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Madrid abre su séptimo centro penitenciario

La construcción ha supuesto un presupuesto de 100 millones de euros // Madrid VII tiene 1.214 celdas en 16 módulos // Incluye talleres para facilitar la reinserción social de los presos

MARTA HUALDE / VANESSA PI

Y van siete. Con la inauguración ayer de un nuevo centro penitenciario en la localidad madrileña de Estremera, el Ministerio de Interior pretende descongestionar las otras seis prisiones de la Comunidad de Madrid, que albergan una población reclusa de 8.897 personas. El elevado número de internos proviene de dos fuentes: los delitos que se cometen en el aeropuerto de Barajas y las sentencias de la Audiencia Nacional. ¿Serán suficientes sus 1.214 celdas?

“Estamos en un momento de máxima ocupación del sistema”, reconoció la directora general de Instituciones Penitenciarias, Mercedes Gallizo. La cifra de reclusos lo demuestra. En la actualidad, hay 71.114 presos en las 77 cárceles de España, un 21% más que hace cuatro años (58.655).

Según el ministro de Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, se debe a que la estancia media en la cárcel española es superior a la europea porque el Código Penal es “muy estricto”. “Esto hace que haya que seguir construyendo”, admitió durante la presentación de Madrid VII, que comenzará a funcionar en septiembre.

Más allá de las plazas, también se persigue dejar atrás el modelo panóptico de prisión, de estructura en forma de estrella con un núcleo central de vigilancia. Así es Madrid VII. Con un presupuesto de 100 millones de euros, se ha diseñado como un conjunto urbano y con vistas a la reinserción social de los presos.

Como este centro tipo, hay otros tres: El Puerto III (Cádiz), Castellón II (Albocásser), ya en marcha, y Sevilla II (Morón), que se presentará la próxima semana. Entre todos albergarán 4.300 celdas nuevas, un 10% más de las actuales.

Madrid VII se distingue, según la directora de la obra, Marta Cao Valiani, por los materiales utilizados para humanizarla: ladrillo visto, “más cálido y cercano”, y cerrajería blanca, “que quita pesadez y rigor”. Las nuevas tecnologías, con puertas sincronizadas, materiales antivandálicos y cámaras de vigilancia, han facilitado este modelo. Seguridad, funcionalidad y humanidad son las palabras que usó el ministro de Interior para describirla.

La prisión está estructurada en calles, con una avenida central y dos ejes secundarios hacia los módulos residenciales. Otra novedad del centro tipo es que tiene baño en sus celdas para preservar la intimidad de los reclusos. También cuenta con enfermería, gimnasio, polideportivo, salón de actos y aulas. Pero, el Estado no olvida que “el cumplimiento de la pena es el cumplimiento de la pena”, dijo su director, Jaime González-Novo.

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