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Pablo Casado PP A Casado le cuesta decirle que no a la ultraderecha

La moción de censura de Vox contra el Gobierno ya ha comenzado y el Partido Popular todavía no ha decidido el sentido de su voto. Los ultraderechistas han condicionado la estrategia de los conservadores en muchas ocasiones.

El líder de Vox, Santiago Abascal, y el líder del PP, Pablo Casado, mantienen una conversación en el Congreso | EFE
El líder de Vox, Santiago Abascal, y el líder del PP, Pablo Casado, mantienen una conversación en el Congreso | EFE

MARTA MONFORTE

La moción de censura de Vox contra el Gobierno presidido por Pedro Sánchez ya ha comenzado y el Partido Popular -que se debate entre abstenerse o votar en contra- todavía no ha decidido qué hará. Los ultraderechistas son el principal competidor de los de Pablo Casado; son enemigos pero también aliados. Votar 'no' se podría interpretar como un voto de confianza al actual Gobierno, pese a la dura oposición mantenida estos meses. Abstenerse significaría admitir que Santiago Abascal les marca el paso

No es la primera vez que esto ocurre. Antes de que la formación ultraderechista tuviera representación en la Cámara Baja, cuestiones de su agenda y de su programa político, como la defensa de la caza y de la tauromaquia, entraron en el Congreso de la mano del PP. Desde entonces se libra un debate dentro de las filas populares sobre qué debe primar en la relación con Vox: las coincidencias o las diferencias.

Pese a que el líder de la formación, Pablo Casado, asegura que no le importa "nada" la moción de Vox porque él está "a lo importante", el PP es el único partido que guarda con celo el sentido de su voto, lo que indica que hay cierta incomodidad y nerviosismo en la dirección. "Tampoco es bueno no desvelar la posición porque da la sensación de que tenemos dudas", admite una diputada popular a Público.

La relación con Vox ha marcado la trayectoria de Casado prácticamente desde que llegó a la presidencia del PP

La relación con Vox ha marcado la trayectoria de Casado prácticamente desde que llegó a la presidencia del partido en julio de 2018. Su primera convocatoria electoral llegó apenas cuatro meses después con los comicios en Andalucía. La posible presencia de Vox en el mapa político andaluz tenía intranquilos a los conservadores, que también veían cómo Ciudadanos les ganaba terreno desde el centro derecha y Vox hacía lo propio desde la extrema derecha. El PP trató de mitigar los daños electorales con un discurso más duro contra el independentismo y una Proposición de Ley que finalmente se quedó en el tintero: la recentralización de las competencias en educación.

Finalmente la formación de Santiago Abascal obtuvo 12 parlamentarios, lo que permitió a los conservadores y a Ciudadanos arrebatar al PSOE la presidencia de la comunidad andaluza después de décadas en el poder. El PP, pese a caer considerablemente en votos y escaños, pudo amarrar el apoyo de los ultraderechistas, ejerciendo de puente entre los ultras y los naranjas. Un modus operandi que repitió en varias autonomías tras las elecciones del 26 de mayo, pero que no le sirvió para llegar al poder en ninguna de las dos convocatorias nacionales que se celebraron en 2019.

Casado no ha sabido mantener un discurso coherente respecto a Vox

Después de pedir a gritos —literalmente, desde la Plaza Colón en Madrid— que el presidente Sánchez convocara unas nuevas elecciones generales y con una campaña marcada por las polémicas sobre el aborto o la violencia machista, las palabras gruesas —Casado llegó a dedicar 21 descalificaciones a Sánchez tales como "ilegítimo", "okupa", "felón" o "mediocre"— y los cambios en las listas electorales, en los que la dirección apartó los últimos restos del 'marianismo', el PP obtuvo el peor resultado de su historia: 66 escaños.

Los barones y otras voces críticas conservadoras cargaron contra la estrategia del presidente del PP, al que acusaron de "derechizar" la formación y de tratar de competir con Vox en la dureza del discurso en lugar de ganar votos desde el centro. La lectura que hicieron en Génova fue opuesta y sin el atisbo de la autocrítica que se prometió durante la noche electoral.

Casado ha ido fluctuando su posición respecto a la formación de extrema derecha durante este último año, sin mantener una coherencia que pueda ser defendida con solvencia por los cargos y dirigentes del PP. Llegó a calificar al partido de Santiago Abascal como un "movimiento transversal", más tarde señaló que era una formación "populista" y de "extrema derecha" y actualmente mantiene que es "constitucionalista" y de "centroderecha".

Su forma de dirigirse hacia ellos ha ido variando según la posición de fuerza de ambas formaciones. Actualmente Vox es la tercera fuerza en el Congreso -con 52 escaños- y los populares dependen de ella para aprobar los presupuestos en Madrid, Murcia y Andalucía. Ambos compiten también por marcar la agenda mediática: los ultras han pasado más desapercibidos durante estos meses al no ostentar presidencias de autonomías o alcaldías de relevancia.

Los "complejos" de Casado con la "derechita cobarde"

Voces de la dirección popular señalan que, a día de hoy, Casado podría inclinarse por la abstención -al igual que hizo Sánchez con Iglesias en 2017- pese a que hace unas semanas la segunda opción sonaba con más fuerza en Génova y es el planteamiento mayoritario de los miembros de la dirección. "La moción como bien dicen algunos solo tiene un propósito: que Vox eche en cara al PP que es la derechita cobarde", resumen a Público.

Las citadas fuentes señalan que la formación conservadora debe explicar bien que presentar una moción de censura en este momento "es una miserable perdida de tiempo" porque "no hay opciones de ganarla". Cabe la posibilidad de que los populares no se pronuncien respecto al sentido del voto en la moción hasta que escuchen la intervención de Santiago Abascal en en el Congreso.

La mayor parte de las fuentes consultadas en el PP afirman que la moción no va dirigida a Pedro Sánchez o al vicepresidente Pablo Iglesias, puesto que la derecha está lejos de sumar en el Congreso, sino para reivindicar la posición de Vox sobre la del PP y dar a conocer al que será el candidato de los ultras en Catalunya, Ignacio Garrida, que también intervendrá este miércoles.

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