La dura represión de las autoridades yemeníes el martes pasado dejó un muerto y 65 heridos entre los manifestantes que exigían la salida inmediata del presidente Alí Abdulá Saleh. Agentes de la Policía yemení y agentes de paisano abrieron fuego el martes por la noche contra las miles de personas que intentaban unirse a las protestas que se celebran desde hace semanas en la Universidad de Saná.

Es el lugar elegido para las protestas desde mediados de febrero, surgidas al calor de las rebeliones populares de Túnez y Egipto, para exigir reformas políticas primero y posteriormente el final del régimen de Ali Abdulá Saleh.

Los disturbios se produjeron cuando los manifestantes intentaron colocar más tiendas de campaña en una plaza situada cerca de la Universidad de Saná, que está siendo utilizada como lugar permanente de protestas.

Al parecer, la Policía primero comenzó a hacer disparos de advertencia al aire y usar gases lacrimógenos para dispersar a los manifestantes, quienes a su vez protagonizaron choques con los agentes en unos disturbios que crecieron en intensidad.

Una fuente médica dijo que siete de los heridos tenían heridas graves y dos de ellos recibieron disparos en la cabeza.

Los servicios de seguridad dijeron que los enfrentamientos se produjeron cuando los manifestantes intentaban levantar una carpa frente a una escuela, en el espacio situado frente a la Universidad.

Las mismas fuentes oficiales afirmaron que las fuerzas de seguridad fueron atacadas por hombres armados situados en los tejados cercanos y agregaron que entre los heridos, cuya cifra no detallan, se encuentran algunos agentes de seguridad.

Se trata del enfrentamiento más grave entre manifestantes y agentes policiales en la capital desde que se intensificaron las protestas contra el régimen de Saleh, aunque ha habido varios fallecidos durante choques parecidos en otras ciudades del país.