pleno de la Junta del distrito de Fuencarral-El Pardo, el mismo que dirige con mano de hierro el concejal del PP, Javier Ramírez, el edil más ultra del equipo de Almeida.
Ramírez es un gran amante de la bandera de España que no ha dudado en gastarse miles de euros en colocar banderas de grandes dimensiones a lo largo y ancho del distrito, lo que podía interpretarse como una muestra de por dónde podría ir el sentido del voto del PP.
De hecho, Vox contaba con el PP, pero éste presentó a última hora una propuesta alternativa, lo que se llama una transaccional, en la que los populares suavizaban notablemente la propuesta inicial de la ultraderecha: donde Vox decía "que se inste al organismo competente para que sean retirados el monumento escultórico dedicado a la Memoria de los Voluntarios soviéticos así como todas las placas en memoria de Brigadistas
Internacionales de diferentes nacionalidades", el PP proponía "que se inste al organismo competente para que realice los estudios necesarios y elabore los
informes oportunos para valorar la posible retirada del monumento escultórico dedicado a la Memoria de los Voluntarios Soviéticos, así como todas las placas en memoria de Brigadistas Internacionales de diferentes nacionalidades".
Lo cierto es que la propuesta tenía muy pocas posibilidades de salir adelante aunque el PP hubiera votado a favor pues seguirían siendo necesarios los votos de Ciudadadanos (Cs), que tenía la llave en última instancia. Su portavoz en el distrito de Fuencarral-El Pardo, José Mantecón, dejó entrever a Público que su partido no iba a apoyar la iniciativa de la ultraderecha: "En Ciudadanos creemos que el distrito tiene preocupaciones más urgentes que lo acontecido hace prácticamente un siglo. Entrar en este tipo de posiciones en este momento no es lo más adecuado ni lo que se necesita en Madrid. Este tipo de propuestas no está en nuestro orden de prioridades. En ese sentido, me remito a las palabras de Begoña Villacis en octubre de 2020".
¿Qué dijo entonces Begoña Villacís? La vicealcaldesa por Cs compareció ante los medios de comunicación el pasado mes de octubre después de la polémica generada tras la aprobación por parte del Pleno del Ayuntamiento de Madrid el el 29 de septiembre de la propuesta de Vox de retirar las calles y placas en honor a la memoria de los dirigentes republicanos y socialistas Largo Caballero e Indalecio Prieto. Cs votó entonces a favor de la propuesta de la ultraderecha. Tras la polémica generada, Villacís anunció que desde ese momento Cs rechazaría todas las mociones sobre memoria histórica "de los dos bandos", en una postura absolutamente equidistante.
"Habrán tanteado a Mantecón y al ver que no contaba con apoyos la han retirado", aseguran fuentes del PSOE de Fuencarral-El Pardo. Una sospecha compartida por quien iba a defender la postura del PSOE en el Pleno de la Junta de distrito, Mar Espinar: "VOX retira la propuesta, entiendo que porque ya saben que no la sacan".
Pese a esta retirada a última hora, Espinar asegura que "Vox no tiene ideas, no quiere hacer política. Solo sabe destruir y enfrentar. Su labor consiste en remover el puchero de los estereotipos de la derecha más bizarra. Son tan cansinos como peligrosos. No tienen gracia. Ojo con ellos, necesitamos que la gente sensata deje de votarles, mientras tanto lo único que podemos hacer desde el PSOE es enfrentarnos a ellos en cada pleno".
Historia de dos monumentos
Los monumentos que Vox quiere destruir llevan más de 40 años en su ubicación actual, uno, y más de 30 otro. La placa de grandes dimensiones que recuerda a los brigadistas internacionales fue colocada por el Ayuntamiento de Madrid en el cementerio de Fuencarral en 1980, como réplica de la placa original colocada allí a finales de 1936 en plena batalla por el control de la capital. A pocos metros de la placa se ubica el conjunto escultórico en memoria de los voluntarios soviéticos, que fue inaugurado en 1989.
