Varios centenares de personas se manifestaron ayer entre la lluvia y el viento en la plaza de María Pita de A Coruña contra la violencia machista y reclamando justicia para Samuel Luiz Muñiz, el joven de 24 años asesinado a patadas y puñetazos en la madrugada del pasado sábado en una céntrica avenida de la ciudad por una turba que lo mató a golpes entre insultos homófobos.

Ni la Policía ni la jueza que lleva el caso, y que ha decretado el secreto del sumario, han desvelado aún si consideran que el crimen tuvo ese móvil de odio al que apuntan todos los indicios y las declaraciones de los testigos, pero la concentración de ayer en María Pita, que fue secundada en más de sesenta localidades gallegas y en varias ciudades españolas, sí se convirtió en un clamor contra la violencia machista y la LGTBIfobia que alienta el discurso homófobo de la ultraderecha.

La Policía ha empezado a interrogar a las trece personas a las que considera envueltas en la brutal agresión, aunque fuentes de la investigación aseguran que son siete las directamente implicadas en el asesinato de Samuel. Al cierre de esta información no se había producido aún ninguna detención, aunque las mismas fuentes señalaron que era cuestión "de poco tiempo" que se produjeran.

Quienes se concentraron ayer en la plaza de María Pita, frente al Ayuntamiento coruñés, algunos portando banderas LGTBI o vistiendo prendas con sus colores, querían mostrar su consternación por el brutal asesinato de un joven a quien sus amistades definen como "pacífico y de carácter tranquilo". Hubo lágrimas y mucho dolor por lo que le ocurrió a él. Pero también una enorme indignación por la pasividad con que las instituciones están asumiendo el discurso machista y homófobo de la ultraderecha.

"No se trata de hechos puntuales, sino de una situación estructural. Lo de Samuel ha sido el cierre negro de un período negro en la últimas semanas ", sostiene Ana García, portavoz de la Asociacion por la Libertad Afectiva y Sexual (Alas). Su organización ha puesto en marcha el Observatorio Coruñés contra la LGTBIfobia, que ofrece apoyo a las personas agredidas y que compila desde hace varios años los casos que se denuncian en la ciudad. Crecen año a año, y el pasado fueron 114. "La semana pasada agredieron a porrazos a un matrimonio. El sábado por la noche intentaron pegarle a una mujer trans, que se salvó gracias a dos vecinas de Santiago, e intentaron quemar una bandera LGTBI en la sede del Comité Antisida de A Coruña (Casco). Y ayer aparecieron pintadas homófobas en Perillo", una localidad cercana a la ciudad.

García opina que "el discurso del odio recorre el país con total impunidad y ante la pasividad" de los partidos políticos de la ultraderecha y de la derecha. "Cuando Ayuso dice en Madrid que va a derogar las leyes LGTBI para contentar a Vox, y cuando Almeida se niega a colocar una bandera en el Ayuntamiento en el Día del Orgullo, están alentando ese discurso", explica. "Lo mismo que cuando nos acusan a nosotras de adoctrinar en los colegios. ¿Qué tipo de adoctrinamiento es enseñar a los niños los derechos humanos?", se pregunta.

La portavoz de Alas añade que existe una responsabilidad de toda la sociedad para eliminar "esa masculinidad tóxica que ha matado a Samuel y que provoca la misma violencia que mata a las mujeres". También pide a los medios que asuman su responsabilidad en el tratamiento de la muerte del joven coruñés. "Su padre nos ha pedido que les digamos a los periodistas que, por dios, dejen de llamarle. Transmítaselo a sus compañeros, por favor", añade.

Una amiga de Samuel se encargó de tomar la voz en María Pita para contar cómo había muerto este auxiliar de enfermería que trabajaba cuidando ancianos en una residencia para mayores de una ONG local. Escuchar cómo le quitaron la vida en un linchamiento medieval fue muy duro. Por la mañana, Lina Suárez, otra de sus amigas y testigo de su asesinato, había narrado en varios programas de televisión cómo el sábado por la noche paseaba con Samuel mientras estaban haciendo una videollamada, cuando un chico pasó a su lado y, pensando quizá que lo estaban grabando, le llamó "maricón" y le dijo que dejara de hacerlo. Al poco, el joven volvió acompañado de la manada que asesinó al chico repitiendo el mismo insulto. "Fue un crimen homófobo, totalmente", relató Lina.

Lo mismo piensa Adrián Seijas, que ayer acudió a la manifestación de A Coruña consciente de que no se trataba sólo de reclamar justicia para Samuel, sino de denunciar la laxitud con la que la sociedad está asumiendo la incipiente publicidad del discurso homófobo y machista. "Cuando se les da altavoz en las tertulias a quienes ponen en cuestión los derechos más elementales, y cuando hay medios que les dan espacio y minutos para que lo hagan, quienes sienten odio ante las realidades diferentes acaban por sentirse legitimados para expresarlo", expone. "No es casualidad que estén aumentando las agresiones, porque detrás de ese incremento están la normalización del discurso del odio de una fuerza política con representación parlamentaria y los medios que la amparan y promueven", concluye Seijas.

Antes de la manifestación de esta tarde, los miembros del pleno municipal del Ayuntamiento de A Coruña salieron también a la plaza de María Pita para guardar un minuto de silencio en memoria de Samuel. También hubo concentraciones espontáneas en el lugar del asesinato, en la Avenida de Buenos Aires, donde el padre del chico dejó ayer escrita una nota de recuerdo en varios folios pegados al suelo con papel de celo. Allí se acumulan ya flores, velas y mensajes de amigos de Samuel y ciudadanos anónimos.

Eurodiputados se unen a la manifestación

Una treintena de eurodiputados, la mayoría españoles, se concentraron este lunes en el patio de la sede del Parlamento Europeo en Estrasburgo (Francia) en repulsa ante la brutal agresión que acabó este sábado con la vida del joven Samuel Luiz, de 24 años, en A Coruña.

"Esa barbarie no cabe en nuestra sociedad ni en la Europa que defendemos. Por eso nos hemos reunido aquí para protestar y denunciar todo tipo de violencia generada por el discurso de odio", recalcó el portavoz del PSOE en la Eurocámara, Javier Moreno.

La concentración sumó a unos treinta eurodiputados de buena parte del arco parlamentario español, con representantes del PSOE, Unidas Podemos, PP, Ciudadanos, PNV y ERC, que mostraron carteles con el nombre del joven fallecido y reclamos de justicia por el crimen, así como banderas con los colores del arcoiris.

La convocatoria, promovida por la delegación socialista española en el Parlamento Europeo, recuerda que los testigos de la paliza aseguran que durante el ataque los agresores le gritaron "Maricón", por lo que no dudan de que el crimen suponga un acto de homofobia.

El ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, ha confirmado también que todavía no se ha practicado ninguna detención, aunque ayer se informó erróneamente de 13 detenidos, y ha recalcado que la Policía Nacional trabaja "de forma exhaustiva para, en la mayor brevedad posible, esclarecer los hechos, saber cuál es la naturaleza de los mismos" y detener a los autores.