La Policía Federal de Brasil ha acusado formalmente este jueves al expresidente Jair Bolsonaro de intentar ejecutar un golpe de Estado contra Luiz Inácio Lula da Silva en 2022, según ha informado el cuerpo. 

La institución denunció a 37 personas, entre ellos varios militares de alto rango, por los delitos de "abolición violenta del Estado democrático de Derecho, golpe de Estado y asociación ilícita", según informó en una nota. Entre ellos, se encuentra un militar retirado de extrema derecha, quien gobernó Brasil desde 2019 hasta 2022, y dos generales en la reserva que fueron ministros en su Gobierno.

Bolsonaro atribuye los cargos en su contra a la "creatividad" del juez que lo investiga. "El magistrado Alexandre de Moraes conduce toda la investigación, ajusta los testimonios, arresta sin denuncia, lanza redes para pescar posibles pruebas y tiene una asesoría bastante creativa", afirmó Bolsonaro en un comunicado difundido en sus redes sociales.
El expresidente ya está sometido a medidas cautelares y tiene prohibido viajar al extranjero, por lo que le retiraron el pasaporte hace meses.

La Policía brasileña ha informado de que se basan en las pruebas obtenidas en estos dos años para acusarle. Dichas pruebas han sido obtenidas a través de "investigaciones policiales, el levantamiento del secreto sobre las comunicaciones telemáticas, telefónicas, informaciones bancarias, fiscales, colaboraciones premiadas [con delatores], registros, e incautaciones, otras medidas debidamente autorizadas por el Poder Judicial", según el comunicado de las autoridades.

El informe policial ha sido entregado ya al Tribunal Supremo, quien debe evaluar la acusación formal de la policía. Hace meses, el expresidente fue inhabilitado por los jueces para concurrir a las elecciones hasta 2030, ya que fue condenado por abuso de poder, como consecuencia de haberse aprovechado del cargo presidencial para cuestionar la seguridad del sistema de votación.

La Policía brasileña reveló esta semana que los golpistas también planearon matar a Lula da Silva cuando era presidente electo, además de a Geraldo Alckmin, su vicepresidente, y a Alexandre de Moraes, juez del Supremo. Por otro lado, un simpatizante de Bolsonaro se estalló ante el edificio de la máxima corte la semana pasada.

El 8 de enero de 2023, una semana después de que Lula da Silva tomara posesión para un tercer mandato no consecutivo, miles de seguidores del expresidente ejecutaron un asalto golpista. Ninguno de los sospechosos por instigar o financiar el intento de golpe de Estado se ha sentado en el banquillo, pero el Tribunal Supremo ha impuesto condenas duras a más de 200 personas.

Mauro Cid, el secretario personal de Bolsonaro que le acompañaba en todos los actos mientras era presidente, es una pieza muy importante en la investigación policial contra el expresidente y el resto de los sospechosos de participar en el intento de golpe de Estado. Después de haber estado unos meses en prisión preventiva, aceptó colaborar con la policía.