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Aragonès sube el precio del "sí" de ERC a Sánchez 

La insistencia del president y su partido en dar la amnistía como hecha se explica por la voluntad de situar la autodeterminación en el centro del debate e intentar captar parte de los focos que han acaparado Junts y Puigdemont

26/09/2023 - Pere Aragonès al costat de la consellera de la Presidència, Laura Vilagrà, i sota la mirada de Jéssica Albiach (En Comú Podem) aquest dimarts al Parlament.
Pere Aragonès al lado de la consellera de la Presidència, Laura Vilagrà, y bajo la mirada de Jéssica Albiach (En Comú Podem) este martes en el Parlament. Jordi Borràs / ACN

Con la amnistía no será suficiente y de lo que se trata ahora es de asentar las bases para que Catalunya pueda ejercer su derecho a la autodeterminación a través de un referéndum. A grandes rasgos, este es el precio de ERC para dar el "sí" a la investidura de Pedro Sánchez, a quien le exige un "compromiso" para acordar las condiciones de esta votación.

Lo ha fijado este martes el president del Govern, Pere Aragonès, en el largo discurso -dos horas- con el que ha abierto el debate de política general del Parlament y que le ha servido, entre otras cuestiones, para entrar a un nivel de detalle más elevado de lo que ha hecho hasta ahora Junts, la otra formación independentista catalana de quien depende Sánchez para seguir en la Moncloa.

En la línea de lo que ha hecho los últimos días la cúpula de Esquerra, Aragonès ha dado por hecha la amnistía a los represaliados del Procés –"es inevitable, pasará, estoy convencido de que será una realidad- y ha situado la autodeterminación en el centro de la "segunda fase" de la negociación de la investidura.

Aragonès plantea cerrar durante la legislatura estatal un acuerdo sobre las condiciones para hacer un referéndum

Con la intención de conseguir un "compromiso" a corto plazo, que tendría que materializarse los próximos años, con el objetivo de haber cerrado un acuerdo durante la actual legislatura estatal -que si Sánchez es investido podría alargarse hasta el 2027- que establezca las condiciones para que Catalunya vote sobre la independencia.

Después de hacer un pequeño adelanto al inicio de la intervención, Aragonès ha desgranado su posición alrededor la investidura de Sánchez al final de su discurso. Aunque ha hecho varias apelaciones al conjunto del independentismo para aprovechar la "oportunidad" que ofrece el escenario surgido de las elecciones generales, sus palabras evidencian también la voluntad de ERC de subir su listón negociador e intentar conseguir parte de los focos y la atención mediática que acaparan Carles Puigdemont y Junts.

A pesar de que las dos fuerzas independentistas suman los mismos diputados en el Congreso -siete en cada caso-, la voluntad negociadora de Juntos supone una novedad, mientras que ERC acumula varios años siendo uno de los principales socios parlamentarios del PSOE.

La amnistía "inevitable"

Con la pretensión de poner en valor la estrategia negociadora seguida por ERC hasta ahora, Aragonès ha recalcado que los últimos cuatro años "se han hecho pasos muy importantes", para "acabar con la represión" y la "judicialización" del conflicto, entre los que ha destacado los indultos, la reforma del código penal para eliminar el delito de sedición o la propia existencia de la mesa de diálogo entre gobiernos. Para él, han servido "para empezar a hacer posible una negociación que tiene que continuar" y que debe tener como siguiente estación una amnistía que es una "condición indispensable" para continuar abordando la investidura de Sánchez.

Aragonès está convencido que en los próximos meses podrá recibir a Puigdemont en la Generalitat

"La amnistía es inevitable. Pasará. Estoy convencido que será una realidad", ha subrayado Aragonès, para añadir que "en los próximos meses podré recibir en el Palau de la Generalitat al president Puigdemont, a Marta Rovira y al resto de exiliados y exiliadas como hice con los presos y las presas políticos".

En la práctica ya hace unos cuántos días que ERC da por hecha la amnistía -este mismo lunes, su portavoz, Raquel Sans, había asegurado que ya se había culminado la "negociación política" y ahora se estaba en una fase "más técnica"-, una posición que contrasta con lo que exponen desde las filas socialistas, donde rebajan los avances de las conversaciones y en ningún caso dan por cerrado un acuerdo para la amnistía.

Mantener que ésta es inevitable permite a ERC elevar su listón negociador e intentar capitalizar la demanda del referéndum, una cuestión que también se explica por su particular pugna con Junts por la hegemonía del independentismo. De hecho, Junts ha criticado el discurso del president y ha asegurado que "no tiene credibilidad" para negociar la autodeterminación.

Los republicanos necesitan ampliar los "èxitos" de su apuesta por la negociación

En cualquier caso, tras las dos derrotas electorales que le supusieron tanto las municipales del 28 de mayo como las generales del 23 de julio -con la pérdida de centenares de miles de votos en los dos casos-, los republicanos necesitan ampliar los "éxitos" de su apuesta por la negociación. Si no lo consiguen, pueden continuar sufriendo fugas de votos y perder las opciones de mantenerse al frente de la Generalitat después de las próximas elecciones en el Parlament. Una cita que, si Aragonès resiste hasta el final del mandato, llegaría en invierno del 2025.

Largo horizonte negociador

Como ya hizo durante su discurso de la Diada del 11 de septiembre, Aragonès ha reiterado que "la amnistía por sí sola no resuelve el conflicto de soberanía" con el Estado y, por lo tanto, sólo es el "punto de partida de una nueva fase de la negociación". Una nueva fase en la que ERC celebra que se haya sumado Junts y que tiene que servir para "abordar el fondo" del conflicto.

En este sentido, la exigencia de Aragonès a Sánchez es clara: "se tiene que comprometer que encontraremos la vía para que la ciudadanía de Catalunya vote". Y todo ello con el horizonte temporal (2023-2027) de la legislatura estatal, para que en los "próximos cuatro años" se encuentre "la fórmula" para resolver el conflicto, que para Aragonès pasaría por una votación de la ciudadanía catalana a través de un referéndum de independencia.

El planteamiento del president dibuja un largo escenario de conversaciones con el PSOE

Haciendo constantes llamamientos a la unidad soberanista -ERC quiere evitar que un hipotético acuerdo para abordar el fondo del conflicto pueda ser capitalizado por Puigdemont y Junts-, el president considera que esta resolución "pasa por establecer unas reglas del juego acordadas por todas las partes", punto en el que ha reivindicado como posible instrumento el Acuerdo de Claridad que justamente planteó en el debate de política general del año pasado.

Sea a través de esta vía o de otra, de lo que se trata, según ha detallado, es de realizar una propuesta que permita "construir un consenso interno y amplio en el seno de la sociedad catalana sobre cómo tenemos que poder votar sobre la independencia de Catalunya", para después acordarlo con el Gobierno español. "Estamos dispuestos a ganar o perder en un referéndum, pero lo que no haremos nunca, nunca, nunca, es renunciar a ejercer nuestros derechos colectivos como pueblo", ha rematado Aragonès.

Más allá del titular llamativo, la realidad de fondo es que el planteamiento de Aragonès dibuja una larga negociación con el PSOE para cerrar la posible investidura de Sánchez y, sobre todo, una segunda etapa todavía más compleja y prolongada en el tiempo -durante toda la legislatura, de hecho- para buscar vías de resolución en el conflicto territorial. Las próximas semanas darán pistas de hasta qué punto esta es una vía transitable, partiendo de la base que los socialistas no tienen ninguna intención de aceptar un referéndum de autodeterminación para Catalunya.


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