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Abusos sexuales a menores Dos exalumnas denuncian abusos de un sacerdote jesuita en un colegio de Barcelona en los años 80

Los Jesuitas de Catalunya han identificado hasta ahora a ocho personas de la orden acusadas de abusos o conductas inapropiadas cometidas en diferentes décadas en cuatro de sus colegios.

Imagen de la escuela Sant Ignasi, de los jesuitas de Sarrià. Google Maps

efe

Dos exalumnas del colegio jesuita Sant Ignasi de Sarrià, de Barcelona, cuyas iniciales son E.C. (1973) y M.C. (1973), han presentado sendas denuncias contra el exprofesor de este colegio y sacerdote Lluís Tó, ya fallecido, por abusos sexuales cometidos a mediados de la década de los 80.

Según publica este martes en su edición digital El Periódico de Catalunya, se trata de las primeras mujeres que acuden a una comisaría de los Mossos d’Esquadra a relatar lo que sufrieron en este colegio religioso, que acumula demandas, -hasta hoy eran todas de hombres-, contra cuatro docentes: Lluís Tó (cinco denuncias), Pere Sala (dos denuncias), Antoni Roigé (una denuncia) y Josep Antoni Garí (una denuncia).

Los Jesuitas de Catalunya han identificado hasta ahora a ocho personas de la orden acusadas de abusos o conductas inapropiadas

Los Jesuitas de Catalunya, la primera orden religiosa en España que abrió el pasado mes de diciembre una investigación interna sobre los posibles casos de abusos en sus colegios desde los años 60, han identificado hasta ahora a ocho personas de la orden acusadas de abusos o conductas inapropiadas cometidas en diferentes décadas en cuatro de sus colegios.

Los jesuitas han informado de que en su investigación interna ya han entrevistado a una veintena de posibles víctimas, entre ellas a ocho mujeres, y reconocieron que siempre la persona más citada era el profesor Lluis Tó, ya fallecido y que en 1992 fue condenado a dos años de cárcel y seis de inhabilitación por abusos sexuales sobre una menor, y que después fue trasladado a Bolivia.

Además de Tó, pesan acusaciones contra otros seis monjes y un seglar, según informó la congregación, que reconoció que "es doloroso remover el pasado", volvió a pedir "perdón por el sufrimiento que algunos jesuitas han infligido" y aseguró que les "avergüenza no haber sabido evitarlo en el pasado".

Los jesuitas han abierto un correo para recibir testimonios de personas que quieran explicar algún suceso relacionado

La investigación interna, que aún no ha concluido, se inició el pasado 13 de diciembre en todos los centros educativos de la Compañía de Jesús en Catalunya, que se ha comprometido a informar del resultado de su revisión "siempre respetando la voluntad de las víctimas y el derecho a la presunción de inocencia de las personas".

Los jesuitas han abierto un correo ([email protected]) para recibir testimonios de personas que quieran explicar algún suceso relacionado con la orden para poder entrevistarlos y recabar datos.

Una de la dos mujeres que han relatado ahora su testimonio ha explicado: "No era una alumna problemática. A mí Tó no me llamaba a su despacho para castigarme sino porque era buena. Y que te abriera la puerta de su despacho -ubicado en la parte más noble y ostentosa de la escuela- te hacía sentir importante, digna de su atención".

"El problema era que, en cuanto entraba, él siempre cerraba con llave", rememora esta exalumna, que dice darse cuenta ahora de que el abuso de poder comenzaba en ese instante, cuando "se encerraba a solas con un menor para excitarse".

"El problema era que, en cuanto entraba, él siempre cerraba con llave", recuerda una víctima de Lluis Tó

E.C. calcula que acudió a aquel despacho entre 15 o 20 veces y que siempre salía sintiéndose "incómoda" porque Tó le ordenaba que se sentara sobre su regazo y en esa postura la distraía mientras le acariciaba por debajo de la ropa la espalda y el abdomen, y que también le "restregaba" los genitales contra su cabeza.

Otra amiga de E.C. y M.C. está meditando si también presenta una denuncia o no. "No se trata solo del daño que causaron los pederastas sino del silencio de toda la escuela. Cuando Tó fue denunciado por abusos sexuales pasaron por las clases para pedir a los alumnos que no explicáramos nada de este tema. Nos hicieron cómplices de su encubrimiento", aseguran las dos mujeres.

Fuentes de los jesuitas han señalado que no tenían constancia de la presentación de estas dos denuncias, aunque sí de otras víctimas mujeres que ya han relatado hechos similares, por lo que no aportan nada nuevo que no conocieran en su investigación interna del comportamiento delictivo de Lluis Tó.

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