Una segunda oportunidad o un balón de oxígeno en un momento límite. Así ven los exempleados de la antigua planta de la automovilística japonesa Nissan en Barcelona el acuerdo al cual han llegado los sindicatos y el D-Hub, el hub de electromovilidad encargado de gestionar la actividad en los terrenos donde estaba la fábrica, que todavía no ha empezado a funcionar. El peligro sobre el colectivo era que si no se articulaba una solución existía la posibilidad que al acabar 2023 se quedaran sin paro unas 900 personas, una vez han pasado dos años del cierre de Nissan.

Ahora, se ha evitado la situación con una acción provisional, que implica recolocar a 606 extrabajadores de todos los que estaban pendientes de asignación con un contrato de formación de ocho meses. Entre febrero y octubre de 2024, estos percibirán 1.575 euros mensuales mientras no se concrete el proyecto industrial para la antigua planta de la Zona Franca.

Del casi millar de antiguos de trabajadores que todavía esperaban aclaraciones sobre su futuro inmediato, los 606 son los que habrían pedido hacer los cursos de formación ofrecidos por la Generalitat de Catalunya. El resto dispone de manera temporal de otra ocupación o ha optado por esperar que se detalle la propuesta final del D-Hub.

Estos contratos de formación supondrán, según han indicado fuentes sindicales, una inversión de siete millones. A partir de octubre de 2024, una vez finalicen, la plantilla pasará a tener un contrato normal, con el que cobrarán el salario del convenio del metal más un 20% adicional, tal como se pactó durante las negociaciones de la Mesa de la Reindustrialización.

En una primera valoración del acuerdo, el secretario general del sindicato Sigen-SIR USOC, Miguel Ruiz, asegura que "nos permite que los trabajadores que iban a quedarse sin paro puedan aguantar. Y es un voto de confianza para el proyecto de reindustrialización". En este aspecto, valora positivamente el esfuerzo del hub y de la plantilla. De momento, el D-Hub asume los contratos, mientras que los empleados ven una salida viable a su situación de incertidumbre.

De las 606 personas que han aceptado estas condiciones, 330 tendrán un contrato de FP Dual, mientras los 270 restantes lo harán a través del Consorcio para la Formación Continua de Catalunya (Conforcat), a pesar de que los dos grupos obtendrán las mismas condiciones salariales.

Recuperar la carga de trabajo

El sindicato CCOO Catalunya precisa que "lo más importante es que se sustente la carga de trabajo en los próximos meses porque sin ella todo esto es un brindis al sol". De momento, los representantes de los trabajadores continúan a la espera respecto a la evolución del proyecto de reindustrialización, a la vez que lamentan el retraso en la propuesta de QEV, la empresa que lidera el D-Hub, el hub de electromovilidad.

Las previsiones de cara el 2024 tampoco son demasiado positivas para el desarrollo de la actividad de las compañías que conforman el D-Hub. La principal, QEV, anunció inicialmente que empezaría a fabricar sus furgonetas Zeroid en la Zona franca el próximo año, pero sin especificar los puestos de trabajo que necesitará para arrancar la producción.

Por su parte, BTech ha retrasado hasta 2025 el inicio de la fabricación de sus vehículos eléctricos de la renovada marca Ebro por la falta de patentes y proveedores. Mientras tanto, ha centrado el foco en cerrar acuerdos con compañías internacionales para acoplar sus coches a las instalaciones de Nissan, entre las cuales destaca la china Chery. Si consiguen atraerla, generaría unos 300 puestos de trabajo más a lo largo de 2024. BTech también reconoce que está negociando con un fabricante de camiones de los EEUU, que aportaría un volumen de trabajo con el cual se podrían contratar unos 230 extrabajadores más de Nissan.

En el caso de Silence, que ya está operando en los terrenos de la antigua Nissan y que tiene adjudicada una parcela, ha contratado a 99 de los 110 trabajadores que prometió después de detectar una ralentización de su negocio a consecuencia del desarrollo lento de la movilidad eléctrica al ámbito comunitario.

Miguel Ruiz, secretario general del sindicato Sigen-SIR USOC, y Roberto Carlos Pacheco, portavoz de CCOO Catalunya en la nueva firma, coinciden en lamentar el retraso de la propuesta de QEV, mientras que se muestran más confiados en las gestiones de BTech para conseguir carga de trabajo para la antigua fábrica de Nissan, con el foco puesto en Chery. La compañía china estudia fabricar modelos de su marca Omoda desde Barcelona, ciudad que serviría para su desembarco a Europa, y está en conversaciones con BTech para hacerlo posible.

Ruiz añade que si se cerrara el acuerdo con la asiática, BTech podría empezar a acoplar los vehículos de Chery durante el mes de abril y contratar a unas 150 personas, en un primer momento, y a 150 más después, hasta lograr las 300 a finales de 2025. "En caso de que la producción de Chery pudiera arrancar la próxima primavera, una parte de los contratos de formación se reconvertirían ya en encomenderos. Se trata de la apuesta más clara".

Más de dos años después del cierre definitivo de Nissan en la Zona franca de Barcelona, la situación de los trabajadores dista mucho de las expectativas iniciales que les prometieron las administraciones, primero, y el D-Hub, después. A estas alturas, los retrasos en las contrataciones y en la definición de los proyectos industriales han provocado que se tenga que optar por un parche en forma de contratos de formación para evitar que 900 personas se fueran al paro a principios de 2024. El atraso genera un periodo de transición excesivamente largo a la espera de enterrar definitivamente la sombra alargada de la multinacional nipona en la capital catalana.