El pasado jueves el Congreso aprobó la Ley de Memoria Democrática con el respaldo del PSOE, Unidas Podemos, PNV, Bildu, PDeCAT, Más País-Compromís y Coalición Canaria. En contra han votado el PP, Vox, Ciudadanos, Junts y la CUP. Mientras que Esquerra Republicana y el BNG se han abstenido porque, aunque aprecian avances, les sigue pareciendo insuficiente. La norma continuará ahora su tramitación en el Senado y está previsto que se apruebe definitivamente a la vuelta de verano. 

Los avances de esta Ley son:

- En primer lugar, se condena y repudia el golpe de Estado militar de 1936, la dictadura franquista y se declara su ilegalidad. Además, se reconoce como víctimas a las comunidades, lenguas y culturas perseguidas por el franquismo.

- En segundo lugar, se declara la nulidad de cualquier condena por causas ideológicas durante la dictadura. 

La ley también establece el derecho de las víctimas a conocer lo sucedido, localizar e identificar a las personas desaparecidas, y exhumar y dar sepultura digna con fondos públicos, esto es importante, a los restos mortales. 

Otro punto importante de esta ley es que reconoce el derecho de las víctimas que fueron obligadas a realizar trabajos forzosos, o a aquellas a las que se les incautaron bienes, a recibir reparaciones económicas. 

El relato de la guerra civil muchas veces omite una dimensión fundamental: la cuestión de clase. Sin embargo, preservar el patrimonio de las élites era uno de los objetivos principales de la guerra civil, y esto es algo que tenía muy claro Franco. "Nuestra Cruzada es la única lucha en que los ricos que fueron a la guerra salieron más ricos", dijo en un discurso el 20 de agosto de 1942. Esta dimensión de clase del franquismo fue inteligentemente retratada por Manuel Vázquez Montalbán en su "Autobiografía del General Franco" donde explica el rol que tuvo el régimen franquista en la reproducción de las élites. 

Voy a dejar un fragmento en el que Montalbán imagina un discurso de Franco: "Yo era consciente de que un nuevo régimen, nuevo de planta como el nuestro, presentado como un régimen milenario por mis propagandistas, necesita un sector del capital nuevo e incondicional, precisamente ligado el que sea nuevo con que sea incondicional. Por una parte, así se premia a colaboradores y por otra se les liga a la suerte de la nueva situación política actuando como grupo de presión". 

Esto es algo que muestran los datos materiales de la guerra, según explica uno de los máximos representantes de la arqueología contemporánea, Alfredo González-Ruibal, en su cuenta de Twitter @GuerraEnLaUni, una cuenta que desde aquí recomendamos seguir.

Según los informes forenses, la talla media de las víctimas masculinas republicanas rondaba los 162 cm, mientras que la estatura media durante ese periodo en España era de 165 cm, 3 más que la de las víctimas republicanas. 

La Ley también prevé imponer sanciones para forzar la retirada de simbología franquista, prohibir la exaltación del golpe y de la dictadura y acabar con las fundaciones que hagan apología del franquismo. 

La diferencia es clara: mientras que en Alemania el régimen nazi fue derrotado (aunque habría que ver los vínculos entre sectores de la oligarquía anteriormente nazi y su reconversión en demócratas, como recuerda la novela de Heinrich Böll, "Opiniones de un payaso", y como ha analizado también el periodista Rafael Poch) en España, tras la Transición, no se produjo ningún tipo de depuración en el Estado. Los mandos policías, los mandos militares y las élites judiciales franquistas pasaron de la noche a la mañana a ser parte del nuevo sistema democrático. 

Otro punto de la ley es la retirada de distinciones y retribuciones a cargos del régimen franquista. Por otro lado, se establecerá una red de lugares de memoria democrática. En concreto, se recuperará y resignificará el Valle de los Caídos y se creará un centro de memoria democrática que cuente con la participación de los movimientos sociales. 

Esta ley supone también un avance en la memoria democrática con perspectiva de género, ya que reconoce la violencia específica que ejerció el franquismo sobre las mujeres y el colectivo LGTBI.

Y, por último, se reconoce a las víctimas de del terrorismo de extrema derecha durante la Transición. Que fueron cometidos gracias a los vínculos de la extrema derecha con sectores del Estado.