madrid
Un mes antes de que se celebrara la asamblea para renovar la dirección y el rumbo político de Izquierda Unida había cuatro candidaturas intentando formalizar una lista de consenso que evitara la competición en el seno de la organización. Antonio Maíllo, Sira Rego, Álvaro Aguilera y José Antonio García Rubio se lanzaron a liderar el partido en un contexto convulso para la izquierda.
El escenario interno era tenso; Sira Rego, la ministra del partido en el Gobierno de coalición (al frente de la cartera de Juventud e Infancia), había anunciado su candidatura antes de cerrar un acuerdo con una parte importante de la organización (el PCE y algunos territorios como Andalucía). Esto, explicaban dirigentes de este sector entonces, terminó por motivar la candidatura de Maíllo.
Fuera de la organización, IU estaba inmersa en las negociaciones con Sumar para conformar la lista a las elecciones europeas. Además, Sumar también se encontraba en su propio proceso de conformación para definirse como partido, un partido que los de Díaz diseñaron como una suerte de paraguas que aunaba a la sociedad civil y a las organizaciones a través de un sistema de cuotas que no convencía a ninguna de las formaciones de la coalición.
La tormenta en IU era perfecta en un contexto de tensión interna y externa en el que cada parte apelaba a las inestables relaciones con Sumar como caballo de batalla ante una parte de la militancia que ya mostraba cierto recelo hacia el proyecto de Yolanda Díaz, tal y como estaba planteado en ese momento.
El choque fue inevitable, no se llegó a una candidatura de consenso y, finalmente, fue la militancia la que decidió darle la batuta a Maíllo en las primarias con más del 50% de los votos. En el camino a la asamblea hubo declaraciones cruzadas y reproches, pero también se constató (durante un debate telemático entre todos los candidatos) la capacidad de la organización para afrontar debates desde las diferencias y la pluralidad. Tras las votaciones de la militancia, Maíllo fue elegido coordinador federal en la asamblea con casi el 80% de los votos.
La integración de las candidaturas en la dirección
Cinco meses después, la situación es muy distinta. Tras ser elegido coordinador federal, Maíllo integró en los órganos de dirección de IU a sus competidores en la asamblea, y decidió mantener a Rego en el Ministerio de Juventud.
El dirigente andaluz inició una ruta por el Estado para visitar las federaciones territoriales del partido y se reunió con sectores que habían estado muy distanciados de la anterior dirección, liderada por Alberto Garzón.
Maíllo ha acercado posturas con todas las corrientes que le disputaron las primarias de IU en la asamblea de mayo
Mantuvo un encuentro de trabajo, por ejemplo, con Francisco Guarido, alcalde de Zamora, una de las ciudades que se ha convertido en un bastión municipalista para la izquierda. Guarido fue siempre muy crítico tanto con la Ejecutiva liderada por Garzón como con los pactos que IU alcanzó con Podemos y con Sumar. Además, el edil de Zamora fue, junto a otros concejales de la ciudad, en la lista liderada por José Antonio García Rubio a la asamblea federal de mayo.
Este viernes, el coordinador federal estará junto al coordinador de IU Madrid, Álvaro Aguilera, en un acto en la ciudad sobre redistribución de la riqueza que se celebrará con el título de "99% vs 1%, anticapitalismo desde abajo". Aguilera fue otro de los competidores de Maíllo en la asamblea de mayo.
Con Sira Rego, según las fuentes consultadas, las relaciones son constantes. El coordinador federal ha defendido en varias ocasiones el trabajo de la dirigente al frente del Ministerio de Juventud, inmerso ahora en las negociaciones para abordar un sistema de reparto entre las comunidades de los niños migrantes no acompañados que sea justo y responda a la equidad interterritorial.
IU lanza en noviembre Convocatoria por la Democracia para relanzar a la izquierda
Con el partido pacificado y cohesionado tras las tensiones de la asamblea, Maíllo se prepara para afrontar el proceso de reorganización de la izquierda tras la dimisión de Yolanda Díaz de sus cargos orgánicos en Sumar.
En noviembre, IU celebrará el primer encuentro de Convocatoria por la Democracia, un espacio de reflexión en el que los de Maíllo aspiran a trazar una hoja de ruta para hacer frente al auge de la ultraderecha, con una izquierda a la ofensiva, y a activar a sus bases. Desde el partido esperan la participación del resto de organizaciones de la izquierda alternativa en este congreso, ya que este foro también servirá como hito para reflexionar acerca de la unidad del espacio político.
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