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Rajoy arranca su gestión con el respaldo más débil en el Congreso desde el año 1977

El nuevo Gobierno apenas tiene garantizado el apoyo de los 137 diputados de la bancada popular mientras que enfrente tiene a PSOE y Podemos luchando por el liderazgo de la oposición y la actitud veleta de Ciudadanos

Mariano Rajoy, presidente del Gobierno. / EFE

JUAN ANTONIO BLAY

MADRID.- “Lo realmente difícil empieza ahora. Veremos cómo se gestiona la legislatura”. Con esa frase define de forma cruda y sencilla un veterano parlamentario del grupo popular el escenario que tiene por delante el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, y el gabinete que acaba de nombrar. Sin duda, con los números en la mano, el nuevo Ejecutivo inicia su gestión con el respaldo más débil en el Congreso de los Diputados de cualquier Gobierno desde las primeras elecciones democráticas en junio de 1977.

Rajoy apenas cuenta con el apoyo incondicional de los 137 diputados de su propia bancada. El resultado de la segunda votación en el Congreso que hizo posible su investidura el pasado sábado “no refleja un acuerdo para respaldar la gestión del Gobierno en esta legislatura, ni mucho menos”, apunta otro parlamentario, éste de Ciudadanos, que pide el anonimato.

El propio presidente del Gobierno reconoció en su primera intervención en el pasado debate de investidura que se abría una etapa nueva basada en el diálogo y la negociación. ”Por mí no va a quedar”, afirmó. Sin embargo, en su segundo discurso, mucho más breve por el encorsetado reglamento parlamentario, mostró una vertiente mucho más dura de lo que pretende al anunciar que no piensa renunciar al legado de la pasada legislatura. Es decir, una de cal y otra de arena.

La única “condición” que se ha impuesto, aunque no de forma explícita, es el contenido de 150 medidas incluidas en el documento “Compromisos para mejorar España” firmado entre el PP y Ciudadanos el pasado 28 de agosto dos días antes del primer intento de investidura de Rajoy que resultó fallido. Ese pacto de investidura ha mantenido su vigencia para que la formación naranja votase afirmativamente el segundo intento de investidura que ha sido el definitivo.

"Vamos a vigilar cada día la gestión de su Gobierno"

“Nuestro voto no es un cheque en blanco”, ha reiterado Albert Rivera, líder de Ciudadanos. “Vamos a vigilar cada día la gestión de su Gobierno”, insistió en el último debate. Ley a ley, propuesta a propuesta, día a día, desde este partido se asegura que Rajoy “va a tener que cambiar de actitud y a sudar la camiseta”, insiste a Público el diputado citado. Es decir, el nuevo Ejecutivo no tiene garantizados los 32 votos de Ciudadanos por sistema. ¿Y las 150 medidas?; “se tendrán que aplicar con nuestra supervisión”.

Enfrente Rajoy tiene una oposición que, formalmente, suma 180 votos. Solo en la última votación y tras una desgarradora división interna, la bancada socialista emitió 68 abstenciones que permitieron su investidura. “Vamos a ser, sencillamente, oposición. Eso se va a ver de forma inmediata”, explica una diputada del sector que apoyó a Pedro Sánchez pero que finalmente votó abstención. “Ese va a ser el papel del grupo parlamentario socialista, que no quepa ninguna duda”, añade un integrante de la actual dirección del grupo que, además, insiste en que los socialistas son los primeros en la oposición.

Ese puesto va a ponerse en cuestión desde Podemos, grupo que ya ha iniciado una dura crítica a la bancada socialista por haber permitido que Rajoy siga como inquilino en el Palacio de La Moncloa. “Esto es el inicio de acuerdos mayores”, profetizó Pablo Iglesias al final del debate de investidura. Desde la formación morada se anuncia una oposición “frontal” a Rajoy y su gabinete.

