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Rechazo vecinal a la norma que permite abrir las tiendas en Barcelona todos los domingos hasta el 15 de septiembre

Los residentes del Barri Gòtic critican la medida por "la masificación del espacio público y la precarización de los puestos de trabajo", mientras entidades como la Unió d'Eixos Comercials y Barcelona Oberta creen que impulsará los establecimientos y supondrá una "experiencia positiva para los consumidores".

Una manifestació contra l'obertura dels comerços els diumenges a Barcelona.
Una manifestación contra la apertura de los comercios los domingos en Barcelona. Cedida por l'Associació de Veïnes i Veïns del Barri Gòtic

Desde el pasado 15 de mayo, los establecimientos ubicados en ejes turísticos de Barcelona, como los situados en los distritos de Ciutat Vella y el Eixample, tendrán la posibilidad de abrir todos los domingos hasta el 15 de septiembre, estableciendo una especie de barra libre non stop del calendario comercial, que podría suponer más de 120 días seguidos de apertura. Este cambio de horarios, aprobado por todas las formaciones del pleno del Ayuntamiento de Barcelona -excepto ERC, que se abstuvo- se ha pactado entre partidos políticos, patronales, asociaciones comerciales y el sindicato UGT. La norma ya ha provocado el enfado de los trabajadores de estas tiendas, que a finales del mes de abril convocaron una manifestación para protestar por el deterioro de sus condiciones laborales, y de la Associació de Veïnes i Veïns del Barri Gòtic que denuncian el impacto en su vida cotidiana, "perjudicando el único día de conciliación posible que teníamos vecinos y comerciantes".

Hasta ahora, el calendario comercial permitía abrir cinco domingos, repartidos entre tres en mayo y dos en octubre. Con la nueva normativa, entre el 15 de mayo y el 15 de septiembre, podrán hacerlo casi una veintena de días. Las entidades empresariales Unió d'Eixos Comercials i Turístics y Barcelona Oberta han emitido un comunicado, en el que recuerdan que las tiendas de menos de 300 metros cuadrados ya podían abrir en el Barri Gòtic y en la zona del Born.

"Barcelona entra finalmente en el circuito de las grandes ciudades europeas donde los comercios pueden abrir los domingos", según el presidente de Barcelona Oberta

Estas organizaciones valoran positivamente la iniciativa, asegurando que "Barcelona entra finalmente en el circuito de las grandes ciudades europeas donde los comercios pueden abrir los domingos". El presidente de Barcelona Oberta, Gabriel Jené, destaca sus beneficios para la capital catalana. "Somos una de las zonas más turísticas del Estado y carece de sentido que los horarios comerciales sean restrictivos. Sería un contrasentido". Jené defiende esta opción de acuerdo con tres aspectos: la supuesta voluntariedad de trabajar los domingos, la conciliación laboral y un sistema retributivo similar al de las fiestas navideñas. "Será una experiencia positiva para los comerciantes y consumidores", augura.

Después de las primeras semanas de funcionamiento, el Ayuntamiento de Barcelona ha realizado una valoración positiva del estreno del horario comercial. El primer teniente de alcaldía, Jaume Collboni, aunque admitió que la mayoría de tiendas no han podido organizar correctamente los turnos de las plantillas para generar más puestos de trabajo, insiste en que uno de los objetivos de este plan es "propiciar nuevas ocupaciones en el sector comercial y aprovechar al máximo la estancia turística".

Beneficio para las grandes cadenas comerciales

Este mensaje optimista contrasta con la visión que tienen desde la Associació de Veïnes i Veïns del Barri Gòtic. Elisenda Coll, integrante de esta entidad, recuerda que el proceso es "una acción más para masificar el espacio público y gentrificar el barrio". Para Coll, los únicos beneficiados de estas aperturas en domingos y festivos serán las grandes cadenas comerciales y la industria turística. Los vecinos comentan que están previstas más movilizaciones de algunos de los empleados de los establecimientos ante "la precarización laboral" que temen sufrir.

Elisenda Coll recuerda que el proceso es "una acción más para masificar el espacio público y gentrificar el barrio"

"Hace tiempo que hemos constatado una densificación del barrio, pero todavía nos quedaba algún día de cierta pacificación, como los domingos, donde podíamos pasear, pero ahora esto se acabará", lamenta Coll. En relación a la cuestión de que ya tenían determinados comercios de menos de 300 metros cuadrados de superficie abiertos los domingos, la vecina del Barri Gòtic critica que "era una decisión libre y ahora se conseguirá cargar más los establecimientos de barrio con políticas que van en contra de la emergencia climática y que perjudican al pequeño tendero".

Elisenda Coll replica las observaciones del presidente de Barcelona Oberta, que garantiza la mejora de las condiciones laborales de las plantillas de las tiendas. "Tenemos constancia de que se quieren hacer contratos de lunes a domingo que faciliten los cambios de turno libremente". En esta misma línea, vecinos y trabajadores califican de "desastrosa" la medida por mucho que sus defensores argumenten que generará empleo. Así, señalan que los pequeños comercios de barrio no pueden contratar a más gente por su precaria situación económica, mientras que el gran comercio tampoco hace nueva contratación, limitándose a reestructuraciones horarias con reducción de personal durante la semana para cubrir los domingos y horas extras, que en la mayoría de ocasiones no se abonan bajo este concepto.

En contra de un resorte turístico

El colectivo vecinal del Barri Gòtic, que tiene el apoyo de otras entidades de diferentes zonas de la ciudad, además de la Federació d'Associacions Veïnals de Barcelona (FAVB), se siente víctima del fenómeno de la turistificación y de la liberalización progresiva de los horarios de apertura. "No somos ni queremos ser un centro comercial y tampoco somos ni queremos ser un resort turístico".

"No somos ni queremos ser un centro comercial y tampoco somos ni queremos ser un 'resort' turístico", dicen los vecinos

Un tendero del Barri Gòtic, que tiene un establecimiento de electrodomésticos, alerta de que el grueso de las compras que recibe se producen entre semana, mucho más que cualquier sábado. Este comerciante cree que no tiene sentido debatir sobre horarios mientras existen plataformas como Amazon. "Tienen vía libre para hacer lo que quieren, ocupar espacios públicos y privados y una libertad de horarios total". Ante esta realidad, el tendero ve que los calendarios y los horarios sólo son una anécdota en una necesidad más amplia: la regulación, a través de una tasa, de la actividad de los gigantes del comercio electrónico.

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