Sevilla
Actualizado:Teresa Rodríguez (Rota, 1981) atiende a Público en el Parlamento de Andalucía, en unas surrealistas dependencias en las que –ella y los ocho diputados a los que a instancias de Podemos e IU, el resto de partidos, PSOE, Cs y Vox, con la abstención final del PP, después de un vodevil de un mes decidieron echar del grupo de Adelante Andalucía– la Cámara la ha encajado y que comparte con una diputada falangista, ex de Vox, también en lo formal "no adscrita". Esa es la expresión que se utiliza en la jerga parlamentaria para describir a los diputados que no pertenecen a un grupo. Esta entrevista se produce poco después de que Rodríguez haya conocido que el Tribunal Constitucional ha admitido a trámite el recurso de amparo que presentó contra la expulsión del grupo del que, nada menos, fue cabeza de cartel en las pasadas elecciones autonómicas. Si el Constitucional decidiese adoptar las medidas cautelares pedidas por Rodríguez y revertir, por tanto, la expulsión hasta que decidiera resolver sobre el fondo del asunto, ello daría un giro a la situación de la izquierda en Andalucía.
¿Qué sensaciones tiene después de la decisión del Constitucional?
Todo el mundo tenía claro que el Tribunal Constitucional iba a admitir a trámite el recurso. Hay dos informes jurídicos contrarios a nuestra expulsión de los servicios jurídicos del Parlamento de Andalucía. Lo cierto es que cada vez que un agente neutral se ha posicionado sobre nuestra expulsión ha puesto sobre la mesa los visos de inconstitucionalidad de la misma. Si se dan las cautelares me alegraré muchísimo. Pero quienes han urdido la operación han jugado con los tiempos. Una decisión que llegue dentro de un par de años tendrá otro significado. Nos han expulsado nuestros adversarios políticos, vulnerando nuestros derechos y los de nuestros representados, sólo porque hemos sido abiertamente molestos para ellos, en lo político y también en lo ético. Ese es el único motivo. Lo malo es que contaban con los retrasos del Constitucional y si no hay cautelares y nos dan la razón dentro de dos años, fuera de la legislatura, el daño no se reparará. El problema es que si llega tarde no servirá para reparar el daño. Esa es la apuesta que han hecho quienes nos expulsaron de nuestro grupo.
Por otra parte, no es fácil que el Constitucional enmiende la plana a un Parlamento autonómico. Este no es un asunto menor. Si esto fuera la expulsión de la cúpula de alguno de los partidos que tienen representación en el Constitucional a lo mejor estamos hablando de otra cosa. Nosotros no tenemos padrinos, pero creo que nos darán la razón en la sentencia definitiva.
Nosotros, diga lo que diga el Constitucional, hemos hecho ya el trabajo para pasar de fase. Vamos a seguir adelante con nuestro proyecto de todas formas. Las asambleas comarcales nos dicen que hay agua en la piscina y estamos convencidos de que, con calma, y sin tener que discutir nada en Madrid, de alguna manera liberados del lastre de tener que estar pidiendo permiso a Madrid para existir y para reivindicarnos, podemos construir una fuerza política andaluza. Somos un partido andaluz, las otras dos fuerzas estatales que estaban con nosotros decidieron construir las sucursales andaluzas de sus partidos. Los valores que hasta ahora hemos representado siguen en pie. Cuando una tiene claro eso, lo del Constitucional pues puede facilitar la labor.
Han cambiado el reglamento del Parlamento también.
Pero es que además se han ensañado. Estábamos en dinámica de hacer leyes. Teníamos diputados para ello y nos dijimos, como no nos dejan participar en los debates parlamentarios ni a las proposiciones no de ley que no cambian la vida de la gente, pues vamos a dedicarnos a a lo importante: hacer leyes. Decidimos hacerlas con gente que sabe, con colectivos sociales. Pero han metido en el reglamento, ex profeso, desproveernos de esta capacidad [la reforma aprobada, en efecto, reduce la capacidad de los diputados no adscritos al mínimo].
En este tiempo, hemos registrado una ley de ratio en las escuelas, una ley de las casas de apuestas, para alejarlas de los colegios, una ley, de nuevo, para regular las dietas. Además, estábamos trabajando en una ley de lactancia, parto respetado y crianza con apego. Abrimos un proceso de participación, participaron más de 200 personas. Eso no se hace en dos días. Entonces, se quedó en un borrador.
¿Y ahora qué van a hacer?
Si el Constitucional quiere, continuaremos con los planes, y si no, nos plantearemos una Iniciativa Legislativa Popular, para la que hay que recopilar 40.000 firmas. Hemos decidido, de momento, trabajar en una Iniciativa Legislativa para regular los precios de alquiler. En resumen, en cualquier escenario, tenemos cosas que hacer.
¿Qué va a pasar a partir del día 26?
