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El PSOE disputará la bandera feminista a Unidas Podemos este año electoral

El último barómetro del CIS refleja que un 32% de los españoles cree que Podemos es el partido que más hace por la igualdad, por delante de los socialistas. Durante la semana del 8M, Moncloa y Ferraz han dado un impulso claro a acciones de carácter feminista por separado de sus socios. 

Imagen de la pancarta del PSOE en la manifestación del 8M con presencia de varias ministras del Gobierno de Pedro Sánchez y cargos de la dirección del partido.
Imagen de la pancarta del PSOE en la manifestación del 8M con presencia de varias ministras del Gobierno de Pedro Sánchez y cargos de la dirección del partido. Eva Ercolanese / PSOE

La semana del 8 de marzo, Día de la Mujer, de este año ha dejado un poso electoral evidente. Los dos partidos que forman el Gobierno de coalición, PSOE y Unidas Podemos, han funcionado por separado. Algo que no había pasado en los años anteriores de forma tan clara llegadas estas fechas. En el foco principal, la reforma de la ley del solo sí es sí. Pero también, una serie de acciones realizadas por los socialistas para disputar la bandera del feminismo a sus socios. 

El último barómetro del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) reflejó un dato interesante. Un 32% de los españoles encuestados señaló a Podemos como el partido que más hace para apoyar la igualdad de derechos y oportunidades de las mujeres, por delante del PSOE, con un 18,1%. El sondeo no preocupa en las filas socialistas, que se muestran rotundas en señalar que todos los avances en igualdad han venido de la mano de un Gobierno socialista. 

Pero el hecho de que sea UP, con Irene Montero, quien se encargue del Ministerio de Igualdad ha roto algunas costuras en sectores del feminismo socialista. Así se ha reflejado en determinadas ocasiones de la legislatura, especialmente con las fuertes tensiones respecto a la ley trans. De hecho, no son pocas las voces que sitúan este conflicto en una disputa por la pérdida de influencia del feminismo clásico más cercano al PSOE frente a la nueva oleada de UP. 

Sea como fuere, esta pasada semana nos ha dejado una serie de imágenes y escenarios simbólicos a analizar. Y que anticipan probablemente una disputa electoral también en el ámbito de la igualdad. Los socialistas, en este sentido, creen que sus socios de Gobierno están ya en modo electoral y en ese marco pretenden diferenciarse también con las fuertes críticas al PSOE. 

Ley de paridad sorpresa y actos separados el 8M

El sábado 4 de marzo, PSOE y Podemos celebraban diferentes actos feministas de su partido. Ambos en Madrid. Algo obviamente lógico y normal. En el evento socialista participó, además de Sánchez, su secretaria de Igualdad Andrea Fernández. Y un nombre muy importante: José Luis Rodríguez Zapatero. Asistieron, además, algunas de las personas que participaron en su Gobierno, como la primera ministra de Igualdad, Bibiana Aído

Lo que no estaba previsto en el guión era el anuncio que hizo Sánchez durante el acto. Una nueva ley de paridad, ambiciosa, para que en los espacios de dirección públicos y privados haya un 40% de mujeres como mínimo. La ley llamó la atención. Primero, porque no estaba incluida en el Plan Anual Normativo. Tampoco pasó, como es lo habitual, por la reunión de los jueves de la Comisión General de Secretarios de Estado y Subsecretarios, que suele servir para preparar el Consejo de Ministros de la semana siguiente. 

La ley, además, no la pilotó Igualdad. Que de hecho se enteró poco antes de que iba a ser anunciada. Montero, por tanto, tampoco participó en la rueda de prensa del martes para presentarla públicamente. La encargada de hacerlo fue Nadia Calviño, pese a que la coordinación de la normativa, con varios ministerios implicados, la ejerció el Ministerio de Presidencia de Félix Bolaños.

A 24 horas del 8M se produjo también una imagen insólita, la de la ruptura en una votación salida de una ley del Consejo de Ministros entre PSOE y UP. Las acusaciones ese día fueron duras después de que la reforma socialista de la ley del solo sí es sí saliera adelante, la toma en consideración de momento, con los votos de la derecha. 

En este contexto, no parece que fuera casualidad que Sánchez no acudiera, por primera vez en la legislatura, al acto institucional del Gobierno por el 8M que organiza el Ministerio de Igualdad. El pasado año ese acto sirvió precisamente como una especie de cierre de filas en la coalición tras unas semanas tensas a cuenta del envío de armas a Ucrania. Montero agradeció personalmente el compromiso feminista de Sánchez. Situación muy diferente un año después. 

El presidente pasó el 8M en Moncloa junto a un grupo de mujeres directivas. Sus actos con carácter feminista no quedaron ahí y el pasado jueves, en una visita fuera de agenda, se reunió con un grupo de mujeres en el entorno rural del municipio toledano de Azután. En paralelo, el PSOE también quiso poner el foco en el derecho al aborto anunciando una ofensiva mediante mociones ante el discurso involucionista de la derecha. 

Los socialistas son conscientes de que en estos momentos no tienen mucha más alternativa que seguir entendiéndose con sus socios. Por ello la orden de Moncloa es no alimentar más polémicas. Pasar a una nueva ofensiva legislativa que tape de alguna manera el cisma de esta última semana. Ahí se enmarca el acuerdo en materia de pensiones y el, parece que inminente, en vivienda. Otra cosa es lo que luego pase en la campaña electoral propiamente dicha. Y ahí la reivindicación del feminismo y la igualdad va a estar, sin duda, muy presente. 

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