BARCELONA.- El cantante Julio Iglesias, que acaba de lanzar su último disco, México, ha afirmado que no volverá a cantar en un casino del magnate norteamericano Donald Trump, a quien ha calificado de "payaso" y de "gilipollas".

En una entrevista que hoy publica La Vanguardia, Iglesias, que también acaba de recuperarse de una dolencia en la espalda que le ha obligado a pasar por el quirófano, responde así a la pregunta sobre qué piensa de Donald Trump: "He cantado muchas veces en sus casinos, pero no volveré a hacerlo. Me parece un gilipollas. Cree que puede arreglar el mundo olvidando lo que los inmigrantes han hecho por su país. ¡Es un payaso! (y perdón por los payasos)".

El cantante tampoco rehuye las preguntas sobre la situación política de Cataluña y asevera que en España "hay una multiculturalidad y quizás habría que pensar en un federalismo, pero la independencia... eso no lo entiendo".

"Cree que puede arreglar el mundo olvidando lo que los inmigrantes han hecho por su país. ¡Es un payaso!"

Tras reconocer que como padre es "controlador" y como abuelo "regular", porque tiene que ocuparse de sus hijos que por edad podrían ser sus nietos, no esconde que le hace gracia que le sigan preguntando por su exmujer Isabel Preysler, de la que lleva más de treinta años separado.

Para Julio Iglesias, "el tiempo pone la leyenda en su lugar. La quiero mucho y ya está". Respecto al hecho de que el pasado día 23 de septiembre cumpliera 72 años, ha dicho que "ignora" los cumpleaños y que prefiere "las arrugas que veo en los espejos. Te enseñan a equivocarte menos, a ser más agradecido, a tener el corazón más fuerte, a querer y a ser más querido"

Nueva polémica

El aspirante a ocupar la Casa Blanca ya recibió fuertes críticos por parte de otro ciudadano español. En aquella ocasión, fue el cocinero José Ángel quien anunció que no abriría un restaurante en un hotel de lujo del magnate en protesta por sus declaraciones racistas contra los inmigrantes. La respuesta del multimillonario americano fue interponer una demanda contra el cocinero en la que le reclamaba 10 millones de dólares (9 millones de euros) en compensación por los daños causados y por el coste de encontrar un sustituto.