Al menos el 81% de los humedales de importancia internacional se encuentran en un estado de conservación "preocupante". De esta forma, 61 de los 75 ecosistemas acuáticos incluidos en el convenio internacional Ramsar sufren afecciones en la calidad y la cantidad de sus masas por culpa de la acción del ser humano.

Del total de los humedales amenazados, el 29% se cataloga en estado pobre y el 38% en estado muy pobre. El 18% de esos 61 ecosistemas en peligro tienen un nivel de conservación moderado. Así lo evidencian los datos del último informe Humedales Ramsar 2022 publicado por SEO/BirdLife con motivo del día Mundial de los Humedales. 

Doñana, S’Albufera de Mallorca, L’Albufera de Valencia, Delta del Ebro, Laguna de Gallocanta y Mar Menor figaran como los entornos más perjudicados y en peor estado, no sólo a nivel español, sino a nivel mundial, tal y como denuncian desde la organización ecologista. La agricultura intensiva y el robo de agua es la principal causa de deterioro, además de la incidencia de las sequías vinculadas a la crisis climática y la contaminación humana de las aguas.

Los datos, que han llevado a España a recibir advertencias y sentencias del Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE), tienen una incidencia directa en las poblaciones de aves que dependen de estos entornos naturales. Al menos 140 especies habitan o migran en los humedales de España, lo que representa al 40% del total de las aves que residen en el Estado. De ellas, el 22% de las poblaciones presentan problemas de conservación.

Roberto González, responsable del programa de Aguas de SEO/BirdLife, ha reclamado a las autoridades españolas que "corrijan las carencias" en la protección de los humedales.  "Es una obviedad el colapso ambiental al que se enfrentan los humedales más emblemáticos de España y, por ende, las especies de aves ligadas a ellos, debemos de elegir entre el modelo imperante o la protección de los servicios que aportan los ecosistemas más valiosos del planeta"

Para las organizaciones ecologistas la situación más preocupante es la de Doñana, no tanto por estado de conservación, sino por las recientes medidas políticas anunciadas por la Junta de Andalucía, que prevén amnistiar a 1.460 hectáreas de regadío ilegal que se nutren de las masas de agua de este ecosistema.