sevilla
El Sindicato Andaluz de Trabajadores (SAT), con unos 20.000 afiliados, se presenta como el sindicato "más represaliado de Europa". Y al frente está Óscar Reina, que ha sido detenido ya ocho veces, una por año desde que lo eligieron secretario general en 2015. La mayoría de las detenciones han sido por ocupaciones de fincas y por no presentarse a citaciones judiciales, ejerciendo una desobediencia civil pacífica contra la persecución que, según él, sufre su organización.
El SAT se constituyó en 2007 para ampliar el radio de acción del arraigado sindicato de los jornaleros andaluces, el SOC, y entrar en otros sectores laborales, como la construcción, el transporte o la hostelería. Su primer secretario general fue uno de los líderes más destacados del movimiento jornalero, Diego Cañamero, hasta que lo sustituyó en el cargo Óscar Reina (Gilena,1990) en una asamblea que se celebró en su pueblo, un municipio de la sierra sur de Sevilla, comarca bastión de la lucha de los trabajadores del campo andaluz por unos derechos que el latifundismo les había negado durante siglos.
Óscar Reina tenía solo 25 años cuando lo nombraron portavoz del sindicato, y hoy, con 33, ya lleva casi nueve al mando de una de las organizaciones de trabajadores más relevantes de Andalucía, la comunidad autónoma más poblada. La lucha jornalera la había mamado en su casa, con sus padres, militantes del SOC desde su creación en 1976, que le llevaban a las asambleas donde se discutía, por ejemplo, la toma de una finca de decenas de hectáreas que permanecía improductiva mientras el pueblo, sin tierras ni apenas trabajo, no tenía qué llevarse a la boca.
Él trabajó también en el campo, en la recogida de la aceituna, "en lo que iba saliendo" como miles de temporeros andaluces, y también "en los albañiles", en la hostelería, a la vez que hizo los estudios para ser conductor de autobús, aunque aún no ha ejercido esa profesión. La labor sindical ha acabado siendo casi su única ocupación y también su mayor dolor de cabeza. Ese dolor viene, sobre todo, de las consecuencias de los numerosos procedimientos judiciales en los que se han visto inmersos él y su organización por ocupar fincas, por llevarse comida y material escolar sin pagar de grandes cadenas de supermercados para repartir entre los más necesitados durante la gran crisis económica de la anterior década, por no presentarse a los juicios y hasta por insultar a la corona con comentarios sobre el rey Felipe VI en redes sociales.
"Somos el sindicato más represaliado de Europa, porque hemos acumulado peticiones de multas por más de un millón de euros, sobre todo por la ocupación de fincas o las acciones en Mercadona y Carrefour, más de 500 afiliados procesados y peticiones de cárcel que han llegado a sumar 400 años", resume Óscar Reina en una entrevista con Público.
"Somos radicales, sí, porque hay que ir a la raíz del problema. Y estamos orgullosos de serlo"
Tal acumulación de procesos judiciales obedece, a juicio de este líder sindical, a que el SAT representa a miles de personas en una comunidad con "mucho sufrimiento", porque padece las "cifras más escandalosas de miseria y paro" en España. "Con los datos que hay, tenemos que luchar para arreglarlo. Y a veces esto puede tener sus costes. Somos radicales, sí, porque hay que ir a la raíz del problema. Y estamos orgullosos de serlo", precisa.
La estrategia de insumisión judicial
La última detención de Óscar Reina fue hace apenas dos semanas, cuando se manifestaba en Granada en solidaridad con tres compañeros del sindicato, para cada uno de los cuales la Junta de Andalucía solicita, como acusación particular, una pena de cinco años de cárcel por una protesta en la planta de dirección de una de sus delegaciones territoriales en esa provincia. Le detuvieron por una orden de búsqueda y captura dictada tras no haber comparecido a un juicio en Sevilla en el que le acusaban de haber llamado "modernos negreros" a los responsables de una empresa de transportes sancionada por Inspección de Trabajo por fraudes en cotizaciones y pagos de salarios.
Esa incomparecencia forma parte de la estrategia de insumisión judicial que el SAT mantiene desde 2010 como forma de protesta por lo que considera una "represión" sistemática contra el sindicato. "Nos encontramos -explica Óscar Reina- con que muchas sentencias estaban escritas ya antes de que se celebrara el juicio. El lawfare del que muchos hablan ahora lo llevamos nosotros padeciendo hace muchos años, la persecución judicial. Y decidimos rebelarnos a través de la desobediencia civil pacífica".
Esa estrategia consiste, básicamente, en no presentarse a ninguna citación judicial causada por motivos sindicales y a los juicios en los que se dirime una acusación contra miembros del SAT, sobre todo de sus cargos. Y eso acarrea que los pongan en busca y captura, que se agraven las peticiones de pena y las consecuencias de una acción sindical. "Somos conscientes de los riesgos -asume Reina-. Pero lo grave es el hecho de que se lleve a juicio una acción sindical libre. Eso es una acción corrupta del poder judicial".
