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“En el Rayo los jugadores pierden dinero, pero ganan una segunda oportunidad”

Felipe Miñambres, director deportivo de los vallecanos, ha logrado elaborar cada año exitosas plantillas sin gastar un duro. Como jugador coincidió en la etapa más gloriosa del Tenerife con Valdano, Cappa, Redondo o Heynckes

Felipe Miñambres, director deportivo del Rayo Vallecano.

MADRID.- A Felipe Miñambres (Astorga, 1965) aún le paran por la calle. Y no por su exitosa faceta, desde hace unos años, como director deportivo del Rayo Vallecano, con el que ha tenido que elaborar plantillas temporada tras temporada sin dar un duro a cambio de decenas de jugadores. "Tratamos de ilusionar a los jugadores porque con dinero no podemos competir", explica. Los cazadores de autógrafos se le acercan hasta en Alemania -donde los madrileños se encontraban de pretemporada- por su época de jugador en equipos como el Sporting de Gijón y, sobre todo, en el Tenerife. En la isla coincidió con Valdano, Cappa, Redondo o Heynckes en su etapa más gloriosa. 

-Explíqueme cada una de las complicaciones de tener que fichar cada año a cerca de una veintena de jugadores a coste cero.

Es muy complicado por las negociaciones, porque algunas se alargan. Tienes que tener muchas variantes. Yo a veces lo comparo con estos equilibristas chinos que tienen seis o siete platos en el aire. Yo tengo muchas cosas en el aire y después tengo que ir cuadrándolas; algunas se caen y tienes que gestionar otras. Este año no hay tantas incorporaciones, pero sí bastantes renovaciones que hay que negociar igual y son también complicadas. Cuando quieres reforzar tres o cuatro puestos, puedes tener algunas opciones. Pero la pasada campaña hicimos veinte fichajes y fue muy difícil. Teníamos mucha información y a veces lo complicado es filtrar esos datos.

-¿Cómo trabaja? ¿En qué mercados o sectores se suele mover para el Rayo?

En Primera y Segunda de España, principalmente, y también algo de Segunda B. También Portugal, Holanda y Francia. Fuera de Europa, Colombia, Argentina y Chile. Brasil un poco menos en los últimos años porque el mercado estaba más caro. A Portugal y Francia vamos bastante. Luego nos fijamos mucho en los filiales de los equipos grandes, en aquellos jugadores a los que les falta para dar el salto a un equipo grande y que con nosotros pueden darlo.

-Imagino que teniendo muy pocos recursos uno afina muchísimo el olfato.

En la última campaña no, pero en las anteriores hemos sido el último presupuesto de Primera. Por tanto, tratamos de ilusionar a los jugadores y a los clubes que nos ceden futbolistas con el proyecto deportivo, con la ambición y con los valores que tiene el Rayo porque sabemos que en dinero no podemos competir. Pero los antecedentes demuestran que somos un muy buen equipo para proyectarse. Quizás pierdan dinero pero a la larga pueden ganar mucho más.

-¿Realmente en el fútbol hay aún ocasiones en las que puede más la ilusión que el dinero?

Sí. En nuestro caso, la mayoría de jugadores con trayectoria han venido buscando un relanzamiento, una segunda oportunidad, como el Chory o Larrivey. La verdad es que quien venga al Rayo lo hace apostando a futuro. Cada vez que se va un jugador mucho mejor de lo que vino o que un cedido (como Falqué) encuentra ese relanzamiento, a nosotros nos alegra mucho y nos sirve para ponerlos como ejemplo para negociar por otros futbolistas. Es una estrategia, sí, pero también una realidad. No estamos vendiendo humo. Son muchos los casos desde que llegaron Diego Costa o Michu que refrendan que no es una casualidad.

-¿Sería mejor en su trabajo pudiendo gastar mucho más?

Bueno, tendría que acudir a otros mercados y a otro nivel de jugadores. Pero no pienso en eso, la verdad. Lo único que me preocupa de donde esté es adaptarme a las circunstancias que el club exige y acertar lo máximo posible.

