Hace falta una buena guía para viajar por el terror y escapar a salvo. Y, como un faro, asoma el proyecto Desaparición forzada de Andalucía para trazar la ruta de la represión franquista en el sur de España. Un camino dibujado entre 43.449 víctimas y 798 fosas comunes que sirve de "antídoto contra el olvido, las verdades contadas a medias y contra el uso manipulador de los eufemismos", según sus autores.

El repositorio aporta una visión poliédrica: desde una foto fija general del contexto represivo a la violencia contra las mujeres o la guerra colonial y los crímenes contra la humanidad. Con una clave, "humanizar lo representado", las víctimas, a través de mapeos plagados de iconos y fotografías.

Y con la invitación a "un pequeño viaje a la desaparición forzada a través de los mapas", apunta el geoactivista Fidel Mingorance.

Andalucía es uno de los rincones del mundo con más civiles desaparecidos. La región española supera, por sí sola, las cifras del terrorismo de Estado que suman las dictaduras de Argentina y Chile juntas. El fascismo activó el ensañamiento extremo tras el fracaso del estallido golpista, sometiendo a la población a una orgía de sangre y muerte. Pedagogía del terror en estado puro.

Desaparición forzada de Andalucía (DFA) incluye 70 mapas en formato imagen, otros online que facilitan la navegación por los enterramientos ilegales y un libro titulado Cartografía de la Desaparición Forzada en Andalucía (1936-1951).

El "cartografiado coral" está elaborado por cuatro colectivos: Casa de la Memoria la Sauceda, La Vorágine Cultura Crítica, Human Rights Everywhere (HREV) y Foro por la Memoria del Campo de Gibraltar, y financiado por el Ministerio de la Presidencia, Relaciones con las Cortes y Memoria Democrática del Gobierno de España.

"Humanizar" a los desaparecidos

El trabajo incide en la idea de "humanizar" a los desaparecidos. Caso de "un mapa simbólico en el que aparecen todas y cada una de las víctimas representadas con un icono" y que replica una solución análoga al articulado por el equipo interdisciplinar que elaboró en 2019 la Cartografía de la desaparición forzada en Colombia.

Ahí están 43.449 figuras "ubicadas aleatoriamente por la geografía andaluza" que representan a tantos civiles asesinados por los golpistas. "Es una imagen simbólica y política que nos recuerda que son víctimas de un crimen atroz y que todas cuentan", explica el geoactivista.

Como la proyección que usa fotografías para poner rostro a los desaparecidos. "Utilizando la semiología cartográfica correcta para representar cantidades absolutas se utilizan círculos de distinto radio pero incorporando una imagen para insistir sobre el tema de que no son frías estadísticas ni puntos en un mapa, fueron personas con sus vidas sociales y familiares, sus planes de vida, sus sueños y sus lucha", subraya Mingorance.

El plano central de DFA aporta "de un vistazo una idea general sobre las víctimas". El proyecto parte de un "tratamiento cartográfico clásico" con imágenes "estáticas" que representan los datos del repositorio y otros "como el frente de guerra o los campos de concentración".

Y hay un mapa "imprescindible para buscar víctimas y fosas" en el viaje por el terror fascista y saber, desde un enfoque provincial, "si en tu pueblo o ciudad hay desaparecidos".

Mapa de mujeres asesinadas

"La foto de María Silva Cruz, la Libertaria, es un símbolo de lo que el fascismo quiso borrar... y por eso la devolvemos al mapa", precisa Fidel Mingorance. La represión de género es tratada como un escenario reincidente en la arquitectura de la matanza de Franco. Una visita obligada. "Los mapas de mujeres insisten en el tema de que mapeamos personas y por eso se incluyen retratos", remarca.

La Desaparición forzada de Andalucía también incluye "un mapa de denuncia de lo poco que ha hecho el Estado en el tema de las exhumaciones". Como dato, "las cifras mapeadas hablan por sí solas", aseveran los expertos.

Este plano "fundamental" aporta además un "homenaje a familiares, asociaciones memorialistas, antropólogas y arqueólogas forenses, historiadores y periodistas, porque todo lo que vemos en verde en el mapa es gracias a estos colectivos". 

La sociedad civil "ha luchado desde hace décadas porque no queden bajo un manto de niebla amnésica las técnicas de aniquilamiento y terror utilizadas por los sublevados".

Los espacios provinciales, por su parte, "están orientados a llamar la atención sobre la urgencia de actuar". Como el lugar de ubicación de las fosas comunes, por ejemplo.

"Suele utilizarse la consigna de que los asesinados están en cunetas, pero en Andalucía el 61% de las fosas y el 80% de las víctimas están en fosas en los cementerios. ¿Por qué el Estado no hizo nunca un plan específico y así contar con una política pública efectiva y encaminada a exhumar y dignificar en los lugares donde más fosas hay? Hasta Colombia tiene planes de cementerios...", según Mingorance.

Las fosas desaparecidas

Cuando ya no hay opción de localizar un enterramiento ilegal se pierden para siempre "las personas desaparecidas forzadas y los criminales consiguen su propósito".

De ahí el mapa de las fosas desaparecidas. El croquis "utiliza un estilo firefly (luciérnaga) para encender una luz de alarma", resalta. DFA desvela así la importancia de la participación institucional en materia de derechos humanos.

En el mapeo hay paisajes cronológicos del terror y caminos que llevan a "algunos de los mayores crímenes de guerra" y señalan a los victimarios. Genocidas como Franco o Queipo. El mapa web invita asimismo a navegar por la relación de fosas comunes en suelo andaluz "y cuando haces clic sobre una de ellas te lleva al repositorio donde están todos los datos".

Desaparición forzada de Andalucía cuenta además con el apoyo de artículos como El genocidio social franquista. Las etapas de la represión, por el historiador y director científico de la página web Todos los Nombres, José Luis Gutiérrez Molina.

Y Las resistencias populares, por el arqueólogo Jesús Román y el antropólogo Juan Manuel Guijo, además de un resumen de las exhumaciones en Cádiz por Francisco Javier Pérez Guirao. O Mujeres y desaparición forzada: el terror "especial", machista e invisible y La desaparición forzada como técnica de colonización, ambos por el periodista y colaborador de Público Juan Miguel Baquero. Unos textos que, como todo el proyecto, "reiteran que las víctimas son personas".