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La Diada de la confirmación

La ya tradicional movilización independentista del 11 de septiembre vivirá este domingo su versión más sosegada. El acto se desarrollará simultáneamente en cinco ciudades catalanas y contará por primera vez con la participación del President de la Generalitat.

La 'Via Lliure' de la Diada de 2015. -REUTERS

ROGER XURIACH

BARCELONA.- "Hay que salir a la calle, aún queda mucho trabajo que hacer". Con estas palabras, Jordi Sánchez, presidente de la Assemblea Nacional Catalana (ANC), espera que la ciudadanía vuelva a responder en una de las fechas más esperadas por el independentismo: el 11 de septiembre. Desde 2012, y mejorando año tras año su poder de convocatoria, tanto la ANC como Òmnium Cultural se han encargado de convertir la Diada en el altavoz de una reivindicación inequívoca y a la postre exitosa: exigir a las instituciones políticas catalanas una apuesta clara por la soberanía.

Solo así se explica que de la multitudinaria concentración celebrada el 2012 en Barcelona a la 'Via Lliure' del año pasado, donde más de un millón y medio de personas llenaron la Avenida Meridiana de la capital catalana, el Govern de la Generalitat haya pasado de acoger a la CiU más impopular —por los recortes— y ambigua —por su tradición pactista y enésimo truco de magia en forma de pacto fiscal— a estar en manos de una coalición (Junts pel Sí) que, junto al apoyo de la CUP, da forma al primer parlamento catalán de la historia con mayoría independentista.

Todo hace pensar que esta Diada tendrá un espíritu más relajado, menos efervescente, de urgencia relativa

Desde luego, mucho ha llovido desde el último 11-S, que coincidió con el pistoletazo de salida a unas elecciones autonómicas que tanto los organizadores de la marcha como los partidos afines situaron en la órbita plebiscitaria. Artur Mas, candidato a la reelección por JxSí —aunque la cara visible en la campaña fue Raül Romeva—, y Antonio Baños, de la CUP, se hicieron a un lado tras el 27-S, no sin antes sudar tinta para que ambas formaciones pudieran alcanzar, sobre la bocina, un acuerdo de gobierno. Para ello fue necesaria la irrupción de Carles Puigdemont, sustituto de Mas como jefe del Ejecutivo, y hombre de consenso para CDC, ERC y los anticapitalistas.

Por eso este año, y a pesar de que el estado español sigue cargando de razones al independentismo para mantener viva su llama (las conspiraciones del ministro de Interior destapadas por este diario, la amenazas del Tribunal Constitucional de inhabilitar a la presidenta del Parlament, Carme Forcadell,…), todo hace pensar que la Diada tendrá un espíritu más relajado, menos efervescente, de urgencia relativa, si cabe, por más que los organizadores apremien a la ciudadanía a volver a llenar las calles, el aval que más y mejor ha legitimado el 'procés' en todo este tiempo. Sin duda, el dispositivo vuelve a ser ambicioso, y el sentido final pasa por confirmar que el proyecto soberanista sigue su curso, pero la realidad es que hay menos inscritos que en anteriores movilizaciones (350.000, anunciaban los organizadores al cierre del viernes, por los 485.000 del año pasado) y el formato también ha sufrido modificaciones importantes. La principal: Barcelona no copará todo el protagonismo.

Un acto descentralizado

La Diada de este domingo será un acto descentralizado que tendrá lugar en cinco puntos de la geografía catalana: tres capitales de provincia (Tarragona, Lleida y Barcelona) y dos ciudades como Berga y Salt. La idea, explica a Público Oriol Codina, coordinador de la comisión de movilización de la ANC, es "activar el territorio, demostrar a través de cinco actos simultáneos que el país está a punto". No en vano, el lema de la movilización es 'A punt' (A punto), un mensaje en el que, según Codina, convergen dos ideas: "la de la inmediatez a la hora de culminar el proceso hacia una República Catalana y la de estar listos, preparados, para afrontar el reto". Aunque el Parlament cuente con más diputados independentistas que nunca, Codina no quiere que la exigencia a los partidos se vea reducida: "queremos transmitir la fuerza y la credibilidad de un proyecto. Por eso también queremos decirle a los políticos que estamos listos y no vamos a esperar más".

El lema de la movilización es 'A punt' (A punto), un mensaje en el que, según los organizadores, convergen dos ideas: "la de la inmediatez a la hora de culminar el proceso hacia una República Catalana y la de estar listos, preparados, para afrontar el reto"

Las cinco sedes no han sido escogidas al azar. Cada una de ellas responde a un concepto determinado, según explican los organizadores. Así las cosas, Barcelona representa la república de las libertades; Tarragona, la del progreso; Lleida, la del equilibrio territorial; Berga, la de la cultura; y Salt, la de la solidaridad y la diversidad. En esta última ciudad es donde se desplazarán los participantes de las comarcas de Girona, la única capital de provincia que se ha quedado fuera del circuito, habiendo despertado cierto malestar. Para compensarlo, será en Salt donde hará acto de presencia el presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, toda una novedad respecto a anteriores ediciones, pues Artur Mas siempre prefirió quedarse en casa aludiendo que su cargo representaba "a todos los catalanes". Con este gesto, queda claro que la Generalitat le otorga a esta movilización un rasgo de normalidad institucional inédito hasta la fecha. Una maniobra que ha sido fuertemente criticado por partidos como Ciudadanos. La presidenta del grupo en el Parlament, Inés Arrimadas, acusaba este viernes a Puigdemont de superar a su antecesor en cuanto a "fijación independentista".

