Claveles rojos reposan hoy donde estuvieron enterrados durante 88 años los cadáveres de 1.786 personas asesinadas en Sevilla y sus inmediaciones en las semanas posteriores al golpe de Estado del 18 de julio de 1.936, que acabaría con la II República.

La tierra respira hoy libre de los cuerpos tiroteados por las fuerzas golpistas gracias a la lucha de los familiares de las víctimas, que "emocionados" pudieron este martes recibir un homenaje de las autoridades y, de algún modo, despedirse de los suyos después de larguísimos años de silencio, de horror y de miedo.

Sobre una lona negra, al lado del atril desde el que el alcalde de Sevilla, Antonio Muñoz (PSOE), rindió homenaje a las víctimas y garantizó que se iban a exhumar el resto de fosas que aún quedan por desenterrar en el camposanto sevillano, colgaban fotografías ajadas, decoloradas por el paso del tiempo de víctimas del franquismo.

A la fosa acudieron, entre otros familiares y allegados de las víctimas del franquismo, de Felisa Pulido, maestra; de Horacio Hermoso, el último alcalde republicano; de Miguel Herrero, minero. El nieto de Herrero afirmó a Público al pie de la fosa que su padre, el hijo del fusilado, y su tía, la hija, habían muerto ya, sin haber podido, como él este martes, despedirse de su padre. "Era de Nerva. Con 41 años lo asesinaron. En Amate lo fusilaron".

"Han pasado tres años y se culmina un trabajo que ha superado todas las previsiones del horror. Una fosa en la que el equipo ha tenido que superar una cantidad de obstáculos impresionante. Tengo un agradecimiento hondo y sincero para Aranzadi por su enorme profesionalidad, el cálido trato humano y la transparencia en los informes mensuales. Este es un trabajo que va a quedar como canon para el resto de las exhumaciones", dijo Guerrero.

Una de las mayores

La fosa de Pico Reja es una de las mayores exhumaciones de Europa. De ella se han extraído 1.786 cuerpos con "evidencias de represaliados". Y ha superado en efecto las previsiones, fijadas en torno a unos 850 cuerpos. Pero no son todos los que están. Se estima que en Sevilla pudo haber unos 3.300 asesinatos en las semanas y meses tras el golpe de Estado. "Sevilla fue una de las provincias donde más se mató. En torno a las 13.000 personas [unas 3.300 en Sevilla]. De ahí viene la fama de Queipo", dijo a Público el historiador Paco Espinosa. 

El alcalde Muñoz afirmó: "Hoy es un día muy especial. Un día que las asociaciones y las familias habéis estado esperando. Cerramos una herida, el dolor seguramente seguirá. Hay dos fosas más. Vamos a continuar con esta tarea. Me sumo a la felicitación a Aranzadi, que ha hecho un trabajo extraordinario. Continuaremos con la fosa de Monumento. Ya hay estudios con presupuesto en el año 2023".

Además del alcalde de Sevilla, acudió al acto de homenaje el viceconsejero de Turismo y Cultura, Víctor González (PP), –el presidente de la Junta, Juan Manuel Moreno Bonilla estuvo ausente del acto–, que recibió pitos por su por momentos extraña intervención en la que, después de defender que se necesitan gobernantes rectos y la necesidad de no abrir nuevas brechas, acabó por criticar la "megalomanía del invasor ruso", en referencia a Vladímir Putin. 

En este punto, los murmullos se convirtieron en una pequeña protesta. Al final del acto, que se cerró con vivas a la república, un hombre se levantó y dijo: "Dígale al cardenal, al presidente de la Junta y a los notarios que no ha hecho falta su presencia aquí para abrir la fosa".