Una nueva denuncia por machismo dentro de Junts por Catalunya ha enrarecido aún más el clima dentro del partido, afectado ya por las acusaciones de "violencia silenciosa" que hizo una de sus vicepresidentas, Aurora Madaula. Este fin de semana ha trascendido, adelantado por el Diari Ara, que unos días antes de las declaraciones de Madaula la diputada Cristina Casol había acudido a la Oficina de Igualdad del Parlament para denunciar un presunto caso de "acoso por razón de género".

Este nuevo caso está en investigación después de que se activara el protocolo de igualdad de la cámara. La empresa externa Instituto de Trabajo Social y Servicios Sociales (Intress) se está haciendo cargo de ello y las conclusiones deberían salir pronto, ya que el protocolo establece un plazo de dos meses desde su denuncia. En ese caso fue a principios de noviembre.

Preguntado por esta cuestión en rueda de prensa, el portavoz del partido, Josep Rius, declinó valorar el caso amparándose en la confidencialidad pero expresó su "apoyo" a la dirección del grupo parlamentario.

Segundo caso después de Madaula

El caso que ha trascendido este fin de semana se suma al de Madaula, vicepresidenta del partido y secretaria segunda de la Mesa del Parlament, que a finales de noviembre hizo pública su queja por "violencia silenciosa" y comportamientos machistas por parte de miembros del partido hacia ella.

Estas acusaciones las hizo en el marco del pleno de las mujeres que celebra anualmente el Parlament por el 25-N, día contra las violencias machistas. Las palabras crearon malestar dentro de un partido acostumbrado a los roces entre los sectores que lo conforman.

"Violencia machista es decir que deberías reír más para poder progresar en el trabajo. ¿A cuántos hombres se les valora por su sonrisa? Violencia machista es que te desprecien en el trabajo, no te escuchen o modifiquen una propuesta sin tu opinión", denunció.

La última frase se refería al veto del partido a una declaración de apoyo a la activista andorrana Vanessa Mendoza, que se enfrenta a un juicio por defender el derecho al aborto en Andorra, donde está prohibido. Madaula era la representante de Junts que había negociado el texto, pero finalmente hubo presiones del partido para modificarlo y acabaron retirando su firma.

La denuncia de Madaula fracturó al grupo parlamentario, con 22 de 32 diputados firmando un texto en su contra y presentándolo a la comisión de garantías del partido. Actualmente el órgano investiga los hechos, también a partir de la queja que le dirigió la propia afectada y de la que presentó la sectorial de feminismos del partido, que rechazó apoyar a Madaula.

Quien presidía el ente, la abogada de reconocido prestigio Magda Oranich, decidió apartarse del caso después de haber recibido presiones a raíz del último informe que había realizado. Se trataba del que indagaba en las vejaciones por parte del también diputado Francesc de Dalmases a una periodista a causa de una entrevista a Laura Borràs que no gustó.

Además, la actual presidenta del Parlament, Anna Erra, también de Junts, se reunió con Madaula y le instó a "reflexionar" sobre su papel en la Mesa tras afirmar que le había perdido la confianza. Poco después de la denuncia y sin haber hecho más declaraciones, la diputada obtuvo la baja médica y se encuentra alejada de la esfera pública.

Trasfondo interno

En el partido conviven diferentes almas y se da el caso de que ambas denuncias de machismo provienen del sector cercano a Laura Borràs, presidenta del partido. A pesar de su rol, en los últimos meses ha perdido liderazgo dentro de la formación por varios motivos, entre ellos la pérdida de la presidencia del Parlament una vez fue condenada por irregularidades cuando dirigía la Institució de les Lletres Catalanes (ILC).

El acuerdo de investidura con el PSOE también la ha situado en un papel secundario. Borràs había forjado su liderazgo precisamente sobre un duro discurso contra los pactos que ERC mantuvo con los socialistas durante la legislatura anterior, y ahora ha estado ausente en las negociaciones con los socialistas que han culminado con el pacto por la amnistía, entre otros.

En los últimos meses otros miembros cercanos a Borràs, como Francesc de Dalmases o Jaume Alonso-Cuevillas, también han perdido peso en la organización por verse involucrados en polémicas o aprovechando reestructuraciones de cargos.

Hacia un nuevo Congreso del partido

En este contexto, son diversas las voces que plantean la necesidad de un congreso extraordinario que aclare la situación y la fuerza de cada sector y donde podrían renovarse los principales cuadros. Hace año y medio que Junts celebró un congreso en Argelers (Catalunya Nord) y en Hospitalet de Llobregat, donde fue elegida la candidatura unitaria Borràs-Turull.

En su día se apostó por esta candidatura unitaria para evitar una confrontación entre ambos sectores, que pueden diferenciarse entre unilateralistas y pragmáticos. En este año y medio han pasado varios episodios en los que los equilibrios se han visto modificados, como la salida de Junts al Govern, la propia condena de Borràs y la investidura de Pedro Sánchez con los votos del partido, entre otros.

La entrada en Junts de los militantes del ya disuelto PDeCAT es otro factor que podría impulsar el peso de los pragmáticos en un pulso latente desde la creación del partido.