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En busca de cinco asesinados por pistoleros fascistas

La Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica (ARMH) ha comenzado este lunes los trabajos de exhumación en el cementerio cacereño de Casas de Belvís.

Personas buscan a cinco desaparecidos por la represión franquista en la fosa común del cementerio de Casas de Belvís (Cáceres).
Personas buscan a cinco desaparecidos por la represión franquista en la fosa común del cementerio de Casas de Belvís (Cáceres). / Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica (ARMH)

A Ciriaco González García lo asesinaron el 10 de septiembre de 1936. Fue secuestrado y torturado por un grupo de falangistas junto a otros cuatro compañeros y, tres días más tarde, fue fusilado. Sus restos siguen en una fosa. Este lunes, la ARMH ha comenzado las labores de exhumación del cuerpo de Ciriaco y los cuatro agricultores asesinados.

Las víctimas fueron secuestradas de sus trabajos y domicilios tres días antes de ser asesinados por falangistas del mismo pueblo, dirigidos por el jefe de Falange Feliz Ramos. Según testimonian las familias de las víctimas, el motivo de la detención ilegal fue su pertenencia a un grupo de trabajadores que quería recuperar el derecho al uso de tierras concedidas al pueblo de Belvís y que fueron vendidas al Marqués de la Romana por la Ley de Desamortización de Madoz. También formaban parte de un grupo de trabajadores que enseñaban a leer a compañeros después del jornal.

Durante los tres días que estuvieron encarcelados en Belvís fueron torturados y su ejecución extrajudicial fue acometida en el cementerio de Casas de Belvís, presuntamente, por un falangista del pueblo de Almaraz conocido como Tío Cuchichí. Entre las víctimas se encontraban los hermanos Ciriaco y Francisco González García. El primero tenía 54 años cuando fue asesinado, dejando en soledad a su mujer Elisa Iglesias Martín. El segundo contaba con 56 años y estaba casado con Concepción Luengo García y Francisca y tenía tres hijos.

Los otros tres compañeros campesinos asesinados son Pedro Pascasio Pérez Jara, que estaba casado con Valeria Sierra Jara y Tiburcia, con quien tuvo ocho hijos; Félix Nuevo Nacido de quien no se conoce su fecha de nacimiento ni si estaba casado o con hijos; y Juan García Osado, que era carpintero de profesión, tenía entre 50 y 60 años y fue perseguido por el compromiso político de izquierda de sus hijos.

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