A partir del día 26, nos constituimos como organización. Refundamos Adelante Andalucía. Somos la misma fuerza política que se presentó en 2018. Hay dos fuerzas políticas de la coalición que han constituido Unidas Podemos. Nosotras vamos a seguir con la misma organización que presentamos en 2018. Seguimos con la idea inicial de Adelante Andalucía, sin más retrasos, con las organizaciones que quedamos, con las nuevas que se incorporan y con las asambleas de militantes. Somos una fuerza política andaluza que se relaciona con otras organizaciones de izquierda del resto del país confederalmente, pero centrada en Andalucía. El debate, la discusión, las propuestas... todo parte de aquí. Luego podemos hablar de Palestina y del Sahara, pero el centro está aquí. ¿Cuál es el paso cualitativo que daremos a partir del 26? El funcionamiento asambleario. No avanzábamos en el desarrollo organizativo: Podemos e IU no querían. Para ellos Adelante Andalucía era una marca electoral y ya está. Para nosotros, no. Entonces, una vez que se ha clarificado la situación, estamos desarrollando la organización. Quizá antes de las elecciones hagamos algún ajuste de carácter jurídico, si va a ser un partido instrumental o una coalición. Lo más importante es organizarnos nosotros aquí. Que consigamos tener peso, depende de nosotros. O lo conquistamos o no nos lo va a dar nadie. A partir de ahí hablaremos con todo el mundo.
¿Cree que IU y Podemos van a denunciar por la marca?
Pueden denunciar, pero no van a llegar a ninguna parte, porque la marca está registrada. Hay un plazo para recurrir y nadie recurrió nada.
¿Va a ser usted la cabeza de cartel?
Lo decidiremos en primarias. Ya lo veremos.
¿Se va a presentar a esas primarias?
No lo sé.
¿En qué ha quedado el 15M, diez años después?
En un buen recuerdo y un buen aprendizaje para personas que después han continuado su vida social. Se ha cosechado un sentido común alternativo, que sigue ahí. Cuando el cerebro se abre a una idea nueva, ya no vuelve a su tamaño original. Todo el que pasó por aquello, sigue trabajando en su entorno más cercano. Y luego, se ve el 15M en muchos detalles, hay luchas laborales, por ejemplo, en subcontratas de la Junta, que vienen a las puertas del Parlamento y que funcionan de forma asamblearia y se relacionan con los sindicatos, pero su funcionamiento es de participación directa. Eso es 15M. Antes del 15M eran los sindicatos, las organizaciones y los partidos. Fue a partir de entonces que se puso en marcha, digamos, un anonimato representativo que sigue presente en las luchas sociales, laborales, que se están dando en Andalucía.
En los objetivos del 15M, más derechos, mejor democracia, ¿Estamos mejor que entonces?
Cuando fuimos a las plazas, estábamos en una situación muy límite, después de tres años de ajuste y de crisis, después de que te despidieran, de que te echaran y después, además, de que el Estado te recortara la educación, la sanidad, el sueldo. Vimos las consecuencias: los desahucios, la vulnerabilidad, que muchas familias que pensaban que tenían la vida resuelta entraran en un abismo de inestabilidad. Fue la expresión de un sentimiento de indignación, que generó una simpatía en la mayoría de la población. La mayoría de la gente estaba de acuerdo en que se pararan los desahucios, algo que es un acto de desobediencia civil frente a los poderes, la policía, la justicia, la banca. Por otra parte, entonces, frente a esa crisis, la salida no fue echarle la culpa al más débil, frente a la escasez, la salida no fue apuntar a los migrantes. Fue una expresión colectiva de defensa de de valores progresistas, de igualdad. Eso frenó el nacimiento de la extrema derecha en España. Lo retrasó. La extrema derecha se retrasó en España gracias al 15M.
Cada vez que hay una revuelta es una semilla que se siembra para mas adelante. Quienes estuvimos allí, seguimos aquí y a todos nos ha cambiado algo. Trotsky decía que lo que mueve la máquina de vapor es el pistón, pero sin vapor no se mueve el pistón ni tiene sentido la máquina. El 15M fue vapor. Quizá no hubo pistón. No hubo después una estrategia para conseguir que los objetivos se llevaran a cabo. Uno tiene que tener la correlación de fuerzas para poner en marcha las ideas. Y hay poderes que no quieren renunciar a sus privilegios. Para reducir privilegios en pos de los derechos de la mayoría era necesario una estrategia de poder muy afinada. En el caso del 15M, no llegamos tan lejos.
¿Le ha mandado un mensaje a Iglesias tras su retirada? ¿Cómo valora su figura?
No se lo creería si le mandase un mensaje ahora. La relación es inexistente. Se cortó. Eso no quita que yo reconozca el papel de Pablo Iglesias en la política española. Va a estar en los libros de historia. Reconozco su papel en el desarrollo de los valores de izquierdas en España. También es un ejemplo de que los poderes fácticos masacran a quien genera algún tipo de posibilidad de desprenderles de sus privilegios. A todos nos ha pasado algo de eso, pero el que se ha llevado los palos más gordos ha sido Pablo.
