La organización Plan International ha alertado sobre la grave emergencia que está sufriendo Somalia debido a cinco temporadas consecutivas sin lluvias. Esta crisis ha provocado el desplazamiento de 857.000 personas este año y ha contribuido a la separación familiar y la migración debido, especialmente, al hambre que genera este clima.

Además, se ha registrado un aumento del 81% en el número de menores no acompañados y separados de sus familias en Somalia en 2022 en comparación con el año anterior. En un comunicado, la entidad señala que la guerra es el principal motivo del hambre y de las migraciones.

El conflicto que ha asolado el país durante más de tres décadas ha obligado a 366.000 personas a desplazarse de sus hogares. Esta coyuntura ha aumentado la inseguridad y las dificultades para acceder a servicios y recursos, incluyendo la asistencia humanitaria vital, para las mujeres jóvenes y niñas del país.

Abusos sexuales y violencia de género

Concha López, directora general de Plan International, ha indicado que "las niñas sufren discriminación por su edad y género, y están expuestas a graves peligros como consecuencia de abusos sexuales y violencia de género, matrimonio infantil y embarazos adolescentes y no deseados".

Por primera vez en la historia, el número de personas que han tenido que abandonar sus hogares en todo el mundo supera los 100 millones. De ellos, casi 4 de cada 10 (36,5 millones) son niños y niñas que han sufrido el desplazamiento forzado debido a la violencia. 

El grupo denuncia que los conflictos se están produciendo junto con los efectos de la emergencia climática y las crisis macroeconómicas derivadas de la guerra de Ucrania y la covid-19, lo que ha creado un contexto de "crisis superpuestas" sin precedentes en el mundo. Esto ha provocado más de 2,4 millones de desplazamientos debido a las sequías y más de 1,1 millones debido a temperaturas extremas en la última década.

Plan International señala que está trabajando para proteger y promover los derechos de la infancia y la igualdad de las niñas refugiadas a través del "empoderamiento juvenil". Insta a los Gobiernos a desplegar políticas migratorias que prioricen la protección y el bienestar de niños y niñas; que no se les obliegue a ellos ni a sus familias a regresar a un país en el que puedan sufrir cualquier tipo de persecución.

Asimismo cargan contra las políticas migratorias restrictivas que "niegan a las personas migrantes el acceso a servicios esenciales". Y apuntan que los Estados deben permitir a los niños, "especialmente a las niñas, migrantes y refugiados", acceder a una educación y atención sanitaria de calidad para "desarrollar su potencial".