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Una jornada muy particular

Con la mirada en las plazas de indignados

ALFONS CERVERA

Ayer me desperté temprano y abrí el balcón para saludar a los pájaros. Desde que amanece, ahí están, tan a su aire en los alambres del tendedero, como funambulistas con casco sobre la calma chicha de la calle Larga. Ojo con lo que haces hoy, que te conocemos. Yo advertía una cierta sombra de coacción en sus palabras: mira cómo se comportan las acampadas del 15-M.Refunfuño algo porque no entiendo su tono imperativo. No refunfuñes y a reflexionar bien y con la boca cerrada. Pero si no he dicho ni mu desde que habéis abierto el puto pico. Pues eso has de hacer, y ojo no se te vayan a colar los fachas de España 2000, te rompan la reflexión y obliguen a los guardias a intervenir.

Quiero decir algo pero ellos siguen como una única voz: lo que quieren esos zánganos es reventar las concentraciones, joder la resistencia tranquila con la ayuda de sus medios de comunicación y obligar a que la jornada de reflexión se convierta en una masacre. Y rematan: así que reflexiona calladito y no te metas en líos. Me pongo farruco: no, si ahora seremos los tranquilos los responsables de la posible intranquilidad. No te pongas farruco, cualquier cautela es poca. Y si no, mira Esperanza lo que dijo: en Ferraz monto la de Dios es Cristo y luego que protesten Zapatero y sus antisistema.

El 15-M no es un peligro. Lo son las políticas canallas o el poder de la banca

Ahí nos ponemos de acuerdo y saltamos a coro: es que entre los fascistas de España 2000 y Esperanza hay las mismas diferencias que las que encontramos en Gestalgar entre los rasgos de un chino y otro chino: o sea, ninguna diferencia. Y aquí nos ponemos trascendentes: las concentraciones del 15-M no son un peligro. El peligro son las políticas canallas que empobrecen la pobreza, el poder intocable de los bancos, la injusticia de la ley electoral, la falta de una ciudadanía que poco a poco ha ido asumiendo su innoble condición de súbdita, esa mierda de justicia que en vez de mandar a la cárcel a Camps, Fabra y sus secuaces les permite presentarse a unas elecciones para que si las ganan puedan gritar como energúmenos que el pueblo los ha absuelto.

De repente, uno de mis colegas del alambre saca pecho: ¿y si con esos dos también fuera a la cárcel algún juez? Lo miro: ¿si voto que sí a tu pregunta-proposición estaré rompiendo el silencio obligado de la jornada de reflexión? Todos los pájaros a coro: hasta ahí no llegamos, pero puedes decirlo con el código de los campamentos 15-M. Entonces levanto los brazos y muevo las manos haciendo girar las muñecas. O sea: sí. Y con aplausos.

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