Pere Puig, que hoy hace justamente un año mató a tiros a dos constructores y a dos empleados de la CAM de Olot (Girona),  ha pedido perdón a las familias.

'Siento mucho todo lo que ha pasado y me sabe muy mal por las familias y pido perdón a las familias y a sus hijos por lo que ha pasado', ha dicho Puig, que se ha acogido al derecho a tener la última palabra en el juicio que se celebra en la Audiencia de Girona.

En esta última sesión del juicio, el fiscal ha mantenido la petición de pena de 80 años de cárcel, 20 años por cada uno de los cuatro delitos de asesinato, y no ha contemplado ningún atenuante. En la misma línea se han mantenido las acusaciones particulares, que al igual que el ministerio público han reclamado la pena máxima por un delito de asesinato y tampoco han contemplado la posibilidad de ninguna rebaja de la condena por alguna circunstancia atenuante.

La defensa, ejercida por la letrada Nuria Masó, ha modificado su petición inicial de absolución y ha calificado los hechos de cuatro delitos de asesinato. No obstante, la letrada ha mantenido que concurren las atenuantes de confesión, porque dice que Puig confesó y se entregó antes de que supiera que lo estaban buscando, y de alteración psíquica, porque como mantuvieron ayer los psicólogos que presentó, el acusado padece un trastorno esquizoide, esquizotípico y paranoide de la personalidad.

Por todo ello la letrada ha pedido una pena total para su cliente de 30 años de cárcel: 7 años y 6 meses por cada uno de los cuatro crímenes.

Todos los informes finales de las acusaciones se han centrado en demostrar que Pere Puig era plenamente consciente de lo que hacía cuando hace justamente un año, en apenas 20 minutos, acabó con la vida de cuatro personas disparándoles con un potente rifle semiautomático que les causó la muerte en el acto.

Además, han argumentado sus exposiciones para evitar que el Jurado Popular crea que Puig se entregó, confesó o colaboró.

El fiscal del caso, Víctor Pillado, ha resumido así los hechos: 'matar a cuatro personas queriendo matar a seis, no pudiendo matar a dos de ellas porque ese día, coloquialmente hablando, Dios les vino a ver porque uno se fue a cazar y el otro se fue al médico, y matar esas 4 personas, sin posibilidad alguna de defenderse, no sólo es deleznable y despreciable sino propio de un señor cruel y de una mala persona que no tiene respeto alguno por la vida de los demás'.

A las 17:00 horas se ha hecho entrega del objeto del veredicto al Jurado Popular, que se ha encerrado a deliberar.