Casi 100 personas, entre ellas 82 niñas, han tenido que ser hospitalizadas en Afganistán tras resultar intoxicadas en dos colegios al norte del país. El incidente cobra especial relevancia porque la educación secundaria femenina está prohibida por los talibanes. Por el momento, la Policía no ha identificado ni la sustancia empleada ni a los posibles sospechosos.

Las dos escuelas en las que han tenido lugar los hechos se encuentran en la provincia de Sar-e-Pol, a 600 kilómetros de Kabul. En uno de los centros fueron envenenadas 56 alumnas de primaria, tres maestras, dos conserjes y un padre. En el otro colegio, la intoxicación afectó a 26 estudiantes y cuatro profesoras.

Todas las niñas fueron trasladadas al hospital con náuseas y problemas respiratorios. Los agresores, cuya identidad se desconoce, habían rociado el suelo de las aulas con material venenoso. Hace un par de meses, cerca de 1.000 niñas también fueron envenenadas con un supuesto gas tóxico en varios institutos de Irán.

Las víctimas se encuentran en "buenas condiciones" y su estado de salud es favorable, según han apuntado fuentes policiales en unas declaraciones recogidas por la agencia Reuters. El ataque se produce medio año después de que el régimen talibán incrementara el control sobre la educación femenina y negase el acceso de las mujeres a la universidad.

Entre otras prohibiciones, los talibanes obligaron a las mujeres a salir a la calle con el rostro cubierto, impulsaron la segregación escolar y decretaron la necesidad de que las acompañase un familiar de género masculino para poder viajar. El pasado diciembre, también vetaron su presencia en las organizaciones no gubernamentales. La comunidad internacional ha condenado en numerosas ocasiones la situación de crisis que sufre la población afgana. 

Más protección en las escuelas

UNICEF ha pedido este lunes aumentar la protección para las mujeres afganas tras el envenenamiento de más de 80 niñas en dos colegios de primaria al norte del país. Asimismo, la ONG ha animado a los talibanes a investigar el ataque para que los responsables no salgan indemnes. El organismo recuerda que "los colegios deben ser refugios de seguridad" y defiende que los culpables paguen por ello.