-¿Considera que es tan fácil como parece ser el director deportivo del Barça o del Madrid?

"A veces, uno cuando vive al límite disfruta, y nosotros creo que lo estamos haciendo"

Yo tengo unas complicaciones y ellos tendrán otras. Al final, para contratar a los más grandes jugadores tienen que competir con los más grandes clubes. Quizás sí es más fácil acertar porque ya vas sobre jugadores top. Está claro que siempre es más fácil vivir con dinero que sin él.

-¿Se ha acostumbrado a caminar, como usted lo llama, por el alambre fino? ¿Qué se siente?

[Risas] Bueno, nosotros cuando iniciamos la temporada en Primera sabemos que contamos con unas papeletas para estar en la lucha por salvarnos. Todos en el club estamos en ese fino alambre e intentamos no caernos y seguir haciendo historia (ésta es la vez que más años seguidos llevamos en Primera).

Al final, estamos disfrutando. Lo complicado era estar en Segunda B y ascender, que era una obligación. En Primera podemos ir a campos magníficos y gozar de la fiesta que es jugar en nuestro estadio. A veces, uno cuando vive al límite disfruta, y nosotros creo que lo estamos haciendo.

-Imagino que trabajará con mucho secretismo. ¿Cómo lidia con ello? ¿Los directores deportivos intentan no coincidir en determinados lugares para que no descubran sus cartas?

Nosotros aparecemos en los medios, pero no nos gusta salir por temas de fichajes. No nos gusta que una contratación salga hasta que no esté porque cualquiera que se nos cruce por el camino nos lo va a complicar. En nuestro caso, cuando aparece en un medio, el fichaje está casi hecho y es algo que no puedes controlar. En general, hay ocasiones en las que a los representantes o a los clubes les interesa filtrar porque intentan sacar algún tipo de beneficio. En nuestro caso, es al revés porque no vamos a poder sacar ningún beneficio y dificultaría nuestro trabajo.

Con otros directores deportivos coincidimos muchas veces. Cada uno sabe que tiene que hacer lo suyo, que a veces yo le quitaré un jugador a un equipo y otras él a mí. Pero tengo muy buena relación con algunos.

-El Rayo, donde es feliz, es una oportunidad de trampolín para todo el que pasa. ¿Sería feliz en un grande como Barça, Madrid o Atlético? ¿Disfrutaría o la presión y el estrés serían demasiado?

La presión no me preocupa. A mí lo que me hace ser feliz en el Rayo, y que me lo haría en otro club, es mandar en mi parcela. Si fallo mucho me echarán y si acierto me quedaré. Pero sé que fallo yo, acierto yo y decido yo. El Barça y el Madrid no sé cómo trabajan. Yo te digo cómo me gusta trabajar a mí.

Felipe Miñambres y Juanele, durante su época en el Tenerife.

Felipe Miñambres y Juanele, durante su época en el Tenerife.

-Hablando de su etapa como jugador, en Tenerife coincidió con la época dorada del club, tanto en Liga como en Europa.

Aquí en Alemania hay muchos cazadores de autógrafos y te vienen con libros enormes con fotos antiguas de cuando jugaba en el Tenerife, en la selección e incluso en el Sporting. Y justo por eso estos días he recordado más aquella época. Todos los recuerdos que tengo de Tenerife son muy buenos. Desde la llegada de Jorge Valdano y de Ángel Cappa, el equipo logró crear un estilo de juego reconocible allá por donde íbamos, los que estábamos sobre el terreno de juego disfrutábamos muchísimo, a la gente le gustaba vernos y conseguimos éxitos. Y después con Jupp Heynckes sólo tengo buenos recuerdos porque gocé mucho como jugador y el club creció en todas las facetas.

-¿Cómo era entrenar y estar bajo las órdenes de Valdano?

“Entrenar con Valdano y con Cappa me enriqueció; me enseñó a luchar por mis sueños”

Disfruté mucho porque tanto Jorge como Ángel, con los que aún guardo una gran relación, han vivido mucho fútbol y a mí me gusta mucho el fútbol. Así que sentarse a hablar con ellos era un aprendizaje diario, abrir bien los oídos, escuchar y tratar de aprender. Coincidir con ellos me enriqueció en todos los aspectos, no sólo futbolísticamente. Me enseñaron que hay que pelear por los sueños, que hay que tratar de hacer las cosas que a uno le hacen feliz.

