BARCELONA
Las tortugas bobas cada vez son inquilinas más habituales en nuestra primera línea de mar, y el verano es su temporada alta para visitar las playas metropolitanas y criar. Su presencia se intensifica y obliga a una gestión de estos animales amenazados. La bióloga del Servicio de Fauna y Flora del Departamento de Territorio y Sostenibilidad de la Generalitat de Catalunya Aïda Tarragó asegura que la nidificación "es un hecho excepcional, pero que va claramente en aumento, y Catalunya es un punto caliente dentro de la península Ibérica".
Tarragó señala que las tortugas son animales que, a pesar de ser relativamente comunes en nuestro mar, habitualmente hacen los nidos en playas del Mediterráneo oriental, por ejemplo en Grecia, y en zonas subtropicales y tropicales, como por ejemplo Cabo Verde, Florida o Costa Rica. "En el contexto del cambio climático que estamos viendo, y que cada vez se acelera más, estas zonas tradicionales están sufriendo un calentamiento que ha llevado a las tortugas a buscar nuevas zonas de nidificación, más frías. Por eso han llegado a las costas del Mediterráneo occidental como la península Ibérica, Francia, las islas Tirrèniques y las Baleares", detalla Tarragó, quien recuerda que en estas zonas las playas están muy urbanizadas y "el uso que se hace en temporada de baño, que coincide con su temporada de cría, es intensivo".
Por lo tanto, "no es que se sientan atraídas por las playas urbanas, sino que buscan zonas más frías y estas son las playas que encuentran". Este año se han detectado al menos tres nidos, y según Tarragó todavía saldrá alguno más hasta finales de octubre. La experta señala que en el Mediterráneo occidental "el incremento está siendo exponencial", y lugares de Italia donde hace unos años estaban cómo Catalunya –con unos cuatro nidos por temporada– "este año llevan más de 30".
Cualquier playa metropolitana
En el ámbito metropolitano, al servicio de playas del área Metropolitana de Barcelona (AMB), la ambientóloga Alba Barrera precisa que las tortugas "han llegado a playas más o menos urbanas y de diferentes características en cuanto a pendiente y arena". Por ejemplo, en los últimos cinco años se han observado cuatro intentos de nidación, de los cuales solo dos han tenido éxito. Por ello, que las tortugas lleguen a hacer postas en las playas urbanas del área metropolitana "es una demostración de que es posible la convivencia de unas playas muy visitadas con la mejora de la biodiversidad", y considera que su llegada también habla de la buena calidad del espacio y de los valores naturales de estas playas.
En cuanto a la intensificación, confirma que desde el 2014 la nidificación ha ido en aumento en la costa catalana, y que empiezan a haber nidos de tortuga en zonas donde antes no había. La semana pasada, por ejemplo, nacieron las primeras crías de tortuga boba –una treintena– en la playa de la Mar Bella, en Barcelona. Los huevos fueron custodiados por 1.500 voluntarios durante los 46 días de incubación.
A la larga, las tortugas hembras suelen volver a poner en las playas donde nacieron y, por lo tanto, las zonas de posta habituales tienen más frecuencia de renidificación. Aun así, Tarragó asegura que este año se ha podido constatar que la tortuga que hizo el nido en Vilaseca a mediados de junio ya había ido a Catalunya hace cuatro años, a Castelldefels, "que también lo intentó a finales de junio y que, además, una vez hecha esta primera posta, se quedó en la zona de Tarragona dos semanas más, hasta que hizo la segunda posta el 26 de julio".
Por lo tanto, resume: "Estaríamos hablando de una tortuga que ha hecho o intentado hacer el nido cuatro veces en Catalunya, tres seguidas un mismo verano". Hoy por hoy se están recogiendo muestras genéticas del máximo de madres y crías para ver cuántas tortugas diferentes han puesto en la Península y las Baleares, y ver cuántas de estas han repetido, cosa que dará "resultados muy interesantes".
El confinamiento y el Gloria
A pesar de la ausencia humana durante semanas en las playas, Tarragó asegura que, si bien es posible que el confinamiento se pudiera haber notado en el mar, donde el tráfico marítimo disminuyó de manera muy significativa, las tortugas salen a poner en unas horas donde la presencia humana en la playa "tendría que ser residual". Sobre las jornadas de confinamiento, señala que, a pesar de que las playas estaban muy tranquilas, "fue antes de la época habitual de nidificación, que se da a partir del mes de mayo".
