En la ponencia política del XVI Congreso del PP triunfó la ortodoxia. Pero entre los marianistas se pretende instalar otra praxis para sacudirse la imagen de partido “antipático” (nasty party, que dijo Esperanza Aguirre en abril) frente a un exitoso PSOE.

Claro que en lo que pensaba la presidenta madrileña no era con seguridad en la contemporización con los nacionalistas. Ni ella ni muchos del ala dura. Sí los moderados más próximos al líder del PP. Alfonso Alonso, portavoz adjunto del Grupo Parlamentario Popular, desveló ayer en una entrevista en la Cadena Ser la baraja con la que juega Mariano Rajoy. Aludió a un PP “amable”, que vaya a cazar directamente el voto de los nacionalistas y que sea capaz de buscar acuerdos con ellos.

Es la primera vez que los marianistas, a los que su jefe pidió silencio esta semana, aluden a la relación con el PNV, el punto más delicado en la batalla interna que motivó el plante de María San Gil de la ponencia política y su abierta hostilidad contra José María Lassalle, otra voz de suma influencia sobre el líder.

“Nosotros, cuando hemos gobernado, hemos tratado de que todo el mundo se sintiera cómodo y que por tanto hubiera una oferta de convivencia, y que eso pudiera ser trasladado con normalidad y de una manera amable”, reivindicó Alonso. La fórmula para conseguirlo es “apelar a los que se han sentido identificados en el pasado con el nacionalismo vasco o que siguen votándolo”.

El portavoz adjunto reconoció lo que Rajoy asumió hace una semana en Sevilla con la boca pequeña: que el PP tiene un “problema” y que atraviesa “una situación de crisis”. La “única solución” para evitar la “quiebra” de los populares, propuso, es “recuperar la confianza”. En estos dos sentidos: que Rajoy “haga gestos de aproximación” hacia San Gil y que ésta, a su vez, se plantee una “reflexión”.

Por varias razones adquieren peso las palabras de Alonso. Él es un hombre del equipo de Soraya Sáenz de Santamaría y, por tanto, extensión más que autorizada de Rajoy. Pertenece, además, del PP alavés, el más enfrentado a la rígida política de San Gil. Sus palabras suponen ese cambio de orientación que tanto temía la lideresa vasca. Porque si desertó de la ponencia fue por falta de “confianza” en el líder, porque no tenía garantizado que la dura letra del texto casase con el blando espíritu que airea Génova. Y ayer, Alonso.

“No se puede decir que el PNV es partidario del terrorismo de ETA, pero sí podemos afirmar que no colabora en su derrota”. Es, además, “obstruccionista”. Eso rezaba la ponencia, tal como quería San Gil. Algo que, en efecto, no converge con el nuevo PP que pretende sacar la cabeza.

Las declaraciones del portavoz adjunto llegan un día antes de la reunión de la Junta Directiva del PP vasco –que decidirá si anticipa el congreso regional– y en el apogeo de la tensión entre ultras y moderados. La estampa del sábado en un acto a las víctimas en Madrid, con una Aguirre aclamada por la feligresía más conservadora y un Alberto Ruiz-Gallardón abucheado, fue bastante elocuente. Demuestra que la división interna ha tocado la calle.

El pulso está ahí, abierto. Esperando que Rajoy decida.

1. ¿Congreso en julio? // Hoy es lunes, y los lunes en el PP pasan cosas. Por lo pronto, la Junta Directiva de los populares vascos deben decidir si, como quiere la presidenta, San Gil, se adelanta el congreso regional a julio.

2. De desayuno, Feijóo // Rajoy presenta hoy a las 9, en el Foro Nueva Economía, a Alberto Núñez Feijóo, presidente del PP gallego y un aval firme de Rajoy.

3. Para comer, Gallardón // En el Casino de Madrid, invitado por el Foro ABC, el alcalde de la capital hablará “abiertamente” de la situación del partido. No lo ha hecho hasta ahora.

4. Aznar puede hablar // Segunda oportunidad desde el 9-M para que el ex presidente hable. Será en un acto conmemorativo del euro, organizado por FAES. El ex presidente inaugura el foro a las 11 de la mañana.