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Zapatero defiende sus reformas, hace un guiño al 15-M y propone repartir la crisis con equidad

La crisis económica marca el último discurso de Zapatero en el debate sobre el estado de la nación. El presidente defiende sus políticas en defensa del Estado del Bienestar y anuncia medidas para los que no puedan pagar sus

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Si la máxima 'Es la economía, estúpido' fuera cierta hasta sus últimas consecuencias, el presidente del Gobierno habría acertado de pleno. Porque su discurso durante el debate sobre el estado de la nación, el último de los nueve que ha protagonizado, ha pivotado sobre tres ejes: economía, economía y economía (consulta el directo de su discurso). De hecho, 'empleo' y 'reforma' o 'reformas', han sido las palabras más pronunciadas en su intervención: 34 veces. 'Crisis' ha sido pronunciada en 28 ocasiones.

No podría ser de otra forma. Los vaivenes financieros que, según el propio Zapatero, pusieron a España al borde del rescate financiero y que obligaron a dar un brusco giro a la derecha al barco que dirigía sobre las aguas de las políticas sociales y de izquierda, han sido prácticamente el único tema que ha tocado el presidente del Gobierno. Reformas emprendidas, ha defendido, sin perjudicar a las políticas sociales (ver vídeo).

Ha sido un discurso, que ha arrancado con un pésame a los dos muertos en Afganistán (Ver vídeo), de poco más de una hora con pocos anuncios —apenas la puesta en marcha de medidas para los que no puedan hacer frente a los pagos de sus préstamos hipotecarios, y que, por ello, se encuentran sujetos a procedimientos de ejecución (ver vídeo)— en las que Zapatero ha presentado la radiografía (sobre todo económica, pero también social y política) de la España de 2011.

El movimiento del 15-M 'forma parte de la fisiología, no de la patología', de la democracia

Es un país, ha sostenido Zapatero, muy tocado por la crisis financiera, pero que lleva creciendo cinco trimestres consecutivos y encara una leve recuperación, gradual y lenta. Crecimiento muy lento, en cualquier caso, como para que contribuya a mejorar la recuperación neta de empleo. 'No volveremos a crecer y crear empleo como en el pasado. Hemos de ser más competitivos, innovadores, flexibles y eficientes', ha advertido. Con todo, Zapatero ha descartado que España vaya a tener una 'generación perdida' de jóvenes sin posibilidades de empleo, como pronosticó el pasado mayo el Fondo Monetario Internacional (FMI).

Es una economía lastrada por el consumo interno y con el turismo como uno de los principales motores del crecimiento. El año que viene, si se cumplen las previsiones, llegarán a España 55 millones de visitantes. Turismo en contraste con la dependencia del ladrillo de las últimas décadas.

 

Pocos elementos han contribuido, según Zapatero, a afianzar la recuperación. El precio de las materias primas y de los tipos de interés -al 1,25%- ha impedido el despegue. Sí ha ayudado la inversión extranjera en España, pero no lo suficiente como para mitigar lo que el propio Zapatero ha definido de 'incertidumbre incesante' sobre la deuda soberana, muy tocada por los rescates de Grecia, Irlanda y Portugal y que ha llevado a que, en las últimas semanas, España haya lamido la cota psicológica de los 300 puntos respecto al diferencial de los bonos alemanes a diez años.

Una economía, la española, marcada por el déficit y por las reformas encaminadas a atajarlo. En este contexto, Zapatero ha adelantado que el Ejecutivo propondrá, en el marco del Consejo de Política Fiscal y Financiera (CPFF) del próximo mes de julio, la aprobación de una regla de gasto en las comunidades autónomas similar a la que se va a aprobar en el Estado y las corporaciones locales.

El Gobierno propondrá en julio aprobar una
regla de gasto para las comunidades autónomas

Muy aplaudido por la bancada socialista al comenzar y al concluir su intervención, ha ofrecido un discurso denso, atestado de cifras y condescendiente con la labor de un Ejecutivo que ha contado con la nula ayuda del principal partido de la oposición. Un discurso de defensa del Estado del Bienestar y las políticas llevadas a cabo para su mantenimiento (180.000 millones de euros destinados a políticas sociales en 2011, 50.000 millones más que en 2004), un alegato a resaltar el valor de la política en el que ha incluido guiños al movimiento del 15-M ('forma parte de la fisiología, no de la patología' de la democracia). Guiños pese a las discrepancias que el propio presidente ha reconocido tener en alguno de sus reivindicaciones.

Un discurso en el que, ya en su parte final, ha vuelto a lanzar una mano tendida de colaboración a todos los partidos ('la superación de la crisis no depende sólo de nosotros, pero estamos haciendo todo lo que depende de nosotros') (ver video) y en el que no se ha oído una palabra de arrepentimiento. Más bien todo lo contrario: 'Nunca me ha llevado a dudar de las decisiones tomadas ni de que el país puede salir adelante'.

Como resumen de legislatura, Zapatero ha asegurado haber procurado promover la democracia, 'con mayor o menor acierto y colaboración', con una mirada siempre puesta en las políticas sociales que la crisis, causada por factores exteriores, ha agujereado.

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