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La UE no acuerda un tope al precio del gas y se emplaza al Consejo de finales de octubre

Al tratarse de un Consejo informal, los líderes no podían tomar decisiones por escrito, pero sí llegar a un acuerdo político. La gran batalla se traslada ahora al Consejo Europeo ordinario del próximo 20 y 21 de octubre.

De izquierda a derecha, el canciller alemán Olaf Scholz, el primer ministro holandés Mark Rutte y el presidente francés Emmanuel Macron llegan a la cumbre informal de la Unión Europea en Praga, República Checa, a 7 de octubre de 2022.
De izquierda a derecha, el canciller alemán Olaf Scholz, el primer ministro holandés Mark Rutte y el presidente francés Emmanuel Macron llegan a la cumbre de la UE en Praga, a 7 de octubre de 2022. Michal Cizek / AFP

Cómo y a quién imponer un tope al precio del gas importado por la UE. Esta era el gran elefante en la sala del castillo de Praga que ha acogido este viernes la cumbre informal de los 27 jefes de Estado y de Gobierno europeos. El consenso se sustenta en que hay que poner freno al precio disparado del gas. La división, como viene siendo habitual en el seno europeo, es el cómo hacerlo.

La UE no llega a un consenso en este sentido. La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, ha detallado en rueda de prensa que presentará propuestas más concretas en esta dirección en las próximas semanas. Al tratarse de un Consejo informal, los líderes no podían tomar decisiones por escrito, pero sí llegar a un acuerdo político. Y no ha sido el caso. La gran batalla se traslada ahora al Consejo Europeo ordinario del próximo 20 y 21 de octubre. "El próximo Consejo será una importante fecha límite", aventura ya la Presidencia checa del Consejo. "Será extremadamente importante", ha coincidido Charles Michel, presidente del Consejo Europeo.

La cita llegaba precedida por el choque entre dos bloques. El de 15 países liderado por España, Francia o Bélgica que buscan un límite a todo el gas, proceda de donde proceda y tanto al importado a través de tuberías como el gas natural licuado (GNL) que llega en barcos. En el otro frente, Alemania y Países Bajos solo aceptan intervenir el coste del gas que sale de Rusia. Su razón de fondo es que prefieren pagar un precio más alto para no poner en riesgo el suministro energético. El canciller alemán Olaf Scholz ha enfatizado al final de la cita la necesidad de hablar con "proveedores de confianza" como Noruega o Estados Unidos.

Josep Borrell: "La energía se está convirtiendo en el problema geoestratégico más importante hoy"

Ya lo anticipaba Josep Borrell, Alto Representante de Asuntos Exteriores de la UE, a su llegada a la cita: "La energía se está convirtiendo en el problema geoestratégico más importante hoy". Los Veintisiete tenían sobre la mesa diferentes iniciativas para suavizar la factura de la luz de sus consumidores y empresas, como la intervención como modificar el índice de Facilidad de Transferencia de Títulos (TTF), un mercado virtual con sede en Países Bajos en el que se compra y vende gas, una compra conjunta de gas o la extensión de la excepción ibérica al conjunto de la UE. El cronómetro hacia el invierno corre y a la UE se le agota el tiempo y la próxima cumbre se anticipa caliente. "Hay un apoyo amplio en que en la próxima primavera tengamos una compra conjunta de gas para evitar una carrera entre nosotras", ha señalado la líder del Ejecutivo comunitario. De momento, la cita de Praga deja los mismos interrogantes. Desde el estallido de la guerra, los europeos han reducido la dependencia del gas ruso del 41% al 7,5%. Y sus reservas de gas bombean en estos momentos al 90%. Pero la volatilidad del mercado energético y los miedos a la escasez de suministro se ciernen no solo sobre este verano, sino sobre los próximos.

"Amenaza nuclear"

La cita llega horas después de que el presidente estadounidense, Joe Biden, advirtiese de que "por primera vez desde la crisis de los misiles en Cuba existe la amenaza directa de uso de armas nucleares". "Putin no bromea cuando habla de ello" y por ello estamos "tratando de averiguar" una salida a la guerra, aseguró en declaraciones que recoge Reuters. La respuesta europea al conflicto bélico ha sido, de hecho, el primer punto de la agenda de los Veintisiete. Mientras que los líderes de las instituciones europeas se han tomado estas advertencias "muy en serio", el presidente francés Emmanuel Macron ha pedido prudencia: "Evito hacer política de ficción".

La UE espera aprobar en las próximas semanas el sexto tramo de fondos para continuar enviando armas a los de Zelenski y rubricar la primera misión de entrenamiento al Ejército ucraniano. El presidente ucraniano se ha dirigido a los Veintisiete a través de videoconferencia y les ha pedido más armas y munición para su país y un incremento de la producción de material bélico en los Estados miembro.

Entretanto, los Bálticos empujan para imponer más mano dura y tomar medidas más contundentes que "disuadan" al Kremlin de apretar el botón nuclear. Ya esta semana Borrell se pronunciaba con dureza sobre las condiciones para poner fin a la contienda. "Esta guerra solo puede acabar de forma que asegure la paz. Y para ello es necesario que Ucrania recupere su integridad territorial y su plena soberanía. Que Rusia asuma sus responsabilidades políticas y morales en la guerra. Que pague por la reconstrucción. Y que se exijan responsabilidades por los crímenes producidos", aseguraba el español ante el Pleno de Estrasburgo.

Choque por el MidCat: encuentro tripartito

La cita del viernes llegaba precedida por el encuentro de 44 líderes europeos en torno a la bautizada Comunidad Política Europea. A su llegada al castillo de Praga, Macron retiró su 'no' al proyecto del MidCat. Poco antes, España y Alemania habían unido fuerzas para poner presión sobre un Elíseo que sigue resistiéndose a este gasoducto ibérico alegando que España no produce gas, que no es sostenible y que es extremadamente caro.

Tras meses con las discrepancias supurando entre bastidores, el presidente galo ha anunciado al final de la doble jornada que se reunirá la próxima semana con el presidente español, Pedro Sánchez, y con el primer ministro portugués, Antonio Costa, para abordar el proyecto transpirenaico. Madrid y Lisboa intentan aprovechar este momentum de crisis para dejar de ser una isla energética dentro de la UE y ser la puerta de entrada de gas desde el sur hacia el centro europeo con nuevas interconexiones. Pero París, que prefiere utilizar su energía nuclear y exportar directamente a Alemania, no lo va a poner fácil. Pedro Sánchez en rueda de prensa se ha mostrado más esperanzado: "Antes o después vamos a llegar a un acuerdo que logre casar todas las sensibilidades y preocupaciones que tiene Francia".

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