El grueso de consellers que forman el actual Govern también participarán en la marcha; todos menos Jordi Jané, el titular de la cartera de Interior, pues estará coordinando la seguridad de la misma. Incluso Mas, esta vez sin el peso de la presidencia, estará presente en algún punto de la marcha barcelonesa. Los máximos responsables del Partit Demòcrata Català en el Parlament, el Congreso y el Senado también acudirán al acto, así como los altos cargos de ERC y la CUP.

Quien también ha confirmado su asistencia a esta Diada es la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, que el año pasado declinó la invitación al considerar que colisionaba con la campaña electoral. "Es un acto instrumentalizado", llegó a decir en relación a la proximidad ideológica que mantenían sus organizadores con algunos miembros de la coalición Junts pel Sí (básicamente Carme Forcadell y Muriel Casals, ex presidentas de la ANC y Òmnium, respectivamente). Sobre la participación de Colau en la edición de este domingo, Jordi Cuixart, presidente de Òmnium, ha manifestado que convertirá esta Diada en un acto "más transversal que nunca".

Los 'latidos' de la futura República

A nivel de logística, Codina reconoce la complejidad de coordinar cinco escenarios de forma simultánea. Aunque se recomienda a los participantes acudir al punto en el que se han inscrito a las 16.00 horas, no será hasta las 17.14 cuando la puesta en escena empezará a 'dibujarse'. Lleida dará la bienvenida a través de un repique de campanas en la Seu Vella, y en ese momento los asistentes deberán alzar una cartulina en forma de punto que más de 2.000 voluntarios repartirán en los alrededores de cada zona. La misma coreografía se repetirá en Berga, Salt, Tarragona y Barcelona. Cuando las cinco ciudades hayan realizado la performance pertinente, se lanzarán al cielo cinco cohetes —uno por sede— como señal para que todas los manifestantes vuelvan a levantar el punto de papel a la vez, simulando un latido de corazón que dará paso a la construcción de más de 60 castells. Una escena que los responsables de la ANC y Òmnium califican como "los pilares de la futura República".


"Más allá de las personas inscritas, habrá una afluencia muy superior. Estoy seguro que volveremos a hacer historia", confiaba Jordi Sánchez

Con els castellers tocando el cielo, se dará por concluido el acto, aunque serán los presidentes de ambas asociaciones (Jordi Sánchez y Jordi Cuixart) quienes lo cierren en Barcelona con un parlamento final. En la capital catalana la marcha tendrá lugar en el Passeig de Sant Joan y el Passeig Lluís Companys, espacio en el que también se ha organizado una fiesta por la libertad con conciertos y otras actividades.

De las cinco ciudades donde se llevará a cabo la acción reivindicativa, los organizadores explican que Tarragona es la que menos inscritos ha registrado hasta el momento y avisan que en Berga y Lleida aún hay tramos por cubrir. Todo lo contrario ocurre en Barcelona y Berga, donde ya se han cerrado los registros, aunque en la capital catalana se espera que centenares de manifestantes se unan sin tener un espacio reservado en la vía. Esto no es nuevo, de ahí que Jordi Sánchez recordara este viernes que "más allá de las personas inscritas, habrá una afluencia muy superior. Estoy seguro que volveremos a hacer historia". A lo largo de este sábado, se espera que el ritmo de registros viva su último sprint.

Una Diada para todos los gustos

Como es lógico, tanto el PPC como Ciutadans se han desmarcado por completo de los actos promovidos por la ANC y Òmnium. Los populares presentarán el domingo por la mañana en la Avenida Josep Tarradellas un manifiesto en el que reclamarán "la recuperación de una Catalunya tolerante, abierta, fraternal y dialogante". La lectura correrá a cargo del atleta olímpico Jesús Ángel García Bragado. El partido liderado por Albert Rivera, por su parte, organizará una paellada popular en la localidad barcelonesa de Premià de Mar.

Tanto el líder de Podem Catalunya, Albano Dante, como el portavoz del grupo en el Congreso de los Diputados, Xavier Domènech, estarán presentes en los actos

El PSC tampoco asistirá a la manifestación independentista de la tarde pero sí realizará la habitual ofrenda floral al monumento de Rafael Casanova, enmarcada dentro de los actos institucionales de la Diada que tienen lugar durante la mañana de cada 11 de septiembre.

Sin duda alguna, el partido que más expectación ha despertado en cuanto a apoyo de la movilización independentista es En Comú Podem. Aunque algunos sectores inequívocamente independentistas observan el gesto con recelo, lo cierto es que tanto el líder de Podem Catalunya, Albano Dante Fachín, como el portavoz del grupo en el Congreso de los Diputados, Xavier Domènech, estarán presentes en los actos de la ANC y Òmnium junto a la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau. En cambio, los líderes de los otros dos partidos que forman la coalición 'comuna', ICV y EUiA, ya han comunicado que no asistirán a la marcha.

En la mañana del domingo, ECP también hará un acto para conmemorar los 40 años del multitudinario 11-S de 1976, celebrado en Sant Boi de Llobregat y que congregó a más de 100.000 personas en defensa del derecho de los catalanes a decidir su futuro. Intervendrán en este tributo el exdiputado del Parlament de Catalunya por el PSUC, Pere Portabella; el economista Arcadi Oliveres y el portavoz de En Comú Podem, Xavier Domènech. Será el segundo homenaje al aniversario de la primera Diada celebrada tras la muerte de Franco, después de que ERC, la CUP y Podem organizaran este viernes, en la misma localidad, un acto político bajo el lema 'Que la prudencia no nos haga traidores' en el que también acudieron varios representantes sindicales.

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