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"En España ya me habrían despedido"

Roberto Martínez. Técnico del Wigan. El único banquillo español de la Premier, se juega el domingo el descenso

ÁNGEL GARCÍA

Pasaron otros inquilinos españoles con más caché antes que él por la Premier, pero en la actualidad sólo queda Roberto Martínez (Balaguer, Lleida, 1973), técnico del Wigan Athletic, equipo con el que se juega este fin de semana la permanencia ante el Stoke City. Son cinco equipos implicados por dos plazas de descenso sin decidir, aunque el Wigan cuenta a favor con que Wolves y Blackburn se enfrentan.

El Wigan, penúltimo, ya no depende de sí mismo.

'El Wigan no tiene equivalente en España; su verdadero rival es el rugby'

Estoy convencido de que nos vamos a salvar. La clasificación no demuestra nuestros méritos. Somos un grupo joven, nuevo, con 17 fichajes en los últimos cuatro plazos abiertos. Nuestra transición, pese a la tabla, está siendo interesante. Aunque más larga de lo pensado.

En España habría estado despedido hace jornadas.

Seguro, pero aquí al entrenador no se le juzga por los resultados. En Inglaterra lo importante es el proyecto, la planificación a dos o tres años, el tema financiero más aspectos que el marcador del fin de semana. Es otra forma de trabajar. Aunque últimamente Inglaterra también está cortando proyectos por los resultados. Antes, se tenía más tiempo.

'En Inglaterra no se entiende que haya jugadores que no cobren'

¿El cargo en sí también es diferente a España?

En España solamente se habla de la figura del entrenador y aquí somos mánagers, asumimos más facetas. Tenemos unas metas a corto plazo, ganar partidos. A largo plazo queda construir un equipo de futuro con una filosofía de juego. Tenemos más peso y poder a todos los niveles; financiero, deportivo, estructural, de modelo de juego. Es como ser entrenador, director deportivo y presidente. Sería imposible hacer en España lo del Wigan. No veo la posición de un manáger inglés en un club español. A lo mejor en diez años, si hubiese una reforma, quizás. Hoy en día habría mucha gente en contra.

¿A qué club español se parece el Wigan?

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El Wigan no tiene un equivalente en España. Es la modestia pero con muchos valores. Vivimos con clubes importantes a pocos kilómetros (United, City, Liverpool, Everton) y la afición tiene muy claro lo difícil que es vivir con esa influencia de éxitos alrededor. Pero el verdadero rival no son los equipos cercanos, sino el rugby, un deporte con mucha tradición en la ciudad.

¿Qué fue de Los Three amigos'?

Así nos conocía la afición. Llegamos Seba, Isidro y yo hace más de 15 años a un equipo de la Third Division una cuarta categoría en España convencidos por el actual presidente del Wigan, Dave Whelan. Fuimos de los primeros en acogernos a la ley Bosman. De aquella no se veía normal irse al fútbol inglés y más a algo que no era la Premier. ¡Nos íbamos a lo más bajo, a lo desconocido! Pero cuando llegas y ves lo bien estructurado que está, con 92 equipos profesionales, es algo imposible de entender en España. Eran dos extremos muy habilidosos, algo que no se veía por esas categorías. Ofrecimos algo distinto. Isidro estuvo algo más en Inglaterra y ahora juega, para matar el gusanillo, en el Laredo. Conoce muy bien el fútbol inglés y aconseja a agentes. Seba volvió antes. Ahora nos hace trabajo de scouting en España.

Usted llegó a ser considerado el mejor jugador de la historia del equipo.

El feeling lo tuve desde el principio, pero debí buscar una manera de ser efectivo en este fútbol. Era un centrocampista técnico, de toque y, en la categoría en la que jugaba, debí buscar otra fórmula ante el excesivo contacto con el que se jugaba. Llegué a jugar en Championship, la Segunda de aquí. Estuve seis años en el Wigan, jugué también en Escocia, en el Motherwell, donde viví una suspensión de pagos. Regresé al Wallsall y de ahí al Swansea, el club de Toshack, y Chester, el último sitio donde jugué antes de entrenar al Wigan.