Esta desobediencia civil está inspirada, según el líder del SAT, en la insumisión al servicio militar obligatorio, y a su prestación sustitutoria, que llevó a cientos de jóvenes españoles en la década de los ochenta y de los noventa a enfrentarse a juicios en los que les pedían más de dos años de prisión. En su caso, Reina cree que es la única baza con la que cuentan para hacer frente a tantos procesos judiciales: "Es lo último que nos queda, no obedecer esa forma de persecución".
Por lo que a él respecta, la estrategia de insumisión judicial ha contribuido, en buena medida, a que sea, quizás, el líder sindical con más detenciones de España, aunque de esto no haya estadísticas oficiales. Pero no solo son detenciones, también hay muchas visitas a su casa de agentes de los cuerpos de seguridad del Estado que van a buscarlo. "La persecución es enorme. Gracias a que tengo mucha gente que me apoya y me quiere, porque fácil no es esto, que vayan continuamente a tu casa como si fueras un delincuente, cuando lo que yo hago es una actividad sindical, radical, sí, pero porque va a la raíz del problema", afirma Óscar Reina.
Un dossier policial con sus redes sociales
Y no sólo ha tenido problemas con la Justicia a causa de la acción sindical. También los ha tenido, y graves, por sus comentarios en las redes sociales sobre el rey de España. En 2018, le detuvieron y acusaron de un delito de odio y otro de injurias a la corona, basándose en un informe policial de 60 páginas con las publicaciones que había hecho, durante dos años, sobre la familia real, la corrupción del PP en la etapa de gobierno de Mariano Rajoy, y la actuación de las fuerzas de seguridad en la frontera de Melilla contra migrantes y en Catalunya durante el referéndum del 1 de octubre. El caso, sin embargo, fue finalmente archivado.
"Como dice El Cabrero en una de sus letras, cuando hay algo que decir, no se puede uno callar, porque callar es morir"
"Fue otra desproporción más, pero no lo pasa uno bien con estas historias", reconoce Óscar Reina, quien, sin embargo, avisa que dependerá del rey si sigue o no publicando comentarios sobre el monarca en las redes sociales: "Cuando haya que decir algo, se dirá. Mientras haya una necesidad, habrá que ponerle remedio. Como dice El Cabrero en una de sus letras, cuando hay algo que decir, no se puede uno callar, porque callar es morir".
El delito de odio, a juicio de este líder sindical, se está utilizando no contra los que realmente propagan el odio, sino contra quienes defienden las libertades y derechos de los trabajadores, como sucedió en el caso del juicio en la Audiencia de Sevilla al que no compareció en noviembre por llamar "modernos negreros" a una empresa sancionada por irregularidades en el pago de salarios y cotizaciones a la Seguridad Social. Lo mismo que ocurre con la Ley de Seguridad Ciudadana, conocida como ley Mordaza, con la que, a su entender, se persiguen a colectivos considerados políticamente incorrectos.
"Hay que acabar con esto si queremos avanzar en libertades y derechos, porque es una persecución que lastra a la clase trabajadora y a la libertad sindical", sostiene Reina.
“El campo necesita un cambio de modelo productivo”
¿Qué piensa de las movilizaciones de las organizaciones agrarias, de las grandes tractoradas, un sindicato con una amplia implantación en el campo andaluz, que nació de una organización histórica en la lucha jornalera como es el Sindicato de Obreros del Campo, el SOC? Óscar Reina lo primero que responde es que "el campo necesita un cambio de modelo productivo, porque el actual repercute negativamente y hace mucho daño, sobre todo al eslabón más débil, el jornalero, que trabaja por un jornal, que no es el agricultor, que es el que posee la tierra y emplea a ese jornalero".
El grave problema que sufre el campo, según el líder del SAT, se llama sistema capitalista de producción y globalización. "Y en Andalucía sufrimos el lastre de los grandes terratenientes que no cumplen nada y reciben subvenciones millonarias de la PAC (Política Agrícola Común) por la tenencia de tierras, que provoca más desigualdades", subraya.
Ese sistema es el que causa "barbaridades", como la entrada en España y la UE, a través del libre mercado que defiende la derecha del PP y Vox, de productos de otros países con menos controles sanitarios y que compiten, por tanto, de forma desigual con los de aquí, argumenta Óscar Reina. Y otras "barbaridades", como el incumplimiento de la ley de la cadena alimentaria, que prohíbe vender por debajo del coste de producción.
"Cuando a los agricultores y terratenientes no les salen las cuentas, siempre recortan por abajo, les recortan a los jornaleros. Y las cadenas alimentarias se quedan con mucho del incremento de los precios que hay entre los tajos y las tiendas. Y eso implica intervenir los precios, que tampoco les gusta a los de las banderas de España", concluye Óscar Reina.
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