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El PSOE consuma su alianza con la derecha para tramitar su reforma de la ley del 'solo sí es sí'

La toma en consideración de la reforma de la ley del 'solo sí es sí' sale adelante con 231 votos a favor, 56 en contra y 58 abstenciones. Unidas Podemos, ERC y Eh Bildu votan en contra. PP, Cs, PNV o PdeCat la apoyan.  En Moncloa restan importancia a la división parlamentaria, insisten en que lo importante es modificar la ley y niegan negociaciones con el PP. 

La ministra de Igualdad, Irene Montero, en la sesión de tarde del pleno del Congreso de los Diputados, este martes, en Madrid
La ministra de Igualdad, Irene Montero, en la sesión de tarde del pleno del Congreso de los Diputados, este martes, en Madrid. Mariscal / EFE

"A ver qué ambiente hay", destacaba con cara seria un diputado de Unidas Podemos a su llegada al Congreso este martes. "Estoy harto de escuchar ciertas cosas. Ellos están votando lo que quiere la derecha, la división en el Gobierno", destacaba un dirigente del PSOE por la mañana. El debate, y los días previos a él, sobre la reforma de la ley del solo sí es sí impulsada por los socialistas ha tensado las costuras, una vez más, en el Ejecutivo de coalición. Y no ha habido sorpresas. El PSOE ha votado junto a la derecha la toma en consideración de sus proposición de ley. Sin UP ni sus habituales aliados parlamentarios. 

La iniciativa ha salido adelante con los 231 votos a favor de partidos como PSOE, PP, PNV, Cs, Coalición Canaria, Navarra Suma, Foro Asturias, Teruel Existe, PRC o PdeCat. Ha habido 56 votos en contra, de UP, ERC, EH Bildu, la CUP, BNG y Junts. Por su parte, se han abstenido 58 diputados, los de Vox, Más País o Compromís. La proposición de ley sigue ahora con su tramitación parlamentaria con la apertura del periodo de enmiendas.

Las cartas de PSOE y UP estaban ya sobre la mesa. No desde la votación de este martes sino desde hace semanas. Las posiciones no se han movido ni un milímetro. Las declaraciones públicas de las dos fuerzas políticas lo reconfirmaron durante toda la jornada. Patxi López, portavoz parlamentario socialista, afirmó en rueda de prensa que "no se trata de con quién votamos sino para qué votamos". "Nada hemos negociado con la derecha", se defendió. "Lo mejor es no negar los problemas sino afrontarlos", dijo en un mensaje a sus socios de Gobierno. 

Antes, Javier Sánchez, portavoz de UP, culpó al PSOE de la "grave" situación dentro de la coalición y de propiciar la ruptura de la mayoría progresista en el Congreso con su "contrarreforma" de la ley. Para Sánchez, los socialistas aguantan mal la presión de la derecha. Unos minutos antes, el portavoz de En Comú Podem, Jaume Asens, se mostraba más cauto y reiteró en varias ocasiones que la votación de este marte no supone "el fin del mundo". 

La imagen del hemiciclo durante el debate fue la de la ministra de Igualdad Irene Montero, y de la la ministra de Derechos Sociales, Ione Belarra solas en la bancada del Gobierno. Ningún integrante más del Ejecutivo, ni del PSOE ni de su espacio político, las acompañó. Bien es cierto que la práctica totalidad de ministros socialistas estaban a esa hora en el Senado donde se celebraba una sesión de control en la que tenían que contestar preguntas.

También Alberto Garzón acudió a la Cámara Alta. No así Yolanda Díaz, pero sí que estaba pendiente de una reunión sobre el Estatuto del Becario. Tampoco es habitual que haya ministros en votaciones sobre una toma en consideración. Pero la imagen fue simbólica. Al terminar su intervención, Muñoz se acercó a ambas para abrazarlas. Díaz llegó para las votaciones. "Lo lamento mucho. Creo que nunca debimos llegar hasta aquí. Esto es lo que tengo que decir", dijo a los periodistas sobre la votación separada entre PSOE y UP. 

Las palabras de Muñoz fueron fuertemente criticadas por el PSOE. El portavoz parlamentario cargó en los pasillos del Congreso contra ellas. "Una intervención que no reconoce que la parte penal de la ley ha creado problemas es una intervención que está fuera de la realidad, una intervención que no pone sobre la mesa una solución es irresponsable y cuando dicen que pactamos con PP y Vox cuando saben que es mentira y que volvemos al Código Penal de La Manada cuando saben que es mentira es impresentable", destacó. 

En Moncloa restan importancia a la división parlamentaria e insisten en que lo importante es modificar la ley. Y en la dirección federal del PSOE, según las fuentes consultadas por Público, señalan que "la práctica totalidad del poder legislativo de este país está de acuerdo en que hay una ley que está provocando efectos que no estaban en el espíritu del legislador, por lo que hay que cambiarla". 

La visión de Unidas Podemos es radicalmente opuesta, como ya se vio durante el debate. Fuentes del grupo confederal destacaron al final de las intervenciones que la decisión del PSOE es "política" y no técnica. Al mismo tiempo destacaron que no veían disposición de llegar a un acuerdo en la tramitación de la ley. "Ya habéis visto al PP y sus argumentos", inciden desde UP. Sobre cómo se vuelven a tender los puentes rotos en la coalición, en UP señalan al PSOE. "¿Quién ha roto el bloque feminista? Que lo arreglen ellos", afirman las fuentes consultadas por este medio.  

Mientras tanto, quienes quisieron ejercer de enlace entre socialistas y morados fueron especialmente algunas de las fuerzas políticas aliadas habituales del Gobierno. Tanto ERC como EH Bildu, Más País, Compromís o BNG, entre otras, pidieron a ambas formaciones de la coalición que se sienten a negociar ya que todavía hay tiempo. El bloque de la investidura se ha resentido pero se resiste a romperse. Está por ver si la situación, "dramática", según varias fuentes consultadas, se arregla y si afecta a otras decisiones más allá de esta ley. La intención, en todo caso, no pasa de momento por ningún tipo de ruptura total. 

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