El simple enunciado del "frente amplio" de Yolanda Díaz (así se refirió la vicepresidenta segunda a su proyecto, nada más y nada menos que en la fiesta del PCE) ya ha movilizado a toda la izquierda alternativa al PSOE, y las distintas formaciones se han visto obligadas a abandonar la tranquilidad que ofrece estar lejos de un ciclo electoral. La titular de Trabajo ni siquiera ha avanzado detalles concretos de su proyecto (solo que se encuentra en un proceso de "escucha" de la sociedad civil que servirá como base a un programa político), pero los diferentes partidos ya buscan su espacio en esta futura reconfiguración.

Uno de los primeros en mover ficha ha sido Podemos, cuyo objetivo es constituirse como el motor organizativo y la estructura sobre la que desplegar un proyecto que todavía no ha salido de la cabeza de Díaz. El partido recuperó la pasada semana su universidad de otoño, un espacio en el que fijó la hoja de ruta para el próximo ciclo electoral que se abrirá en los próximos años.

Y Yolanda Díaz, pese a que no acudió al evento por motivos personales, se situó como el centro de gravedad sobre el que giraron buena parte de las reflexiones sobre el futuro de la izquierda y sobre el papel de la formación morada en el mismo. 

El ex secretario general de Podemos, Pablo Iglesias, alabó en el cónclave a la dirección actual del partido (comandada por Ione Belarra) definida en los términos marcados por el proyecto de la vicepresidenta: "La dirección de Podemos es la mejor que hemos tenido nunca; estoy convencido de que van a saber acompañar a Yolanda para construir el frente amplio con el que mejorar la vida de la gente de este país".

Pero, además, esbozó por primera vez una idea sobre el contenido que, a su juicio, debe llenar el significante de "frente amplio" que ha logrado remover a la izquierda: república (entendida no solo como la ausencia de un rey, sino como proyecto de país opuesto al de la monarquía monopolizada por la derecha y la ultraderecha) y feminismo.

La formación morada también movió ficha en el documento de conclusiones de la universidad de otoño. En ese texto, los de Belarra pusieron sobre la mesa la necesidad de que Unidas Podemos sea la primera fuerza del Gobierno de coalición, ya que, a su juicio, es la única manera de impulsar de forma más ágil y profunda "las transformaciones que necesita el país".

El acto de Mónica Oltra y la "atención" de Teresa Rodríguez

De esta manera, Podemos recuperó la idea del "sorpasso" al PSOE que marcó buena parte de la estrategia y de los discursos del espacio confederal en el ciclo electoral de 2015 y 2016. Sin embargo, Díaz nunca ha planteado esta idea (o al menos no la ha verbalizado), ni siquiera cuando En Marea  le ganó en 2015 las elecciones generales a los socialistas en Galicia, y habrá que esperar para ver si se siente identificada o, al menos, cómoda, en estos términos. 

Del proyecto de la vicepresidenta también se sabe que buscará ampliar las fronteras de Unidas Podemos, recuperar antiguas alianzas y forjar nuevas. No se conoce, y en eso ha ganado terreno la especulación, el nombre del proyecto, y Díaz ha insistido en que es muy pronto para eso, y también para hablar de coaliciones, plataformas o listas.

Sobre este asunto, Podemos también ha querido dejar clara su posición: "El tema de la marca nunca ha sido un problema para nosotros y los hechos avalan lo que digo. Si Podemos cuando empezó hubiera puesto por delante el nombre o las personas nunca hubiéramos construido un espacio confederal que sumara a los comunes, que sumara a Galicia en Común, que hiciera una alianza estratégica con los compañeros y compañeras de IU… Nosotras nunca hemos entendido el proyecto político así", explicó Ione Belarra en una entrevista en 20 Minutos.

El barco de la formación morada no es el único que ha comenzado a tratar de tomar un rumbo fijo en medio del oleaje que ha provocado el enunciado del "frente amplio". Íñigo Errejón lo tomó con prudencia y ha optado, para empezar, por reconocer su labor al frente del Ministerio de Trabajo y por reforzar el argumento de que es demasiado pronto para "hablar de papeletas".

Pero la marejada ya es notable, y ha aumentado su intensidad con la convocatoria, por parte de Mónica Oltra, de un acto de "liderazgos femeninos" al que están convocadas, además de la vicepresidenta de la Generalitat Valenciana, la propia Díaz, la alcaldesa de Barcelona y líder de los comuns, Ada Colau, y la portavoz de Más Madrid en la Asamblea Regional, Mónica García (que no ha confirmado aún su asistencia).

Desde la Vicepresidencia Segunda insisten en que el acto, avanzado por el Periódico de España, no tiene nada que ver con la candidatura de Yolanda Díaz, y la propia Oltra (que tendrá que afrontar la reconfiguración de Compromís, primero a nivel interno y, después, en lo relativo a las alianzas y a su eventual papel en el denominado "frente amplio") ha insistido en que el cónclave servirá para "escucharnos y hablar de ideas" y, por lo tanto, estará alejado de cualquier preparativo electoral. 

Incluso Teresa Rodríguez, líder de Adelante Andalucía, ha admitido que su formación mira con atención a Díaz como "dirigente política" más allá de su labor en el Ministerio de Trabajo. Si el simple enunciado del "frente amplio" ha removido el tablero de la izquierda de esta manera, no es de extrañar que las expectativas y la tensión crezcan a medida que la vicepresidenta dé nuevos pasos. Pero para eso, parece que habrá que esperar.