Hacinadas, sobre sus heces y con heridas. Así han encontrado en la madrugada de este miércoles a las aves que llegaban en camiones al matadero valenciano de Sueca. El colectivo València Animal Save se ha sumado a las vigilias globales que han tenido lugar en todo el mundo para despedir a los animales que iban a sacrificar.

Los pollos que encontraron apenas tenían 40 días, según destaca la organización en un comunicado de prensa. Además, también denuncian que muchos de ellos mueren incluso antes de llegar al matadero, debido a las condiciones de la crianza y el transporte.

"Resulta más rentable dejarlos agonizar que proporcionarles el tratamiento veterinario que necesitan", lamenta a Público Diego Nevado, portavoz de prensa de València Animal Save. "Por esta razón es una práctica estándar en la industria", añade.

"En la mayoría de explotaciones ganaderas, tienen a la salida contenedores de obra. Allí tiran los animales que se mueren", alerta a este medio Jose Ferrer, coordinador del colectivo.

Las vigilias son una acción legal y pacífica. Siempre que los transportistas lo permiten, los activistas muestran algo de compasión a los animales antes de su final.

"Cuando nos acercamos, era evidente que no estaban bien. En los santuarios se mueven y curiosean. Aquí estaban recostados sobre sus heces", describe.

La crianza en suelo no aumenta el bienestar

La organización también resalta que los animales criados en suelo no tienen más calidad que en las jaulas. "No significa que vayan a estar mejor ni mucho menos. Están amontonados y eso crea un aire insalubre", comenta la bióloga Rosa Más en declaraciones a Público.

Los pollos broilers son aquellos que se utilizan para la carne de consumo humano. Estos animales "tienen graves deformaciones", subraya la bióloga. "Han sido modificados genéticamente para que tengan más volumen y sufren grandes problemas de salud", detalla a este diario.

Las aves transportadas al matadero de Sueca "tenían las patas deformes", explica Ferrer. "Muchas veces no pueden soportar su propio peso y tienen muchas dificultades para andar", añade. Por su parte, Más lamenta que "siempre van a tener problemas en las extremidades".

La farsa del bienestar animal

València Animal Save destaca que el matadero de Sueca está certificado como libre de antibióticos y con el sello de bienestar animal, a pesar de las circunstancias en las que se encontraban.

La organización considera que los sellos de bienestar animal no se corresponden con la realidad y señalan que así se ha demostrado en diferentes infiltraciones realizadas en las granjas donde son criados o en el interior de los propios mataderos.

"Todo esto es una gran falsedad", critica Más en declaraciones a Público. La bióloga no concede credibilidad a esta clase de certificados porque "la realidad demuestra que no hay bienestar alguno".

Nevado también afirma que "las regulaciones de bienestar no son ciertas porque otras organizaciones como Equalia o Igualdad Animal han publicado imágenes donde no se cumplen unos mínimos".

Según Más, la situación es parecida a la contaminación acústica y ambiental. "Se abre un expediente sancionador, pero sale más barato pagar la multa que dejar de hacerlo", lamenta. Nevado concluye que la situación es "de una crueldad absoluta".