Hace años que el PSOE y los partidos de la izquierda alternativa comparten gobiernos y responsabilidades; desde 2020, de hecho, el Ejecutivo estatal es una coalición entre ambas sensibilidades. Por este motivo viene siendo habitual que los socialistas estén pendientes de los procesos internos de sus socios y de sus expectativas electorales.

El PSOE siguió de cerca la reorganización de la izquierda alternativa que desplazó a Unidas Podemos como principal actor del espacio y el nacimiento de Sumar como coalición hegemónica. También asistieron a los malos resultados de este espacio en el último ciclo electoral y se interesaron por asambleas internas de organizaciones, como la última de Izquierda Unida, que designó a Antonio Maíllo como coordinador federal.

Ahora les toca a los de Pedro Sánchez afrontar su propio proceso orgánico de renovación y los espectadores son los diferentes partidos de la izquierda alternativa, que seguirán con atención el 41 Congreso Federal del PSOE que se celebra este fin de semana en Sevilla.

Los socialistas acuden a esta cita con la necesidad de afrontar una renovación de sus direcciones en diferentes territorios, después del descalabro electoral de las últimas municipales y autonómicas, que se saldaron con una victoria clara del PP y con la conformación de gobiernos entre la derecha y la ultraderecha de Vox.

Voces destacadas de los partidos que conforman la coalición de Sumar ven el cónclave socialista como una oportunidad para que los de Pedro Sánchez resuelvan la batalla que existe entre "sus dos almas": el neoliberalismo y la socialdemocracia.

El debate de ideas, desplazado por los escándalos

"El PSOE sostiene políticas neoliberales en España y en Europa, pero también tiene alma socialdemócrata; creo que tienen que resolver ahora esa contradicción por el momento en el que estamos de avance reaccionario", explican fuentes de Izquierda Unida.

Bajada a lo terrenal, precisan estas mismas fuentes, esa batalla se debería traducir en una revisión por parte de los socialistas en cuestiones como la política de vivienda, la guerra o su apoyo incondicional a la OTAN.

"La vivienda es un elemento fundamental, el problema de nuestro tiempo, y el PSOE debe elegir de qué lado está, de parte de la gente o de parte de los fondos de especulación que nos expulsan de nuestras ciudades", trasladan desde la coalición de Sumar.

Sobre la guerra, estas voces recuerdan que "no sólo se trata del genocidio de Israel en Palestina, un ámbito en el que el Gobierno y el PSOE ha dado pasos, aunque todavía insuficientes, sino también de la guerra de Ucrania, una guerra en suelo europeo que está cambiando las relaciones internacionales y definiendo un nuevo mapa geopolítico".

Sin embargo, fuentes de la dirección de Sumar reconocen que "la atmósfera que rodea al congreso del PSOE no es la más propicia para un debate de ideas y propuestas real: la última semana ha sido más un baile de peleas internas soterradas, culminando en la dimisión de Lobato, y poco o nada se ha hablado de la ponencia política que presentan. Lo deseable sería que el debate estuviera ahí, pero el foco suele estar en otra cosa".

Estas mismas fuentes señalan que "como análisis general, al PSOE, en muchas ocasiones, le falta ambición, y, más allá del eslogan escogido, es que muchas de las ideas estrella de su ponencia política son más bien conceptos que Sumar ha colocado encima de la mesa".

En este sentido se apunta a "repartir los beneficios empresariales con los trabajadores, blindar en la Constitución el aborto o el matrimonio igualitario, carácter público de la vivienda protegida... Si hay voluntad real de llevarlas a cabo, esas medidas podrían estar ya en el acuerdo de Gobierno, porque Sumar siempre lo ha defendido: lo que no vale es firmar algo en la ponencia política de lo que al mismo tiempo vas a renegar o no intentar poner en práctica siendo Gobierno".

La relación entre el PSOE y el espacio a su izquierda hace años que es simbiótica. Los socialistas están muy lejos de poder conformar un Gobierno en solitario con sus actuales expectativas electorales (que, además, los sitúa por detrás del PP, como ya sucedió en las últimas elecciones generales).

Sobre esta cuestión, voces de Sumar trasladan que "el futuro del PSOE depende en buena medida de lo que suceda con este Gobierno de coalición y de su capacidad de dibujar una alternativa deseable y materializarla a través de su acción. Eso requiere ambición en muchos frentes en los cuales al PSOE hasta ahora le ha temblado mucho la mano, como la intervención decidida en lo que a vivienda se refiere. Quien crea que con palabras basta, que mire a lo que ha pasado en Estados Unidos", advierten.

La construcción de alternativas al PP en los territorios

Esta lectura se extiende también a los diferentes territorios, en los que en la actualidad el PSOE es la oposición en casi todas las comunidades y parece haber quedado muy lejos los tiempos de sus mayorías absolutas.

En este contexto, fuentes de Izquierda Unida, un partido con un fuerte arraigo territorial y, sobre todo, municipalista, explican que "los gobiernos del PP en las comunidades autónomas son demasiados y sus competencias son muchas, por ejemplo en materia de vivienda, y el PSOE tiene que construir alternativas al PP en los territorios".

Sin embargo, estas mismas voces advierten de que "sería un error que (el PSOE) pensara que en esas alternativas pueden contar con la izquierda transformadora. Hay que hablar de política para llegar a acuerdos".