La Audiencia Provincial de Valladolid ha condenado a ocho años y medio de cárcel a un hombre por un delito continuado de abuso sexual cometido contra su hija, quien padece una discapacidad y no tiene plena capacidad para consentir en relación con la toma de decisiones en el ámbito de la sexualidad.

Además de la pena de prisión, la sentencia, facilitada este viernes por fuentes del TSJCyL, impone al acusado la prohibición de aproximación a la víctima a una distancia inferior a 500 metros, su domicilio, lugar de estudios o trabajo o cualquiera en el que se encuentre durante 18 años y seis meses.

Por el mismo periodo, el tribunal prohíbe al procesado comunicarse con su hija por cualquier medio o procedimiento, establece la medida de libertad vigilada por diez años y fija el pago de una indemnización de 10.000 euros por los daños morales causados.

La resolución judicial afirma que, aunque la víctima, nacida en 1990, conoce que su padre ha sido condenado en varias ocasiones por la comisión de delitos contra la libertad sexual, sin embargo está convencida de su inocencia simplemente porque él así se lo manifiesta.

Esta situación revela la "manipulación" que el acusado ejerce sobre la joven y la situación de especial vulnerabilidad que ella presenta, "queriendo mantener el vínculo y el contacto con la figura paterna a pesar de todo".

La sentencia aprecia como circunstancia atenuante la alteración mental del acusado, nacido en 1966, quien tiene una baja dotación intelectiva encuadrable en una capacidad intelectual límite, con rasgos de personalidad de tipo esquizotípico, paranoico y límite que le ocasionan una ligera disminución de las bases psicobiológicas de la imputabilidad.