MADRID.— Tras el batacazo de ayer, lunes, el IBEX-35 arrancó la sesión de este martes con dudas y con mucha volatilidad, aunque defiende con uñas y dientes la cota de los 8.100 puntos: tras empezar la jornada con una caída del 0,33%, pasadas las 10.00 horas de la mañana se recuperó hasta crecer casi un 1%, aunque luego volvió a bajar y cerca de las 11.00 horas perdía una décima.

También las grandes plazas bursátiles europeas, que ayer sufrieron grandes recortes, se decidían hoy por las subidas, que eran del 0,57 % en Londres; del 0,45 % en Fráncfort y del 0,33 % en París. Sólo Milán se dejaba llevar de nuevo por el pánico y caía el 1,75 %, afectado igual que ayer por las caídas de la banca y de las empresas energéticas.

Sin embargo, el miedo al futuro sigue estando muy presente: la incertidumbre sobre la economía mundial y el precio del crudo, que ayer hicieron vivir un nuevo "lunes negro" a los mercados de renta variable de todo el mundo, actúan como un lastre. Según Sara Jusuy, analista de Self Bank, "las bolsas europeas amenazan con continuar con la sangría".

Pero de momento, el IBEX se aferra a la cota psicológica de los 8.100 puntos pendiente de la reunión de la Reserva Federal (Fed) estadounidense y eso a pesar de que el índice Nikkei de la Bolsa de Tokio haya cerrado la sesión esta pasada madrugada con una caída del 5,40%, mientras que Wall Street se anotara un descenso del 1,10%.

En el mercado de deuda, la prima de riesgo ofrecida a los inversores por los bonos españoles con vencimiento a diez años en relación con sus homólogos alemanes se situaba a las 9.01 horas en los 154 puntos básicos, con el interés en el 1,77%.

En la jornada de hoy, los inversores también seguirán pendientes del precio del petróleo, que comenzaba de nuevo a la baja en el mercado de Londres, con el barril de crudo Brent para entrega en marzo en 32,80 dólares, un 0,15% menos que al cierre de ayer.

El IBEX 35 se dejó ayer el 4,44% y perdió los 8.200 puntos, nivel desconocido desde julio de 2013, afectado, como hemos dicho, por los temores acerca de un frenazo en la economía mundial.