La Justicia francesa ha rebajado este lunes en apelación la pena contra el exprimer ministro François Fillon, hasta un año de prisión firme, en el llamado caso de los empleos ficticios, por los que su esposa estuvo contratada como asistenta parlamentaria durante cinco años sin ejercer ese puesto.

El Tribunal de Apelación de París ha dictado para el que fuera primer ministro durante todo el mandato de Nicolas Sarkozy un año de prisión firme, otros tres exentos de cumplimiento, diez de inhabilitación y 375.000 euros de multa. A su pareja se le han impuesto dos años exentos de cumplimiento y otra multa de 375.000 euros, según ha explicado la emisora France Info. El matrimonio, que no ha acudido este lunes al tribunal, había apelado la sentencia recibida y su juicio en apelación, que comenzó el pasado noviembre en París.

Fillon fue sentenciado en junio de 2020 a cinco años de cárcel, de los cuales dos firmes, a diez años de inhabilitación y a una multa de 375.000 euros por varios delitos, en particular malversación de fondos públicos. Los jueces impusieron entonces a su esposa, Penelope Fillon, tres años de prisión exentos de cumplimiento, por lo que solo tendría que entrar en prisión en caso de reincidencia, y la misma multa de 375.000 euros.

Marc Joulaud, que se convirtió en diputado cuando Fillon fue nombrado primer ministro en mayo de 2007, fue igualmente condenado en junio a tres años exentos de cumplimiento, los mismos que ahora, y a 20.000 euros de multa por haber contratado y remunerado a la esposa del político con dinero público sin que trabajara a cambio.

La mujer estuvo contratada como asistenta de Fillon entre 1998 y 2002 y de 2012 a 2013, y como ayudante de Joulaud de 2002 a 2007. El desvío total de fondos de forma directa o indirecta se eleva a unos 1,5 millones de euros. El Tribunal Correccional dejó claro en junio de 2020 que no había ninguna prueba tangible que demostrara su trabajo, justificara esa cuantía y fuera proporcional a las actividades atribuidas.

Fillon era el candidato favorito para las presidenciales francesas de mayo de 2017 cuando se destapó el escándalo. No abandonó la contienda electoral pero acabó tercero en la primera vuelta de esos comicios, que dieron la victoria a Emmanuel Macron. El caso de los empleos ficticios no solo marcó el fin de la carrera política de Fillon, sino que aceleró la decadencia del partido derechista de Los Republicanos.