Lo que ha tenido un impacto indirecto ha sido el temporal Glòria: a pesar de que no habría afectado a las tortugas en el momento de la nidificación –puesto que esto se da en la primavera–, el episodio podría haber tenido "un impacto en la calidad de algunas playas, que habrían quedado reducidas a pocos metros de anchura". A pesar de esto, Tarragó asegura que en el litoral catalán hay playas con condiciones de incubación adecuadas y la distancia entre éstas es de pocos kilómetros; por eso, aunque una tortuga encontrara que la playa donde quiere salir tiene poca anchura, "encontraría otra más correcta a poca distancia la misma noche".
Protección por mandato legal
Toda esta presencia obliga a activar mecanismos de protección de estos animales, una salvaguardia que responde, de hecho, a un mandato legal: "Hasta hace poco, su supervivencia estaba amenazada y, a pesar de que su estatus mundial ha mejorado, la especie sigue incluida a la lista de especies amenazadas de la IUCN como vulnerable", recuerda el investigador Lluís Cardona. Su gestión también es importante porque, si hasta ahora el cambio climático había provocado el desplazamiento de invertebrados, pájaros y pequeños mamíferos, "ahora hablamos de una especie que puede llegar a los 100 kilos en la edad adulta".
Cardona lidera, junto con los investigadores Marta Pascual i Carlos Carreras, un proyecto de la Universitat de Barcelona (UB) y el Institut de la Recerca de la Biodiversidad (IRBio) para potenciar el éxito de los episodios de nidificación de la tortuga boba en las costas mediterráneas. Pascual avisa: "Estos acontecimientos esporádicos parecen ser el inicio de una nueva colonización, y en un futuro nuestras costas se podrían convertir en zonas de nidificación estables si las condiciones son las adecuadas", una colonización que puede ser vital para la supervivencia de la especie. La investigadora añade: "Esperamos que con una buena gestión en un futuro esta especie tenga poblaciones estables a nuestra costa".
Proyecto con nuevas conclusiones
El proyecto, con la participación de la Universitat de Vic y la Estación Biológica de Doñana, consiste en establecer un plan piloto en Catalunya y poderlo aplicar después en otras regiones. En concreto, la iniciativa combina estudios científicos para entender por qué hay un incremento de nidos a nuestras costas. Entre las novedades, se están usando por primera vez con éxito herramientas genómicas que han puesto de manifiesto casos de multipaternidad en algún nido y, según Carreras, "que una hembra se reproduzca con diferentes machos no es extraño en poblaciones naturales, pero sorprende en una colonización, y hace que aumente la diversidad genética de la nueva población".
Otra conclusión es que la viabilidad de la nidificación ha aumentado en la última década, y se ha demostrado que se ha visto favorecida por el calentamiento global. De hecho, avisan que este fenómeno tiene un impacto directo en las tortugas marinas, puesto que la temperatura de incubación determina el sexo de las crías, y sobre esto Cardona añade: "El cambio climático ha mejorado las condiciones para la nidificación en las costas catalanas principalmente en los últimos diez años. Así, a pesar de que todavía nacen mayoritariamente machos, las condiciones están cambiando y empiezan a producirse hembras, y esto permite la viabilidad de la nueva población". Quizás estamos presenciando el inicio de un tiempo nuevo.
Colaboración ciudadana y 112
Además del trabajo del Centro de Recuperación de Animales Marinos en el Prat de Llobregat, la Generalitat tiene la Xarxa de Rescat de Fauna Marina, un equipo de respuesta rápida que, en el caso de un aviso de nidificación, activa un protocolo para velar para que la tortuga pueda hacer el nido en las mejores condiciones. La gran mayoría de nidos en Catalunya se han localizado gracias a la colaboración de los usuarios de las playas. Aún así, la ambientóloga Alba Barrera avisa que por la noche también hay personas en la playa y es muy importante no molestar los animales, "que no los toquen ni hagan fotos", porque los pueden "desorientar y asustar". La respuesta: llamar al 112 para activar el protocolo.
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