“Rajoy va a tener que cambiar de actitud y sudar la camiseta”, señaló Albert Rivera

Esta pugna entre ambas formaciones por aparecer como adalides de la oposición “sin duda le va a complicar la existencia a Rajoy y la confección de pactos para alumbrar nuevas legislaciones. Cualquier iniciativa del Gobierno va a tener un montón de enmiendas y su negociación, cruzada a varias bandas, va a ser todo un espectáculo”, anuncia un veterano letrado de la Cámara baja. “Lo más probable es que lo que vaya a venir no se haya visto antes”, agrega.

En este momento, cuando está a punto de arrancar la actual XII Legislatura con normalidad, nadie en el PSOE ni en Podemos se aventura a vislumbrar qué grado de complicidad mantendrán ambas formaciones en el Congreso de los Diputados para “castigar” la gestión de Rajoy y su Gobierno. No obstante, parlamentarios de ambas formaciones consideran “lógico” que haya coincidencias en derogar las leyes más polémicas de los años de la mayoría absoluta del PP.

Desde las formaciones minoritarias, tanto ERC como las integradas en el grupo Mixto, se desea poner de manifiesto que sus votos serán necesarios para derrotar al Gobierno en el caso de que éste sume a Ciudadanos.” Los aspectos territoriales van a pesar mucho en la acción de oposición”, comentan desde una de las formaciones minoritarias en este grupo.

Con todo, el denominador común de gran parte de las bancadas de la oposición consistirá en la derogación de leyes como la LOMCE, la ley “mordaza”, la reforma de la ley de aborto que afecta a las jóvenes entre 16 y 18 años, las modificaciones en la legislación que afecta a la administración de Justicia y el Tribunal Constitucional, la reforma laboral, especialmente para recuperar el protagonismo de la negociación colectiva, además de abordar la reforma de RTVE, entre otros órganos.

Esta dinámica “va a suponer un choque frontal” con la estrategia de Rajoy de mantener buena parte de su legado de la anterior legislatura. Desde el PP se anuncia una resistencia “numantina” si es necesario, con el empleo de todos los recursos legales y reglamentarios “al alcance del Gobierno y del grupo parlamentario”, explica a Público una fuente cercana a la dirección del partido y del grupo.

En ese sentido, se recuerda que en el Senado el grupo popular tiene una mayoría absoluta “que se empleará para dar soporte a la acción del Gobierno con toda su capacidad”. Otras fuentes explican que el papel de la Cámara alta es muy secundario en tanto que instancia de segunda lectura. “Puede, a lo sumo, retrasar la tramitación de algunos proyectos de ley enmendados en el Congreso, pero eso tampoco interesa mucho al propio Ejecutivo”, añaden.

Una de las claves en la marcha de la actual legislatura desde el ámbito parlamentario, tanto en su vertiente legislativa como en la de control del Gobierno, será la toma de decisiones en la Mesa del Congreso de los Diputados. De sus nueve mientras, el PP cuenta con tres, incluida la presidenta Ana Pastor, mientras que PSOE, Podemos y Ciudadanos tienen otros dos cada uno.

“Esto es el inicio de acuerdos mayores”, profetizó Pablo Iglesias al final del debate de investidura

La Mesa tiene la capacidad de vetar la tramitación de iniciativas registradas por los grupos y, con la Junta de Portavoces, establecer el ritmo de los trabajos parlamentarios, así como la ordenación de las sesiones plenarias. Hasta el momento, en algunas decisiones polémicas PP y Ciudadanos han hecho causa común por lo que sus cinco miembros forman mayoría.

No son pocos los asuntos que se han resuelto con votación en la actual Mesa. La alianza entre socialistas y Podemos en este órgano también se revela como decisiva para presionar al resto de integrantes, especialmente sobre Ciudadanos para comprobar la solidez de su anunciada voluntad regeneradora. Este punto se revela como una de las claves de esta legislatura en la que el Gobierno de Rajoy dispone del apoyo más débil en el Congreso de los Diputados desde el inicio de la democracia.

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