Y ya acumula más de 15 años en el fútbol inglés.

Nunca pensé que me iba a quedar tanto. Todo es muy difícil de explicar en este fútbol, pero te engancha. Como aficionado, lo aconsejo. Es algo muy diferente, una pasión, una forma de vida. Me cautivó el choque cultural que suponía, los rasgos que aún hoy lo mantienen. Cada aficionado es del equipo de su ciudad, con sentido de pertenencia. En España generalmente se tiene preferencias entre los grandes y luego tu equipo.

¿En lo táctico también es muy diferente?

Llama la atención la enorme influencia que tiene del rugby el fútbol de aquí. Todo son porcentajes, mucho contacto, nobleza, valores que impiden la pillería. Eso no se ve en España. No es mejor ni peor, pero son las señas de identidad que lo mantienen. Aún así, he visto una transición en los últimos años por la influencia de técnicos como Ferguson, Wenger, Ancelotti, Benítez, Mourinho, que han supuesto un cambio a mejor en lo táctico. Pero las raíces y los valores se mantienen.

Usted pasó de forma inmediata del césped al banco. ¿Su referente?

El más importante, el Dream Team de Cruyff, un modelo con el que me crié. El Barça actual bebe de esas fuentes. A un equipo se le mide por los resultados y por cómo gana, y eso, el Barcelona lo hace con un estilo y un poderío sensacional. Tiene un conocimiento táctico tremendo, una disciplina dentro del talento individual impresionante. La filosofía de Guardiola es conclusión de un modelo que instauró Cruyff. Es un equipo que sabe cómo ganar partidos.

Y que dispone de un poderío económico al que, salvo el Madrid, nadie llega.

Por culpa de eso la Liga está tan condicionada. Habría que hacer algo en lo económico para evitar esa diferencia con los demás a nivel deportivo. Es alarmante la diferencia.

¿En la Premier no pasará algo igual?

En Inglaterra hay más competencia porque el dinero de la televisiones se reparte de forma más equitativa. Eso hace que haya más clubes con potencial. Luego aparece el City, con una inversión de fuera que le da mucha fuerza para luchar por el título.

En España también ha llegado dinero de Oriente.

Sería interesante saber si el Málaga podrá estar para ganar la Liga. Entonces se podría comparar con el City, y un signo de una competición mejor.

En Segunda, en cambio, hay equipos en Ley Concursal, no pagan.

Eso es algo inviable en Inglaterra. Hay más de 90 equipos profesionales y todos pagan. No se entiende que haya jugadores que no cobren. Aquí los contratos son sagrados y el Gobierno los protege.

¿No ha tenido ofertas para entrenar en España?

Nunca. Cuando acepté la del Wigan había dos o tres cosas, pero ahora no me planteo otro proyecto. Quiero darlo todo por este equipo.

Sufrirá por su Zaragoza.

Es otro de mis puntos débiles. Me formé desde los 16 años allí y siempre le sigo con cariño. Los maños reflejan, a nivel económico, lo que les pasa a los clubes españoles. Pero es una ciudad con mucha tradición futbolística y con una afición volcada que les hará salvarse.

Las alegrías se las da la selección.

Enorgullece cómo juega. Estuve en Suráfrica y ver su estilo, cómo juega. Ha creado escuela. Se le sigue, pero no por el título logrado, si no por el método, por la forma de hacerlo. Se disfruta su proceso, su creación, cómo en diez años ha ido creando futbolistas. No ha sido fruto del azar, sino de creer en conceptos y explotarlos al máximo creando futbolistas fantásticos. Ver que a Cesc o Silva les cuesta ser titulares no está al alcance de cualquier selección.

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