Un 9,2% de familias tuvo ya en 2013 dificultades para pagar el agua, la hipoteca, el alquiler, el gas, la electricidad, la comunidad… y se vio obligado que dejar pendientes los recibos hasta poder pagarlos… o no.

Las dos compañías eléctricas que gestionan el 80% del suministro doméstico en nuestro país (Endesa e Iberdrola) realizaron 931.263 desconexiones durante el año 2013. Si lo extrapolamos al 20% restante, la conclusión es que se “cortó la luz” a más de un millón de hogares, aproximadamente 3.600.000 personas.

Nueve de cada cien familias se declaran incapaces de mantener su vivienda caliente

En este contexto de pobreza es donde hay que interpretar los datos que la Asociación de Ciencias Ambientales (ACA) aporta en su informe sobre pobreza energética del año 2014: nueve de cada cien familias se declaran incapaces de mantener su vivienda caliente. Estamos hablando, pues, nada menos que de cuatro millones de personas que pasan frío durante el invierno en España.

En muchos casos, eso se traduce en enfermedades en todas las edades y hasta en la muerte para muchos ancianos. Además, existen siete millones de ciudadanos en nuestro país que se ven obligados a gastar en gas y electricidad más del 10% de los escasos recursos que entran en casa.

El resultado de esta espiral negativa es que empeora las condiciones de vida de millones de personas y las instala en una desigualdad estructural.

Este es el panorama que dibuja Rodrigo Moretón, investigador del Instituto de Energía Solar, en la ponencia que hoy abre Espacio Público en su Ágora Económica, donde propone una serie de medidas en materia de política energética para abaratar las facturas de gas y luz de los hogares y generar empleo simultáneamente.