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Savater llega a Madrid para intentar rescatar
a UPyD de su
muerte anunciada

Rosa Díez e Irene Lozano evidenciaron su frialdad en el acto central de la campaña magenta, donde el fundador del partido retomó sus orígenes para incidir en que el “único derecho a decidir es el que van a ejercer los españoles el 24 de mayo”

La portavoz nacional de UPyD junto al filósofo Fernando Savater.- EFE

MADRID.- Con una camisa rosa, su color corporativo, el color de su partido y el nombre de la actual líder del mismo, llegó Fernando Savater a Madrid. Llegó el filósofo  para intentar reanimar a UPyD y salvar a la formación de la que es cofundador, a quien todas las encuestas dejan fuera de las instituciones, de su muerte anunciada.

Bastó su presencia para llenar la sala de la Fundación Diario Madrid que acogió el acto más multitudinario del partido, al que acudieron unas 200 personas. Y le bastaron apenas cinco minutos para hacer estallar al público en aplausos volviendo a los orígenes de la formación, recuperando su idea inicial de “derecho a decidir” y arremetiendo contra los partidos “emergentes” -en clara alusión a Podemos y Ciudadanos- que prometen cosas “nuevas y buenas” pero que “las buenas no son nuevas y las nuevas no son buenas”.

Savater fue el centro de atención de un evento donde, por mucho que se empeñen en disimular las caras conocidas del partido, la crisis interna también estuvo presente. La portavoz, Rosa Díez, y la única —hasta el momento— postulada para disputarle su liderazgo, Irene Lozano, coincidieron por primera vez en un acto de campaña. Y aunque en época electoral todos se unen para apoyar “el proyecto” y todo parece de color de rosa, no hubo paz para los malvados. Entre ellas no hubo charla, ni beso, ni foto.

Hasta el escenario parecía elegido a conciencia. Una tarima cuadrada en medio de las sillas donde candidatos y militantes rodeaban a los intervenientes hizo las veces de “cuadrilátero”, como la propia Díez lo definió. En un lado, ella, Rosa, que sí recibió con cariño a la eurodiputada oficialista Mayte Pagazaurtundúa, entre otros. En el otro, Irene Lozano, acompañada del también crítico Luis de Velasco quien, como ella, dimitió del Consejo de Dirección tras la debacle en las elecciones andaluzas y la no asunción de responsabilidades por parte de la portavoz y sus partidarios.

En medio de la batalla, los conciliadores: los candidatos a la Comunidad y al Ayuntamiento de Madrid, Ramón Marcos y David Ortega —respectivamente—, que sí saludaron por todos los rincones del ring. Y sí, en ese limbo también estaba él, Savater, a quien- pese a sentarse a la vera de Díez- no le hizo falta ni levantarse de la silla para besar a unos y otros. Ya lo contó en Público: él no quiere más a mamá ni a papá y no tomará partido dentro de su partido.

De hecho, el vasco se trasladó a Madrid para defender, como todos, “el proyecto” de UPyD. En calidad de filósofo explicó a los asistentes qué era el “maximalismo”. “El maximalismo es dedicarnos, aunque seamos pequeños, a hacer cosas grandes”, mitineó. E, incidiendo en los principios que el partido ha defendido “siempre”, tiró de Filosofía de nuevo para desgranar su idea antisoberanista de que “los ciudadanos no son miembros salidos de un territorio”. “Los seres humanos no tenemos raíces, tenemos pies”, sentenció. Y pidió el voto de los indecisos: “Nosotros sí estamos decididos a seguir con nuestra transparencia, con nuestro progresismo económico y social y de esa decisión no nos moverán”, zanjó su breve –pero intensa- intervención.

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La portavoz nacional durante su intervención en su acto central de campaña.- EFE

Díez, por su parte, también había defendido el “orgullo UPyD”, el de un “partido pequeño que ha hecho muchas cosas grandes para España, que ha defendido la libertad y la igualdad en todos los rincones”, y que “ha cumplido lo prometido”. “Que no nos crean, que miren lo que hemos hecho”, pidió la líder magenta a sus votantes. Y, defendiendo a sus candidatos, “la gente más hontesta, limpia, decente y cumplidora”, prometió que en su partido todos seguirán “combatiendo la corrupción, protegiendo del despifarro y devolviendo el dinero que les han robado a los ciudadanos”.

Díez: "Es injusto que no entremos en las instituciones"

Frente a las negras encuestas, tiró de “injusticia”. “Es injusto que no entremos en las instituciones, pero es injusto, sobre todo, para los ciudadanos que no tendrán a la mejor gente para protegerles”, dijo. Y, pidiendo el voto para sus candidatos, se dirigió directamente a los electores: “Háganse un favor y póngannos en las instituciones; sólo tienen que ganar”, zanjó.

Tras ella, llegó el desfile de candidatos magentas a las alcaldías de Móstoles, Getafe o Alcalá de Henares, entre otros municipios madrileños. Todos, vendiendo propuestas como la reducción del IBI, la apertura de más comedores escolares, la gratuidad de las escuelas infantiles, la optimización de recursos en sus Consistorios respectivos y, cómo no, la lucha contra la corrupción y el bipartidismo en todos ellos. Todos, además, con ganas de “dar la sorpresa” el 24-M, digan lo que digan los sondeos.

“No vamos a rendirnos, vamos a luchar porque somos valientes y queremos Gobiernos decentes”, resumió Ramón Marcos, que prometió más inversión en Educación y Sanidad y menos “en ladrillo”. Su homólogo en el Ayuntamiento de Madrid, por su parte, tiró de metáforas para decir casi lo mismo: “Tenemos una gran noticia que dar: el 24 de mayo vamos a dar la sorpresa porque que nos aprieten tanto [las encuestas y sus rivales] es símbolo de victoria”, aseguró. Y, aunque buena parte de sus oyentes no se lo creían del todo, Ortega tiró de optimismo: “La vida se abre paso”, concluyó.

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