Las medidas para paliar los efectos sanitarios, económicos y sociales de la emergencia de la covid-19 tendrán su primer borrador en el Congreso, y el objetivo es que esté listo antes de que acabe junio. La Comisión para la Reconstrucción Económica y Social inicia sus trabajos esta semana con la aprobación de un calendario que establezca de forma clara y ordenada los plazos en los que se moverá el acuerdo entre los grupos.

La tarea no se presenta nada sencilla, ya que, según la estructura planteada por el PSOE y Unidas Podemos, la comisión deberá tener propuestas en torno a cuatro grandes ejes que, además, deberán estar consensuadas por la mayoría de los partidos con representación en la Cámara Baja. Y todo ello en dos meses, porque la idea de partida es la de elevar al Pleno sus conclusiones antes de julio.

El órgano se constituyó la pasada semana en una sesión en la que se designó al socialista Patxi López como su presidente. Tras esta primera reunión, el PSOE distribuyó una propuesta a modo de borrador de la estructura que seguiría la comisión, para que los grupos hicieran sus propias aportaciones y se pudiera llegar a un acuerdo antes de la primera reunión de trabajo.

Este martes se reunirán la Mesa y los portavoces del órgano, y el jueves está previsto que lo haga la comisión al completo para aprobar el calendario que se seguirá para alcanzar unas conclusiones. Desde su constitución, el objetivo es que los trabajos concluyan antes de que finalice el mes de junio, aunque fuentes parlamentarias precisan que, "si los grupos lo acuerdan", estos trabajos podrían prorrogarse hasta julio.

El calendario de partida, no obstante, se desarrollará con el objetivo de junio, y fuentes del órgano insisten en que la intención de cumplir el plazo previsto "es firme". La estructura que se maneja es la de una comisión principal que acoja el trabajo de cuatro grupos especializados en diferentes áreas: Sanidad y salud pública; reactivación económica; políticas sociales y sistemas de cuidados; y Unión Europea.

Estos grupos, explican fuentes del órgano, trabajarían de una forma más técnica y "alejada de los focos" y se encargarían de desarrollar el grueso de las propuestas que posteriormente se elevarían al 'plenario' de la comisión para su aprobación. "Al igual que en las ponencias o en algunas subcomisiones, esto permite que las propuestas lleguen a la comisión con un mínimo consenso, porque se supone que ya ha tenido que haber consenso a la hora de redactar la propuesta", explican estas mismas fuentes.

No se descarta que en los cuatro grupos de trabajo participen expertos de distintas áreas que acompañen a los diputados, dado el carácter 'técnico' que se les quiere dar. Por objetivos y contenidos, el área de sanidad y salud pública trabajará en el análisis del sistema sanitario para concretar medidas dirigidas al reforzamiento del Sistema Nacional de Salud. Aquí entrarían cuestiones como las residencias de mayores, que han estado en el centro de la polémica durante toda la emergencia del coronavirus.

Acordar los pilares en los que deberá sustentarse la reactivación económica es otro de los objetivos del órgano parlamentario. En este grupo se incluirán propuestas relativas a la educación, la ciencia y la investigación. El grupo de políticas sociales y sistemas de cuidados incluye una de las cuestiones donde el consenso se prevé más que difícil: las reformas fiscales que servirán de sustento a la recuperación de la economía.

Desconfianza entre los grupos sobre el futuro de la comisión

El grupo de Unión Europea tratará de buscar una posición común para que el Gobierno lleve a las instituciones comunitarias propuestas de Estado. Para tratar de tener unas conclusiones antes de julio, una de las propuestas es la de limitar a tres las comparecencias por cada grupo de trabajo. De esta manera, acudirían a la comisión alrededor de una docena de comparecientes, y se necesitaría más de una sesión semanal de la comisión para completar la ronda de intervenciones.

Esto no sería problema, ya que fuentes del órgano avanzan que la intención es la de celebrar dos sesiones por semana, aunque de momento no hay un acuerdo claro entre los grupos. La Comisión para la Reconstrucción Económica y Social fue recibida con cierta desconfianza en el Congreso, debido, sobre todo, al ambiente político que hay en la Cámara y a la enorme dificultad que hay para lograr acuerdos.

El apretado calendario que se prevé no hace otra cosa que agravar estas dudas, a las que se suman las de aquellos partidos territoriales que advierten sobre la posible invasión de competencias que, a su juicio, recoge el diseño del órgano. "La nula predisposición mostrada por algunos partidos, sumada al planteamiento abierto de esta comisión, en la que al parecer se quieren incorporar temas y áreas propias de las competencias exclusivas de las comunidades autónomas como sanidad, por ejemplo, suscita no pocas dudas sobre el futuro de esta Comisión", aseguran desde el PNV.

El presidente del órgano asegura ser consciente del "reto" que supone llevar la comisión a buen puerto. "Este es el momento para demostrar para qué sirve la política. Tenemos una responsabilidad enorme. Esta es una crisis social, sanitaria y económica, y todo indica que se va a agravar", advertía López este lunes en una entrevista en Antena 3.