La gran placa en memoria de los voluntarios de las Brigadas Internacionales es una réplica de la que se instaló durante la guera civil para recordar a todos los extranjeros llegados para defender la República, pero especialmente a los fallecidos en la defensa de Madrid a finales de 1936. Ante el gran número de bajas entre los brigadistas se habilitó un espacio en el cementerio de Fuencarral, entonces un pueblo a las afueras de Madrid, para que pudieran ser enterrados.
Tras la guerra, la placa fue destruida por los franquistas y los restos de los brigadistas exhumados y abandonados en el cercano monte de El Pardo. En 1980, la corporación municipal surgida de las primeras elecciones municipales democráticas desde la II República, construyó la réplica actual. Posteriormente, se han ido añadiendo otras placas más pequeñas dedicadas a distintos grupos nacionales de brigadistas por cuenta de asociaciones de memoria e incluso embajadas.
En cuanto, al monumento a los voluntarios soviéticos, éste representa una alegoría de medio arco de triunfo erigido sobre el mapa de España en cuya tierra entran las filas de los voluntarios que son contemplados por una figura femenina que simboliza la Madre-patria. En el lateral están grabados los nombres de 182 voluntarios que estuvieron en España durante el conflicto.
Los dos monumentos, las placas de los brigadistas internacionales y la escultura en memoria de los voluntarios soviéticos, así como la escultura que rinde homenaje a los españoles que combatieron en Europa durante la Segunda Guerra Mundial fueron atacados con pintadas nazis y antisemitas en el año 2017.
En esa zona del cementerio de Fuencarral, la parte vieja del mismo, abundan los símbolos y los recuerdos de una época muy convulsa: justo enfrente del monumento a los voluntarios soviéticos hay otro en cuya inscripción se puede leer: "En memoria de los Españoles que combatieron por la libertad en Europa. 1939-1945" dedicado a los 50.000 españoles que murieron durante la Segunda Guerra Mundial, sin distinción de bandos. Este monumento fue inaugurado en 1995.
La memoria acumulada en el cementerio de Fuencarral no entiende de ideologías: un poco más allá, al otro lado de la calzada por la que transitan los visitantes, aparecen el yugo y las flechas esculpidas sobre la tumba del primer jefe local de la falange muerto en agosto de 1936.
Un Ayuntamiento contra la memoria
De estos últimos monumentos Vox no dice nada. Este nuevo ataque de Vox a la memoria histórica es uno más de los muchos que la formación de ultraderecha ha intentado desde que entró en el Ayuntamiento de Madrid tras las elecciones de mayo de 2019. Unas veces el tiro le ha salido por la culata, pero en otras ocasiones sus embestidas contra estos símbolos de la memoria han contado con el apoyo y la anuencia del PP.
Es tan evidente que la ultraderecha influye en el alcalde José Luis Martínez Almeida, que una de sus primeras medidas al acceder a la Alcaldía fue cerrar la Oficina de Derechos Humanos y Memoria puesta en marcha en 2017 por el anterior equipo municipal capitaneado por Manuela Carmena.
Ese primer movimiento alcanzó mayores cotas a finales de 2019 cuando el Ayuntamiento de Madrid paralizó y destruyó el Memorial del cementerio de la Almudena destinado a los 2.934 republicanos fusilados entre 1939 y 1944 puesto en marcha por el equipo dirigido por Carmena. Almeida decidió sustituirlo por uno nuevo en recuerdo de todas las personas que fueron fusiladas en Madrid entre 1936 y 1944 por los dos bandos, estableciendo así una equidistancia entre los fusilados después de la guerra en un acto de venganza y las que los fueron fusiladas durante el conflicto.
En el proceso, además, el Ayuntamiento arrancó las placas del cementerio de la Almudena con los nombres de los fusilados por la dictadura sin consultar a nadie, indignando aún más a las asociaciones.
Posteriormente llegaría el borrado de Largo Caballero y de Indalecio Prieto de la memoria histórica de Madrid. La Justicia ha parado temporalmente los pies al Ayuntamiento, pero si algo ha quedado claro es que Vox no va a hacer ni una sola concesión en este asunto.
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