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La Catalunya donde la sequía persiste: los cultivos de frutos secos y viñedos del Camp de Tarragona, al límite

La recuperación de buena parte de las cuencas internas gracias a las últimas lluvias contrasta con la situación crítica de los pantanos de las comarcas del Priorat y Baix Camp, prácticamente vacíos.

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Imagen de archivo de una máquina para barrer y plegar las avellanas en medio de avellanos de la finca de Ca Rosset. Mar Rovira / ACN

Mientras la mitad de Catalunya -la región metropolitana de Barcelona y Girona- celebra la recuperación de buena parte de las cuencas internas gracias a las últimas lluvias, hay una parte del país que todavía se encuentra en una situación de sequía crítica que afecta sobre todo al sector agrícola. Los pantanos de las comarcas del Priorat y el Baix Camp (Siurana, Guiamets, Margalef y Riudecanyes) siguen vacíos, por debajo del 3%. Un panorama que pone al límite cultivos de secano como el aceite de oliva, la avellana, la almendra y el viñedo. Algunos campesinos ya han optado por arrancar los árboles.

"Los aquíferos están bajo mínimos y los pozos están vacíos", denuncia Sergi Martín, agricultor y responsable nacional de los frutos secos del sindicato Unió de Pagesos. "Hay sequía de El Vendrell (Tarragona) hacia abajo", detalla. Hay que matizar que la región metropolitana de Tarragona y parte de las Terres de l'Ebre dependen de la red del Consorcio de Aguas de Tarragona y de la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE), por lo tanto, la situación en estos puntos es muy diferente a la de la zona de los pantanos del Priorat y el Baix Camp.

Cabe recordar que los dos municipios que dependen del pantano de Riudecanyes, Riudecanyes y Duesaigües, están en emergencia por sequía. Este escenario comporta restricciones como límites en el consumo de agua de boca, cortes en el suministro o la prohibición de llenar piscinas en pleno verano.

Las cosechas del Camp de Tarragona, tocadas

Los efectos de tres años de sequía persistente están provocando la muerte de decenas de avellanos, olivos, almendros y cepas. Y las últimas lluvias no ha solucionado una problemática que viene de lejos. "En la zona del Camp de Tarragona y las Terres de l'Ebre no tenemos prácticamente producción de aceitunas porque no llovió cuando tenía cuajar la flor. La cosecha será escasa", sentencia Martín. La flor del olivo en la zona de los pantanos del Baix Camp, Priorat y de la Ribera d'Ebre se ha secado.

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Olivas en un olivo de una finca de Valls, el año pasado. Mar Rovira / ACN

La avellana, otro cultivo clásico de la zona, está también al límite. El responsable nacional de los frutos secos de Unió de Pagesos destaca que la situación es especialmente dramática en las inmediaciones del pantano de Riudecanyes, donde todos los avellanos están prácticamente muertos. "El avellano es un arbusto de ribera, y la falta de agua le afecta muchísimo. En las zonas donde no se puede regar, tener un avellano es como tener un cadáver", afirma Martín.

Y allí donde se puede regar, el árbol tiene poca cosecha "porque viene estresado del año pasado, que no cayó ni una gota", detalla Martín, quien también sentencia que el almendro de secano "está condenado y el de regadío va haciendo”.

Sobre la situación del pantano de Riudecanyes, Martín apunta que la solución implicaría aprovechar el agua de la depuradora de Reus, pero deben realizarse una serie de obras. "Nos dijeron que se harían por la vía de urgencia, pero no estarán listas hasta el 2027", comenta. Esta solución, sin embargo, tiene un problema si no se hace bien: la alta concentración de sales. "Si no se mezcla con agua potable, el agua será muy salada y hay cultivos como la avellana que es especialmente sensible. Regar un avellano con agua salada es matarlo", asegura.

Esta situación pone en riesgo la continuidad de muchas explotaciones profesionales. "Si a la falta de agua le sumas la crisis de los precios de estos últimos años debido a la competencia desleal de otros países y la falta de productos fitosanitarios para hacer frente a algunas plagas (https://www.publico.es/sociedad/joan-caball-unio-pagesos-papeleo-grandes-distribuidoras-acabaran-aniquilando-campo.html), pues el resultado final será arrancar avellanos", explica Martín.

En cuanto al precio de la avellana, Martín explica que en un mercado global como el actual, "la situación de los cultivos del Camp de Tarragona no se notará en los precios, que continuarán altos porque las cosechas son cada vez más escasas" . "Esto se debe básicamente al cambio climático y a la falta de productos fitosanitarios, especialmente en Europa", detalla.

Viñedos secos

La sequía también está causando estragos en el viñedo del Camp de Tarragona, especialmente en la zona del Montsant, la Terra Alta y el Priorat. Lo denuncia Josep Marrugat, responsable nacional de la Viña y el Vino de Unió de Pagesos, que explica que este año la viña ha brotado poco y mal, y muchas cepas están muertas. "Hay menos uvas y son más pequeñas, por lo tanto, la producción será más baja", detalla.

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Uva de garnacha blanca de una de las fincas del Celler Masroig, en el Priorat. ACN

Las lluvias de los últimos días no solucionan la sequía que vive el Camp de Tarragona. "Han contribuido a que las cepas se recuperen un poco, sobre todo en la zona del Penedès y Alt Camp, pero no han llegado ni al Montsant ni a la Terra Alta, dos zonas principalmente vitivinícolas", explica Marrugat.

El responsable nacional de la Viña y el Vino de Unió de Pagesos destaca que a los tres años de sequía hay que sumarle la problemática que sufrió el sector en el 2020 con la plaga del mildiu -un hongo- y los golpes de calor del verano pasado. "Unas temperaturas que afortunadamente no estamos teniendo este año, pero que han provocado la muerte de muchos viñedos", detalla. Ante esta situación, el sindicato reclama poder realizar una reestructuración de los viñedos, que les permitiría cambiar de variedad, adaptarse al mercado y renovar los viñedos.

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