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Actualizado:Música y revolución. Dos conceptos amplios que se han ido retroalimentando desde tiempos pretéritos. Donde había un abuso, una explotación o una injusticia, había, por norma general, un individuo con una guitarra en sus manos cohesionando a las masas.
Aunque algunos historiadores se atreven a situar el origen de esa manía de cantar para luchar en los inicios del siglo XX, es muy seguro que ésta sea tan antigua como las sociedades humanas. No sabemos qué cantarían los esclavos de Egipto mientras cargaban con los grandes bloques de piedra de las pirámides, tampoco podemos saber qué sonidos entonaron los comuneros castellanos, ni como sonarían las bodegas de los barcos esclavistas, pero tengan por seguro que allá donde hubo un conato de rebeldía, se escucharon cánticos de revolución.
Y es que, la música, sea simple o compleja, es capaz de arrastrar los sentimientos humanos hacia donde ella quiera. Puede llevar a los individuos al amor, a la nostalgia, a la tristeza, pero sobre todo, puede zarandearlos y hacerlos caminar hacia una revolución. En España tenemos ejemplos muy cercanos, en tanto que la oposición musical al franquismo fue un instrumento de desgaste tan eficaz como los adoquines que se lanzaban contra los grises en el 68.
Conscientes de la importancia que la música tiene para con las reivindicaciones de la clase obrera, hemos seleccionado diez canciones combativas para celebrar este Primero de Mayo, día Internacional de los Trabajadores.
“No quiero tus millones, señor”
El crac de 1929 sumió a los EEUU en una importante crisis económica y social que se alargaría hasta parte de los años cuarenta. Esta denominada Gran Depresión terminó afectando en mayor medida a las clases trabajadoras norteamericanas, que en muchos casos tuvieron que emigrar de un estado a otro en busca de nuevas oportunidades. Tanto es así que, la situación destapó un sentimiento de clase hasta entonces inédito en el autodenominado país de la libertad.
El repunte del obrerismo yanqui se vio amenizado por un creciente grupo de cantautores comprometidos con la causa y vinculados al Partido Comunista estadounidense. Woody Guthrie, puso la primera piedra del movimiento folk y a él le siguieron algunos nombres como Pete Seeger, Lee Hay o Millard Lampell, formando una banda conocida como The Almanac Singers. Entre sus canciones, destaca All I want (I don't want your millions, Mister", en la que este grupo de cantautores cargaban contra los empresarios que se habían enriquecido a costa de la crisis. “No quiero tus millones, señor/ Todo lo que quiero es el derecho a vivir/ devuélveme mi trabajo de nuevo”, cantaban.
El “We Shall Overcome” de Seeger
Pete Seeger lo aprendió de Zilphia Horton, la directora del Highlander Folk School (un centro que se convirtió en un símbolo de la lucha por los derechos civiles) y simplemente lo adaptó a las circunstancias del momento, manteniendo la entonación y añadiendo algunos matices a la letra.
La canción, terminó convirtiéndose en un emblema de la lucha contra el apartheid en EEUU y en Sudáfrica. La proclama de “veceremos” fue utilizada posteriormente en multitud de lugares del mundo, adaptada a o otros idiomas como el castellano durante la dictadura argentina o en los tiempos del tardofranquismo.
“Working Class Hero”
Quizá sea la canción más alejada de las rutinas compositivas de Lennon: un folk al más puro estilo americano en el que se despacha a gusto contra las jerarquías sociales. Aunque la canción, según el mismo contó, trata sobre como las normas sociales te dictan lo que tienes que ser, su estribillo (Un héroe de la clase obrera / es lo que hay que ser) se convirtió en un himno de clase, versionado por artistas como Marilyn Manson, David Bowie o Green Day.
“A la huelga”
Corría el año 1963, en plena dictadura franquista, cuando Chicho Sánchez Ferlosio (hijo del escritor falangista Rafael Sánchez Mazas) lanzó su álbum Canciones para la Resistencia Española, en el que recopiló algunos temas populares del ideario republicano español. Un disco emblemático en sí por su carácter antifascista, del que podríamos destacar varias canciones que apuntalan ese sentimiento de clase, en este caso impregnado por el anarquismo del cantautor de madrileño. Fusiles contra el patrón, Gallo Rojo, Gallo Negro o A la huelga, son algunos ejemplos.
