Tusi, cocaína rosa, tusibí o tussy son algunos de los nombres que recibe la droga que varias personas habrían introducido en la bebida de un menor de 14 años el pasado viernes en Getafe. El chico se expuso a unos dos gramos de este compuesto y falleció a los pocos minutos de consumirla.

Esta cocaína rosa es, en realidad, un compuesto de varias sustancias en forma de polvo rosado, aunque puede fabricarse de distintos colores. En ocasiones presenta un olor dulce y es una mezcla de ketamina, cafeína y MDMA, aunque este mix puede variar y no es extraño encontrarse en él restos de paracetamol, por ejemplo.

También puede encontrarse en ella el 2C-B, una fenetilamina psicodélica conocida como pastilla triposa o Nexus y que causa efectos que podrían asimilarse a los del LSD o el éxtasis.

Con todo ello, y teniendo en cuenta que la cocaína rosa es una mezcla variable de estas sustancias, sus efectos son disociativos (sobre todo cuando contiene ketamina) o estimulantes (por la aportación del MDMA o la cafeína), según explican desde la organización de análisis y prevención Energy Control.

Además, los efectos de la ketamina o el MDMA por separado −y en una dosis mucho más baja que los dos gramos consumidos por el menor fallecido− pueden durar varias horas. Como con todas las sustancias de este tipo, sus consecuencias son variables, pero suponen siempre un riesgo para la salud. 

Las convulsiones, la pérdida del conocimiento, la falta de conexión entre los pensamientos, la variación del ritmo cardíaco o la disociación son algunos de los efectos concretos a los que puede llevar la ingesta de tusi.

Una droga cara

El precio del gramo de esta droga supera con creces al de otras como el hachís, el MDMA e, incluso, la cocaína, una droga que siempre ha sido "de ricos". Ahora, el tusi alcanza precios más altos que ascienden a los 100 euros el gramo.

También ha aumentado su popularidad, favorecida por su color rosado y llamativo. El pasado 18 de enero, la Guardia Civil desarticuló una organización distribuidora de estupefacientes en Madrid. Los individuos disponían de un laboratorio con capacidad para elaborar 20 kilogramos de tusi.