¿Cómo se combate a la ultraderecha?
Cada uno tenemos un sitio desde el que podemos hacer algo al respecto. Como aquel incendio que hubo en el bosque: los animales se pusieron a coger agua y el colibrí llevaba un poquito de agua en el pico. Pues eso. Todo el mundo tiene algo que hacer al respecto. El Gobierno también tiene mucho que hacer al respecto. La falta de cumplimiento de compromisos de la izquierda es terreno abonado para la ultraderecha. Si este gobierno asume que se recaudan los fondos europeos a cambio de ajustes a la población –peajes, reforma laboral–... En el cumplimiento de los compromisos de gobierno de esta coalición está el futuro de todo el mundo. Si ellos incumplen, crece la ultraderecha.
La campaña de las madrileñas, ¿Es un ejemplo?
Es obvio que cuando una fuerza política promueve la persecución del más débil, tiene que haber un cordón sanitario por parte de todo el mundo, las fuerzas políticas, la sociedad y los medios. También el poder judicial. Es escandaloso que el poder judicial no condene a Vox. Cometen delitos de odio contra niños, contra menores tutelados por el propio Estado del que la justicia forma parte. Tenemos un problema de racismo institucional, que genera las condiciones para que Vox haga su trabajo.
Todo el mundo tiene que hacer algo contra el crecimiento de la extrema derecha. Hay que responderles en los barrios, en los grupos de whatsapp de la familia y del trabajo, destapar sus mentiras y su odio, aportar datos, pero a la vez hay que sacarlos del foco mediático y de las alianzas políticas. Sin embargo, tenemos al PP y a Ciudadanos, que como coinciden con Vox en el programa económico, miran para otro lado con sus barrabasadas.
La UE, ¿cómo ha reaccionado a la crisis del coronavirus?
La UE ha reaccionado como era de esperar, creando deuda. Es una máquina de crear deuda. Por las normas del Banco Central Europeo que están hechas para beneficiar a la banca privada. El BCE le da a la máquina de los euros y en vez de prestar directamente a los estados le presta a la banca privada al 0% y luego los bancos le prestan a los estados al 3 ó al 4%. Y luego deuda, con los mismos bancos a los que rescatamos en la anterior crisis y que participan en los fondos de inversión de las grandes empresas a las que rescataremos en esta crisis. Aunque hagan despidos masivos, como los propios bancos.
La UE responde con deuda y con ajustes estructurales que exigen a los estados a cambio de recibir los fondos: tocar las pensiones, poner peajes y otros impuestos indirectos, dejar intacta en lo importante la reforma laboral... Me pueden tachar de antieuropeísta, pero yo creo en una alianza de los pueblos de Europa que aspire a la cooperación y al bien de la mayoría social, no de sus poderes económicos y de su oligarquía.
¿Es conveniente ahora una bajada de impuestos en Andalucía?
La pregunta es a quién rebajas los impuestos y esta gente nunca toca el IVA que pagamos todos cuando compramos el pan o la carne, bajan sucesiones, patrimonio, donaciones, transmisiones patrimoniales, los impuestos sobre la gran riqueza, sobre patrimonios o herencias de 1 millón de euros, ni más ni menos. Y luego bajadas lineales del IRPF, que suponen un ahorro fundamentalmente para los ingresos más altos. Y a cambio son miles de trabajadoras sociales, profesores, médicas o enfermeros menos, millones de euros en posibles ayudas a autónomos, para que los ricos se paguen las gambas o las familias pijas paguen el colegio británico de sus hijos.
¿Son las deducciones fiscales política social?
Todo lo contrario. Política social es la fiscalidad progresiva, donde aporten más quiénes más puedan, para tener ingresos suficientes para lo común, para tener una sociedad más igualitaria y, por eso, más feliz. Los países con más equidad son los más felices y los más prósperos. Pero el PP es el partido de las clases adineradas, incluido Juanma y su campechanía, convendría tenerlo en cuenta. A Nieto, el portavoz del PP, el artífice de las cargas del 1 de octubre, se le fue la lengua y llegó a decir que hay familias que no llegan a fin de mes para pagar el Colegio Británico de sus hijos y que hay que hacerles regalos fiscales. Pues bien, esos regalos fiscales impedirán que la mayoría de los hijos de vecino en Andalucía tengan mejor enseñanza de idiomas en la pública. Es una trasferencia de recursos entre las clases sociales. Un Robin Hood pero al revés.
¿Qué es la libertad?
La libertad es lo que puedes empezar a permitirte cuando tienes dignidad. Cuando puedes comer y tener un hogar sin tener que humillarte, cuando tienes acceso a la educación y a una información veraz, cuando estás sano y cuidado. Entonces puedes empezar a ser libre. Yo, con Benedetti, solo aboliría una libertad: la de preferir lo injusto.
En este vídeo, grabado después de la entrevista, Rodríguez resume sus opiniones:
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