Esta última (cantada también por el chileno Rolando Alarcón) brilla por su carácter atemporal, en tanto que de haberse cantado cuarenta años antes o después, su letra seguiría teniendo la misma validez revolucionaria. A la huelga, no es una mera consigna, sino que refleja la visión de apoyo mutuo y colectivo que Ferlosio y el movimiento anarquista español ha tenido a lo largo de su historia: Contra el gobierno del hambre/ nos vamos a levantar/ todos los trabajadores / codo a codo por el pan.
“Pobrecito, el obrero”
Si entendemos la música como una banda sonora capaz de acompañar las revoluciones y protestas de una clase social, quizá Evaristo Páramos (La Polla Records, The Kagas y Gatillazo) sea la voz más ilustre de España.
En 1990, con una trayectoria más que notable y un prestigio extraordinario dentro de la esfera del punk, La Polla Records publicó su sexto álbum de estudio con el nombre de Los Jubilados, donde la figura del trabajador cobró un papel central en canciones como Mis riñones, Huelga general o El obrero. Con un enfoque crítico, el vocalista gallego cargó contra el capitalismo financiero que a base “crédito rápido” adormece a las clases populares introduciéndolas en una espiral de consumo.
“Y gritarle al poderoso, mientras haya un desahucio más”
En 2015, Nacho Vegas publicó Canciones Populistas, quizá, su disco más comprometido. Aunque fue un trabajo compuesto unicamente por cinco canciones, el cantautor tuvo suficiente espacio para reírse del liberalismo o ironizar sobre UPyD.
No obstante, si hay una melodía capaz de ensalzar la lucha social contra las injusticias de la crisis esta es la Canción para la PAH, un homenaje al colectivo anti-desahucios en el que se habla de la unidad de las clases populares y la autoorganización de los barrios como alternativa al capitalismo. Mientras haya una sola persona a la que los bancos dejen sin techo / debemos cantar a coro y no cantar en soledad/ y cantar a los que solo aúllan/ mientras haya un desahucio más, dice la letra.
'No somos nada'
Quizá hayan leído en las recientes manifestaciones feministas pancartas en las que sus portadoras se definían como “las nietas de aquellas brujas que no pudieron quemar”. Una consigna ingeniosa cuyo origen se halla en una canción de La Polla Records de los noventa en la que se apelaba al pasado para reivindicar la identidad de la clase obrera. De forma parecida a la proclama feminista, Evaristo Páramos cantaba: Somos los nietos de los obreros que nunca pudisteis quemar.
'El vals del obrero'
La habrán escuchado un sinfín de veces, en fiestas de barrio, verbenas o en el coche del amigo punki que todos tenemos. Aunque ha llovido mucho desde que Ska-P pariera este tema tan emblemático, su letra continua en vigor, siendo uno de los mayores himnos proletarios de los tiempos modernos. Con un ritmo que invita a los pogos, los de Vallecas sacaban pecho de ser “obreros, la clase preferente” e invitaban a sus seguidores a sumarse a la resistencia en forma de estribillo.
Nosotros
Nos dieron a elegir: jodernos o morir es el estribillo de esta canción de 2017 de la banda de rap madrileña Dremen. Un tema edulcorado con las bases electrónicas de Tony Karate que resume muy bien las consecuencias de la crisis económica en las clases trabajadoras españolas. Es, además, un tema que conecta de lleno con las premisas del 15-M, apelando a la resistencia de aquellos “que sobreviven” a un sistema que parece atrapado en un estado de corrupción perpetua.
“Working Class Woman”
La discriminación de las mujeres dentro de la propia lucha de clases no es una realidad nueva, ni mucho menos. Si bien es cierto que el movimiento feminista avanza en nuestros días a pasos agigantados, cabe decir que muchas de las proclamas que hoy escuchamos en manifestaciones o leemos en los medios, ya fueron lanzadas por muchas mujeres que tuvieron que pelear con dos frentes: el capitalismo y el machismo imperante. Entre esas personalidades, resulta imprescindible la figura de Barbara Dane, sindicalista, proletaria y cantante estadounidense que reivindicó la figura de la mujer trabajadora durante prácticamente toda su carrera.
En su tema Working Class Woman ya denunció esa manía patriarcal de definir a las mujeres como “las esposas de” o “las madres de”. Se trata de una canción imprescindible dentro de la historia del feminismo obrero y combativo. ¡Soy una mujer de clase trabajadora, y el futuro es mío!, sentencia con su voz impecable.
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