El president de la Generalitat, Pere Aragonès, ha aprovechado su mensaje institucional con motivo de la Diada Nacional de Catalunya, para proclamar que "Catalunya volverá a votar su futuro". "Lo hará más tarde o más temprano en función de la fuerza que tengamos, pero lo hará", ha asegurado desde el Fórum romano de Empúries, el escenario desde donde ha querido enviar su discurso del 11 de septiembre.

Justo horas antes de una Diada que llega marcada por la división del independentismo –ni él ni el resto de consellers de ERC irán a la manifestación convocada por la ANC, como tampoco lo hará el líder del partido, Oriol Junqueras, al considerar que no es "inclusiva"–, Aragonès ha querido reivindicar la mesa de diálogo con el Gobierno, una apuesta firme de Esquerra que, justamente, recibe críticas constantes tanto de Junts como de la CUP.

Sobre la polémica que rodea esta Diada Nacional, se ha limitado a comentar que "os invito a todos y todas a participar de los diferentes actos que se organizan en todo el país. Cada uno de acuerdo con sus propias convicciones con la visión que tenemos de un país diverso y plural, pero con todo el entusiasmo y toda la fuerza.

Tras admitir que "este otoño y este invierno serán muy complicados", debido a elementos como una inflación desbocada en parte por la crisis energética, el president del Govern ha avisado de que "las urgencias del momento no deben hacernos olvidar que el conflicto político con el Estado está pendiente de resolver". Y aquí es justamente donde ha defendido una mesa de diálogo que es una apuesta estratégica de su partido, a la vez que un elemento de discrepancias profundas con los otros dos partidos independentistas, que la rechazan.

"Es importante poner en valor que estamos consiguiendo devolver el conflicto hacia la política. Estamos consiguiendo devolver el conflicto de donde nunca debería haber salido. Lo hacemos llegando a acuerdos para facilitar el fin de la represión", ha destacado. Acto seguido ha añadido que "esto es imprescindible para facilitar una negociación que aborde de una vez el fondo del conflicto político con el Estado: la necesidad de dar respuesta a la voluntad mayoritaria, sólida, transversal de la ciudadanía de Catalunya que quiere decidir con libertad el futuro del país".

Sin poner fecha a un nuevo referéndum

A su juicio, "Catalunya volverá a votar, es inevitable, porque es la propuesta más inclusiva, la que genera más consenso". Y esto debería permitir a la ciudadanía "poder escoger entre un estado obsoleto, que no responde a las necesidades de la ciudadanía como vemos, por ejemplo, todos los días con el nefasto e inaceptable servicio de Rodalies de Renfe, o una República catalana con todas las herramientas para hacer más fácil la vida de la gente con todos los recursos para mejorar la vida de todos y todas". Aragonès, eso sí, ha evitado poner cualquier tipo de fecha a un hipotético nuevo referéndum en Catalunya, a falta de apenas tres semanas para que se cumplan cinco años de la votación del 1 de octubre de 2017. "Nunca, absolutamente nunca, renunciaré a que la ciudadanía de Catalunya pueda decidir libremente, pacífica y democráticamente el futuro del país", ha rematado.

Aunque la cuestión nacional ha sido la que ha capitalizado la intervención, como era de prever teniendo en cuenta que se emite el día antes de una gran movilización independentista, el president de la Generalitat ha querido destacar lo que ve como éxitos de gestión de su govern. Citó, por ejemplo, que este año ha comenzado la gratuidad de la etapa de los niños de 2 años en las guarderías o que este es el primer curso "en los últimos siete años" en el que ningún centro educativo "verá cómo le imponen un 25% de clases en español". Además, también ha mencionado la energética pública, un proyecto emblemático que el Govern ha asegurado que pondrá en marcha en octubre.