En lo futbolístico, me enseñaron a salir a disfrutar, a jugar siempre esforzándose al máximo, a correr cuando no teníamos la pelota e imponer nuestras cualidades cuando la teníamos. Ellos nos rescataron, porque estábamos muy mal, pero al final teníamos muy buenos jugadores y nos divertimos mucho. Esto es algo que veo un poco reflejado en nuestro Rayo, que trata de competir y de que esa inferioridad económica no se vea sobre el terreno de juego.

-¿Y con Heynckes? ¿Era duro?

No, para nada. Quizás de puertas para afuera puede parecer otra cosa, pero era cercano y afable. Tenía un trato diferente de Valdano, pero por las personalidades. Tuvimos una buena relación. Era una persona con otra metodología, pero también me divertí mucho y conseguimos muchos éxitos.

-¿Cómo era jugar con Redondo a tu lado?

Fernando es un crack, alguien de nivel top, muy profesional, y lo demostró cuando fue al Madrid. Nosotros tuvimos la fortuna de disfrutarlo con veinte años, muy joven, haciendo cosas increíbles, quizás más ofensivo que en su etapa en el Madrid. Cuantos mejores jugadores tienes a tu lado en el campo, mejor te hacen a ti. Y, claro, Redondo te hacía mejor.

-El Madrid perdió en Tenerife dos Ligas consecutivas. ¿No hubo primas por ganar?

"Las dos Ligas de Tenerife fueron de película. Para ellos, perder dos veces seguidas en el último minuto, en el mismo escenario y ante el mismo equipo fue muy duro"

Fueron dos situaciones que parecían de película y que nos ponían en el escenario central del mundo del fútbol. En la primera me parece que no nos jugábamos nada y en la segunda, ir a Europa. Tratamos de demostrar, como siempre ante un grande, que no hay tantas diferencias; era una motivación especial. Ellos se jugaban más cosas y normalmente siempre tiene más miedo el que más se juega o el que más puede perder. Nosotros nos encontramos cómodos, ganamos los dos partidos.

El Madrid venía recortando en la Liga y al final consiguió depender de sí mismo. Cuando uno se juega tanto y lo pierdes tras ir ganando 0-2 es muy duro. Al final los equipos grandes como ellos siempre tienen ocasiones de volver a ganar pero, aunque estés acostumbrado a ello, perder dos veces seguidas en el último minuto, en el mismo escenario y ante el mismo equipo es muy duro. Para ellos fue una mala sensación, pero para nosotros un acontecimiento, como siempre que un equipo pequeño derrota a un grande.

-Jugó poco con la selección pero estuvo en el Mundial'94 de EEUU.

Yo iba con el pensamiento de hacer historia, de pasar de los míticos cuartos. De decir: ‘Joder, esta vez a ver si somos nosotros y me toca a mí en el equipo’. Al final les tocó a otros, que para mí eran mucho mejores que nosotros. Lo vimos cerca, la verdad. Ante Italia pensábamos que les podíamos ganar y que podíamos tener nuestras opciones, y las tuvimos. Pero en esos partidos, aparte de lo futbolístico, siempre cuenta tener una pizca de suerte en determinados momentos.

-Sobre el codazo de Tassotti a Luis Enrique dijo que sintió ganas de venganza. ¿Aún las tiene?

[Risas] No he vuelto a coincidir con Italia en ningún sitio, pero sí te queda esa impotencia que sientes en esos momentos, en los que piensas que quizás el árbitro cometió algunas injusticias.

-¿Qué le parece el trabajo de Luis Enrique en el Barça?

Bien. Tiene personalidad y tanto él como Unzúe (también compañero en el Tenerife) tienen conocimientos. En el Barça van a tener siempre grandes jugadores y lo más difícil es convencerlos y tener la personalidad para tomar decisiones entre tantos cracks.

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