Hasta el último minuto no se sabrá quién ganará la segunda fase del debate del estado de la nación. Mañana se votan en el pleno del Congreso las resoluciones de los grupos. Buena parte del escenario, no obstante, se conocerá hoy, pues a las 20 horas acaba el plazo para presentar enmiendas. El PSOE, consciente de su falta de apoyos estables, trabaja en dos líneas: ganar el mayor número de votaciones –aunque asume que alguna perderá– y atar, sobre todo con los grupos de izquierdas, las propuestas que el presidente del Gobierno anunció, señalan fuentes socialistas a Público.

“No hay que dramatizar. Espero que nuestra capacidad de maniobra, la geometría variable, funcione, y nos permita derrotar las políticas alternativas de gestión de la crisis que presenta el PP”, arguye uno de los negociadores del PSOE. De momento, ya está casi cerrada con IU e ICV la aprobación de una renta mínima de inserción. El texto no concretará cifras. Se cerrarán en el diálogo social.

Queda trabar acuerdos con IU e ICV en vivienda, medio ambiente, apoyo al automóvil o en el cheque de un ordenador para cada escolar. “No aceptamos cánticos genéricos ni geometría variable. No somos platos de segunda mesa”, comenta Gaspar Llamazares (IU). Y añade Joan Herrera (ICV): “Somos exigentes porque así veremos si hay giro a la izquierda”.

El PSOE intentará atraerse a los nacionalistas, ofreciéndoles más desarrollo autonómico, financiación e infraestructuras. Igual hará el PP: “En economía –explican en el grupo–, estamos más cerca de PNV y CiU. Es lógico. Pero no haremos nada que sacrifique nuestros principios”.