El índice de precios de consumo (IPC) subió un 3,0% interanual en enero, acelerándose por segundo mes consecutivo por el encarecimiento de la electricidad y de los carburantes (gasoil y gasolina), frente al descenso que registraron en igual mes de 2016, según datos preliminares publicados el martes por el Instituto Nacional de Estadística. De hecho, el precio del barril de Brent se situaba hace un año por debajo de los 30 dólares, frente a los 55 dólares actuales.

Se trata de la tasa interanual más alta desde diciembre de 2012 y prácticamente duplica la tasa del 1,6% de diciembre. Es también el mayor en un primer mes del año desde 2011, cuando los precios crecieron el 3,3 %. 

El dato se sitúa además muy por encima del objetivo de estabilidad de precios del Banco Central Europeo, cuya meta es mantener la inflación por debajo del 2%, pero próxima a ese valor, y se suma a un debate sobre cuánto durará el estímulo monetario del banco.

España es uno de los mayores importadores europeos de energía y es vulnerable a los cambios de sus costes. El INE dijo que la lectura de enero reflejó un alza del precio del petróleo y de la electricidad, por el incremento de la demanda debido a las bajas temperaturas. La inflación subyacente, que elimina los componentes más volátiles como los precios de la energía y alimentos, registró una tasa anual más moderada del 1% en diciembre.

En términos mensuales, el IPC retrocedió un 0,5% en enero respecto al mes anterior, su menor descenso en este mes desde el año 2006, cuando bajó un 0,4%.

En enero, el Índice de Precios de Consumo Armonizado (IPCA) elevó más de 1,5 puntos su tasa interanual, hasta el 3%, al tiempo que la variación mensual se situó en el -0,9%.

Con estos datos en la mano, la tendencia para el año no invita al optimismo. Los analistas anticipan que el año 2017 puede terminar con un promedio del IPC del 2,5%.

Esta sin duda es una mala noticia para los pensionistas, que se enfrentan a una pérdida de poder adquisitivo superior al 2%. Y aquello con pensiones mínimas, prácticamente congeladas desde 2011, ven como luz, gas y alimentos, el 70% de su cesta de la compra, suben más del 10%.

A este respecto, el ministro de Economía, Luis de Guindos, ha afirmado que el aumento del IPC "no es positivo", si bien ha dicho que es un dato "puntual" y ha anunciado para evitar "efectos de segunda ronda", la aprobación "en los próximos días" de un decreto de desindexación para no afectar a la competitividad española. En su opinión, el IPC se moderará en el segundo trimestre.

Guindos ha insistido que el fuerte repunte de la inflación es un efecto que "va a durar unos meses", ya que en el segundo trimestre la inflación "volverá a converger hacia la subyacente", que se mantiene en el 1%, el nivel al que debería volver la inflación global cuando esos "efectos bases" se vayan eliminando.

Por ello, el ministro ha subrayado que ante una "subida temporal" de los precios "lo importante es no incorporar una subida temporal, puntual, de la inflación a lo que es los efectos de segunda ronda", como los salarios, porque "eso sería un error, afectaría a la competitividad de la economía española".

De esta forma, el ministro también ha avanzado que, aparte de las medidas anunciadas en el ámbito energético para disminuir los precios de la electricidad, el Gobierno aprobará "en los próximos días" un decreto de desindexación para que estos repuntes que se producen "puntualmente" no afecten a la competitividad de la economía española. El titular de Economía ha aseverado que en los últimos tres años "siempre ha habido ganancia de poder adquisitivo", si se estudia la evolución de la inflación y los salarios, las rentas y las pensiones.

"Ahora hay una subida ligada a factores específicos, pero no es la inflación subyacente, que es la que permanece en el tiempo, de naturaleza estructural, está en el 1%", ha apuntado también durante su comparecencia en el Congreso.